Historia de la Brujería. Francesc Cardona

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Название Historia de la Brujería
Автор произведения Francesc Cardona
Жанр Документальная литература
Серия Colección Nueva Era
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788418211096



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sus males dirigidas por el diablo, que es quien ordena y manda. Así echan el mal de ojo, secan los sembrados, arruinan las cosechas, enferman a las personas y a los animales, hacen que una vaca segregue sangre en lugar de leche, desorientan al viajero, arruinan la pesca.

      Así por ejemplo, para que la cosecha de un campo se pierda, una meiga tira un puñado de grano en la finca y expresa su deseo de que se arruine la cosecha. En la cultura popular gallega, un puñado representa una cantidad mínima tal como dicen las coplas:

      O pouco que Deus me deu

      cabe nuha man cerrada,

      o pouco con Deus é moito,

      o moito sen Deus non é nada.

      Pensas que moito te quero,

      nin é moito nin é nada,

      porque o amor que eu che teño

      cabe nunha man pechada.

      Lo poco que Dios me dio

      cabe en una mano cerrada,

      lo poco con Dios es mucho,

      lo mucho sin Dios no es nada.

      Piensas que mucho te quiero,

      ni es mucho ni es nada,

      porque el amor que yo te tengo

      cabe en una mano cerrada.

      Se creía que una clase especial de meigas llamadas nubeiras provocaban tormentas, truenos y granizo. Al igual que en otros lugares, la santa protectora contra las tormentas es Santa Bárbara, a ella va dirigida esta oración:

      Santa Bárbara bendita

      que nos ceos estás escrita,

      en papel e auga bendita,

      garda o pan e garda o viño

      e garda a xente do perigo

      e quítalle un ollo a esta nubeira

      e levala ao mar coallado

      onde non faga mal a nadia,

      polo poder que Deus ten

      e a Virxe María Amén.

      Santa Bárbara bendita

      que en los cielos estás escrita,

      en papel y agua bendita,

      guarda el pan y guarda el vino

      y guarda a la gente del peligro

      y quítale un ojo a esta nubeira

      Y llévala a la mar cuajada

      donde no haga mal a nadie,

      por el poder que Dios tiene

      y la Virgen María. Amén.

      Se pensaba que algunas dolencias, incluida la posesión por el demonio, se contagiaban por beber vino o comer frutas o dulces contaminados. También la meiga pinchaba los alimentos con una aguja o alfiler embadurnados en sangre menstrual, flujo u orines. Por eso, algunos antropólogos opinan que la costumbre de bendecir los alimentos antes de tomarlos, además de ser un acto piadoso de agradecimiento al Señor, posee como finalidad descontaminarlos de posibles injerencias infernales.

      He aquí un encantamento (meigallo) o embruxo:

      Heiche de dar o meigallo

      Heiche de dar o feitizo

      Heiche de dar o meigallo

      No pemento do chourizo

      He de darte el maleficio

      He de darte el hechizo;

      He de darte el maleficio

      En el pimiento del chorizo

      ¿Qué tendrá la jugosa manzana para haber sido arrebata con furia, tanto por la religión como por la mitología? En el Paraíso Terrenal, según la Biblia, es el fruto del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, en la mitología clásica existe el Jardín de las Hespérides con sus manzanas de oro. Una de ellas es la que debe dar Paris para consagrar a la diosa de la belleza y provocar con ello la Guerra de Troya, la mitología celta también se refiere a ella, Guillermo Tell tiene que acertar con una flecha una manzana puesta en la cabeza de su hijo para conseguir su libertad y en el cuento de Blancanieves, la malvada bruja está a punto de cometer un desaguisado al hacer comer a la protagonista una manzana envenenada. También las meigas gallegas preferían este fruto para contaminarlo y embrujar a las víctimas. ¿Será todo un reflejo del relato bíblico de la caída?

      Mal de ojo

      Es una creencia universal según la cual algunas personas poseen en la mirada el poder para provocar daño.

      Las meigas no se sustraían a este poder, y en gallego se conoce como ollo malo, mal ollo, mal de ollo, mala ollada, vista brava, ferida de ollo, ollo feridor. Todavía se dice en la actualidad “Dios nos libre de una mala mirada”.

      Y como el mal de ojo procede del Maligno, los expertos curaban con esconxuros dicho mal:

      Sae demo, sae da aí

      vaite aos montes altos

      onde non hai can nin gatos

      nin oias galos cantar

      nin cans ladrar

      polo poder de Deus e de la Virxe María

      Sal demonio, sal de ahí,

      vete a los montes altos

      donde no hay perros ni gatos

      ni oigas gallos cantar

      ni perros ladrar

      Por el poder de Dios y de la Virgen

      María.

      He aquí otro esconxuro:

      Sal salada

      que naceches na mar salada,

      apartádme agora mesmo

      deste corpo fora

      esta mala ollada,

      así sexa de trescentos días dada.

      con graza de Deus

      e da Virxe María

      Fulano queda san e salvo,

      con sorte e fortuna e alegría

      Sal salada

      que naciste en la mar salada

      apartadme ahora mismo

      de este cuerpo fuera

      este mal de ojo,

      así sea de trescientos días dado.

      con la gracia de Dios

      y de la Virgen María

      Fulano queda sano y salvo

      con suerte y fortuna y alegría.

      El bien contraataca

      Vemos pues que ante los ataques del mal, los seres humanos, y en Galicia no es ninguna excepción, se han armado desde tiempo inmemorial. Así tenemos los denominados evangelios que son unos papeles impresos que contienen algunos párrafos de los evangelios, metidos en saquitos cerrados, más o menos lujosos, según el precio que todavía se venden en algunos conventos de monjas y en los puestos de las santeras en las romerías. Se han de colocar colgados en el cuello, o cosidos a la ropa interior.

      También se utiliza la cruz, el ajo, la herradura, la piedra de ara, el agua bendita, el fuego, la sal, el pan, la castaña y la navaja. Vemos pues tres grupos de defensas bien definidos: los objetos sagrados, las armas, sean fabricadas por los hombres o armas de los animales, y los elementos purificadores, en especial, el agua y el fuego.

      No pretendemos caer en herejía, pero el dualismo tradicional, no solo cristiano, sino de otras religiones, se halla muy patente. Existe Dios con unas fuerzas