Название | Italia oculta |
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Автор произведения | Giuliano Turone |
Жанр | Зарубежная прикладная и научно-популярная литература |
Серия | Serie Derecho |
Издательство | Зарубежная прикладная и научно-популярная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788498798180 |
Sin embargo, no obstante las intenciones pacíficas, dos días después, Massera fue acompañado por Gelli a los astilleros de la Oto Melara, de La Spezia, para formalizar la adquisición de fragatas Lupo. Debía ser una operación clandestina, pero hubo alguna filtración, y es un hecho que, precisamente entonces, los sindicatos declararon una huelga general contra la dictadura argentina. Los obreros deshicieron los planes de un Massera de pésimo humor. Él y su «venerable» hermano abandonaron La Spezia a toda prisa.
No había pasado un año, cuando, el 3 de septiembre de 1978, Andreotti recibió en la sede del Gobierno italiano al general Videla. También en este caso, una gran manifestación de protesta contra el huésped, organizada en esta ocasión por los exiliados argentinos en Roma.
9. Las conclusiones del «Informe Anselmi» sobre los mecanismos de funcionamiento del Sistema P2
Sobre el funcionamiento de la logia P2 como instrumento sofisticado de gestión del poder oculto en Italia, indagó, desde diciembre de 1981 a julio de 1984, la mencionada Comisión parlamentaria de investigación presidida por Tina Anselmi. Las conclusiones de su Informe final escrito por la propia presidente se abren con una reflexión que enlaza con las líneas guía del «Plan», con particular referencia al programa de control masivo de los órganos de información en el que aquel texto se detenía:
Hemos […] comprobado que la logia P2 entró como elemento de peso decisivo en vicisitudes financieras, la de Sindona y la de Calvi, que han afectado al mundo económico italiano de una manera determinante. En tales casos no se trató solamente de la ruina de dos instituciones de crédito privadas, de interés nacional, sino de dos situaciones financieramente relevantes en un contexto internacional, que, con particular referencia al grupo Ambrosiano, generaron al Estado italiano serias dificultades, no solo de carácter económico, sino de orden público […] En este contexto financiero, la logia P2, además, se hizo con el control del mayor grupo editorial del país, desarrollando, en un sector de la prensa diaria de primera importancia, una operación de concentración de cabeceras sin parangón con otras situaciones análogas relacionadas con grupos preeminentes de poder económico. Estas operaciones […] fueron acompañadas de una reflexiva y masiva infiltración en los centros decisionales de mayor relieve, tanto civiles como militares y por una constante presión sobre las fuerzas políticas […]. En fin, hay que recordar que la logia P2 entró en contacto con medios protagonistas de vicisitudes que han marcado de un modo trágico momentos determinantes de la historia del país28.
El «Informe» final describe además la logia y su funcionamiento recurriendo a una metáfora que se ha hecho célebre, la de la doble pirámide: invita a considerar el Sistema P2 como el conjunto de dos pirámides colocadas una sobre la otra, de forma que en su conjunto adoptan la forma de una clepsidra. El vértice de la pirámide que está debajo está constituido por Licio Gelli, rodeado de sus servicios secretos.
Por tanto, Gelli no es el fantasmagórico gran jefe de todo el sistema de poder oculto: es solo el guardián, el notario de esta pirámide inferior, donde se encuentran todos los afiliados de las listas y todos los secretos relativos a los mecanismos del poder oculto y a las grandes operaciones gestionadas y controladas por ellos. En sustancia, la revelada por el registro de Castiglion Fibocchi es solo la pirámide inferior, con el ejército de los inscritos y la documentación de los negocios inconfesables.
Encima de esta primera pirámide, prosigue el «Informe», «hay que admitir la existencia […] de otra que, invertida, tiene su vértice, precisamente, en la figura de Licio Gelli. Este es, en efecto, el punto de conexión entre las fuerzas y grupos que en la pirámide superior indican las finalidades últimas, y, en la inferior, es donde tienen actuación práctica». Después el «Informe» concluye amargamente: «Qué fuerzas se muevan en la estructura desconocida para nosotros [la superior] es algo que no sabemos […] más allá de la identificación de la relación que liga a Licio Gelli con los servicios secretos»29.
