La prisión, elige tu propia aventura. Ramon Diez Galan

Читать онлайн.
Название La prisión, elige tu propia aventura
Автор произведения Ramon Diez Galan
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9785449373236



Скачать книгу

ge tu propia aventura

      Ramón Díez Galán

      © Ramón Díez Galán, 2018

      ISBN 978-5-4493-7323-6

      Created with Ridero smart publishing system

      Hoy es tu primer día en la prisión, el lugar es mucho peor de lo que imaginabas. Ya has conocido a Blas y Valero, los guardias de seguridad que te han quitado tus objetos personales y te han dado tu nuevo uniforme naranja. Blas es un hombre joven, con un olor muy fuerte, como si hiciera deporte a diario, pero se olvidase de la posterior ducha. Valero parece un veterano, de esos guardias que llevan trabajando en el infierno toda su vida. Ninguno de los dos ha sido especialmente simpático contigo.

      En tu cabeza solo hay una cosa, escapar de la prisión. Sabes que tienes que hacerlo, el tiempo es oro y corre en tu contra.

      Valero te guía por un sucio pasillo hasta tu celda, la 313. Con una sonrisa en la cara se despide de ti y cierra la puerta.

      – Espero que tengas unas buenas vacaciones.

      La celda es sencilla, dos camas, una a cada lado de la habitación, una mesita de noche junto a cada cama, un váter al fondo tapado por una cortina blanca y una pequeña ventana que no se puede abrir.

      Te sientas en la cama y empiezas a recordar los consejos que te dieron: las personas en la prisión solo actúan por interés, no hay buenos y malos, todos pueden ser tus amigos o enemigos si con ello obtienen algún beneficio.

      La puerta de la celda se abre, Valero empuja a un hombre de unos 60 años dentro de la celda, este se sienta en la cama frente a ti.

      – Buenos días compañero, mi nombre es Armando, parece que vamos a estar un tiempo juntos. ¿Cómo has llegado hasta aquí?

      Le miras fijamente, no contestas.

      – Veo que no eres muy hablador, nadie lo es al principio. Pero bueno, con el tiempo todo cambia. – Tu nuevo compañero se tumba en la cama y cierra los ojos. – Y si hay algo que tenemos aquí es mucho tiempo…

      Vuelves a centrarte en tus pensamientos: para escapar de la prisión necesitarás aliados, debes identificar a aquellos que deseen huir tanto como tú y preparar el plan cuidando todos los detalles, no puedes dejar ni un solo elemento fuera de control, solo tendrás una oportunidad.

      La puerta se abre, de nuevo Valero es quien está al otro lado, tiene una porra en su mano, se dirige hacia vosotros con un tono de superioridad.

      – ¡Vamos! Al patio, tenéis media hora. Y tú, nuevo, no quiero problemas, ¿entendido?

      Mueves la cabeza de arriba hacia abajo en señal de que has comprendido sus instrucciones, Armando y tú salís de la celda y os dirigís al patio por un viejo pasillo. Tu compañero vuelve a hablarte.

      – El primer día es el más importante, todos saben que eres nuevo aquí y van a comprobar si pueden controlarte. Te voy a dar un consejo muchacho, aquí hay diferentes clanes peleados entre sí, no busques enemigos demasiado rápido.

      Un guardia abre la gran puerta metálica que da acceso al exterior, vuelves a ver el sol y el cielo, piensas en lo hermosos que son. El patio es una zona cuadrada controlada por una torre con un guardia, hay una pista de baloncesto y una zona con pesas que intenta imitar a un gimnasio, unos diez presos sin pelo y con tatuajes en la cabeza están sentados en las escaleras. Armando continúa con sus explicaciones.

      – Esos de ahí son los latinos, van juntos a todas partes y son muy peligrosos, siempre dicen: “o estás con nosotros, o contra nosotros”. Personalmente te recomiendo que les ignores, vivirás más tiempo. ¿Ves a ese de ahí? ¿El del tatuaje de la serpiente en la cabeza? Se llama Jhony y es su líder, está condenado a tantos años de prisión que podría pasar aquí tres vidas. Los que juegan al baloncesto son más tranquilos, Jorge es un buen tipo, antes era jugador profesional en el Valencia, una noche de borrachera decidió volver a casa en coche y… acabó aquí. Y a ese que viene por ahí te conviene tenerle contento.