Así escribía Tina Anselmi en 1984: no podemos saber cuáles son las fuerzas que se mueven en la estructura desconocida para nosotros. Hoy, treinta y cinco años después, se sabe alguna cosa más. Y en el curso de este libro se intentará identificar a alguno de los ocupantes de esa pirámide invertida.
Pero, en todo caso, Gelli era y seguiría siendo solo un guardián, un punto de conexión. Haciendo un paralelismo con el Infierno de Dante, pensándolo bien podría ser Gerión, pero eso solo. En absoluto parangonable con Lucifer que, en cambio, sería —este sí— el dominus de la pirámide superior invertida.
1.Nicola Tranfaglia, La mafia come metodo nell’Italia contemporanea, Laterza, Roma-Bari, 1991, pp. 11 ss. y 23, reeditado por Mondadori, Milán, 2012. Sobre el origen común de las mafias históricas concuerda también Isaia Sales, Storia dell’Italia mafiosa. Perché le mafie hanno avuto successo, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2015, pp. 64-71, quien considera, no obstante, que el origen común no se remonta a una época tan remota.
2.El IOR es un instituto pontificio de derecho privado con sede en la Ciudad del Vaticano. La definición que da de sí y de sus fines en el sitio oficial (www.ior.va) es esta: «Un ente de la Santa Sede, erigido mediante quirografo de su santidad Pío XII el 27 de junio de 1942. Sus orígenes se remontan a la ‘Comisión para las Pías Causas’, instituida por el sumo pontífice León XIII en 1887. La misión del Instituto […] consiste en proveer a la custodia y la administración de los bienes muebles e inmuebles transferidos o confiados al Instituto mismo por personas físicas o jurídicas y destinados a obras de religión y de caridad. El Instituto puede aceptar depósitos de bienes por parte de entes y personas de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad de Vaticano». El arzobispo estadounidense Paul Casimir Marcinkus (1922-2006), presidente del IOR en los años que se toman en consideración en este libro, mantuvo intensas relaciones con Gelli, Ortolani, Sindona y Calvi.
3.«Los aliados, los americanos, sobre todo, fueron determinantes en la recomposición de la mafia, prácticamente la avalaron, sirviéndose de ella con cinismo. Pero faltan ciertos elementos de corroboración, no es casual, hay ausencia de fuentes y particulares» (Corrado Stajano, Patrie smarrite. Racconto di un italiano, Il Saggiatore, Milán, 2018, p. 82). En cambio, el historiador siciliano Rosario Mangiameli ha redimensionado la responsabilidad americana, sosteniendo que esos nombramientos de alcaldes mafiosos en Sicilia «no se produjeron por decisión de los mandos americanos […], sino que fueron inspirados por intelocutores locales» (en «In guerra con la storia. La mafia al cinema e altri racconti»: Meridiana, 87 [2016], pp. 231-243).
4.La expresión «factor K» fue utilizada por vez primera por el periodista Alberto Ronchey (1926-2010) en un editorial de Corriere della Sera, de 30 de marzo de 1979, para explicar la falta de recambio de las fuerzas políticas de gobierno en los primeros cincuenta años de la Italia republicana. En primer lugar, al PCI le estaba vetada la participación en el gobierno, a causa de su estrecho ligamen con la Unión Soviética. En segundo término, en Italia el PCI era la segunda fuerza política en el Parlamento, lo que impedía a los socialistas y a los socialdemócratas alcanzar un número de consensos suficiente para ser alternativa. También un autorizadísimo observador como Norberto Bobbio consideró que «la persistencia de la estrategia subversiva, y el encarnizamiento sin tregua con que ha sido mantenida, dependen del hecho de que Italia es el país de Occidente que tiene el más fuerte partito comunista, el único partido comunista capaz de conquistar el poder, de condicionarlo, y de llegar a ser partido de gobierno» (Norberto Bobbio, «Prefazione», en Giuseppe De Lutiis [ed.], La strage.