      Tres presos se acercan a vosotros, uno de ellos lleva un lujoso reloj de oro, él es quien toma la palabra.

      – Bienvenido a mi prisión, puedes llamarme “Jefe”, aquí cualquier negocio tiene que pasar por mis manos. A cambio ofrezco protección, información y… todo lo que necesites. Digamos que soy Dios en este lugar, ¿necesitas saber algo de alguien? Yo te lo digo. ¿Quieres tener un cuadro de Picasso en tu celda? Yo te lo consigo. A cambio necesito saber que puedo contar contigo. Te llamaré por la mañana, por la tarde o por la noche y tú estarás ahí para escuchar mi petición, ¿está claro?

      Si decides responder y decir que sí, ve a la página 6

      Si prefieres no decir nada, ve a la página 8

      …

      – Sí, perfectamente claro

      – Así me gusta, creo que vas a ser un buen socio. Si necesitas algo, lo que sea, sabes que puedes hablar conmigo. – El Jefe se despide de ti con un fuerte apretón de manos.

      La hora del patio termina y los presos vuelven a sus celdas, entras en la 313, seguido de Armando. De nuevo tu compañero comienza la conversación.

      – Has hecho lo correcto, amigo. Ten mucho cuidado con el Jefe, tiene muchos contactos tanto dentro de la prisión como fuera de ella, sus ojos y oídos están por todas partes. Si te ayuda con algo, vas a tener que devolverle el favor, en pocas palabras, de un modo u otro, acabarás trabajando para él.

      Un detalle en la frase de tu compañero llama tu atención, no puedes evitar preguntar.

      – ¿Y sabes si el Jefe tiene contactos también entre los guardias? ¿Crees que podría ayudarme a salir de aquí? – Tus palabras sorprenden a tu compañero, no ocultas tu desesperación por huir. – Puedo pagar lo que haga falta.

      – Ohh, ohh, vas muy rápido amigo. ¿Tu primer día en la cárcel y ya estás pensando en escapar? Te voy a decir una cosa, yo llevo en este agujero veinte años, los cinco primeros estuve pensando en fugarme, pero poco a poco descubrí que es casi imposible. ¿Piensas que puedes ir corriendo y saltar las dos vallas del patio sin que te disparen los guardias? Hace tres años unos prisioneros lo intentaron, estuvieron meses planeándolo, finalmente una noche provocaron un incendio en la cocina, el fuego encendió todas las alarmas y ellos salieron corriendo por un agujero que habían hecho antes en la valla del patio, los guardias les atraparon en la segunda valla, no tuvieron en cuenta que estaba electrificada.

      – ¿Y crees que si hubieran tenido guantes de goma podrían haber escapado?

      – Hmmm, quizás. Pero tranquilo amigo, acabas de llegar. ¿Qué tienes ahí fuera que necesitas escapar con tanta prisa?

      Si quieres contarle la verdad a Armando, ve a la página 10

      Si decides contarle una mentira y parecer un preso normal, ve a la página 29

      …

      Te quedas en completo silencio, giras la cabeza y comienzas a caminar hacia la pista de baloncesto.

      – ¿Qué tal está tu padre? ¿Ha salido ya del hospital? – El Jefe se dirige hacia ti, mete su mano en el bolsillo y te muestra algo. – ¿Ves esto de aquí? ¿Te suena de algo?

      Miras el objeto negro que sale del bolsillo del Jefe, es tu teléfono móvil, te preguntas cómo puede estar en su poder, recuerdas que te lo quitaron los guardias al entrar en prisión y debería estar guardado junto con tus otros objetos personales.

      Tu sorpresa solo te permite pronunciar una palabra.

      – ¿Cómo?…

      El Jefe comienza su discurso con energía.

      – La pregunta no es el cómo, ni el cuándo, sino el porqué. Y el porqué de la cuestión es el poder, vivimos en el mundo de la información mi querido amigo, y la información es poder. Conseguir tu teléfono no ha sido difícil, descubrir que tu código PIN es la fecha de la muerte de tu abuelo me ha emocionado. Pero la cantidad de cosas que podré saber gracias a este pequeño aparato no tiene precio, y eso, amigo mío, eso es poder.

      Escuchas