Viaje a la Era Esmeralda. Historia de ciencia ficción. Sanzhar Kondybayev

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Название Viaje a la Era Esmeralda. Historia de ciencia ficción
Автор произведения Sanzhar Kondybayev
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Год выпуска 0
isbn 9785006454866



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de esta película dentro de una semana. Preste atención a los detalles que quizás no haya notado antes e intente verlos desde un ángulo diferente.

      El profesor hizo una pausa y luego añadió:

      – Además, te recuerdo tu trabajo de primer curso. Debes escribir una historia de ficción al final del semestre. Tu tarea es crear una historia completamente nueva, algo que nuestro mundo nunca haya visto antes. Os pido que abordéis esta tarea con total seriedad.

      Sanzhar se sintió un poco incómodo. Escribir una crítica de una película que conocía tan bien no le parecía una tarea difícil, pero idear una historia completamente nueva… Esta tarea era mucho más difícil. Todas las ideas parecían ya utilizadas y encontrar algo verdaderamente nuevo y original parecía casi imposible.

      Se levantó de su asiento, siguiendo a los otros estudiantes mientras salían del salón de clases, sus pensamientos comenzaron a girar en torno a la tarea que el profesor les acababa de encomendar. En su cabeza daban vueltas fragmentos de la película, temas que le gustaría abordar en su trabajo e imágenes que podrían convertirse en la base de una nueva historia.

      Sanzhar se dirigió al gimnasio, donde recibió una clase de educación física. Caminó, pensando en cómo encontrar esa idea que pudiera sorprender tanto a él como a su maestro. Pero mientras el caos reinaba en su cabeza, esperaba que la respuesta llegara por sí sola en el momento adecuado.

      2:4 Juego en equipo. Sanzhar caminó lentamente por el pasillo que conducía al gimnasio, profundamente inmerso en sus pensamientos. Lo perseguía la idea que les dio el profesor en la última conferencia: escribir una historia de ciencia ficción con una trama completamente nueva. Intentó pensar en algo verdaderamente único, pero cada vez sus ideas parecían haber sido implementadas en alguna película o libro. En su cabeza daban vueltas imágenes del Blade Runner que acababa de ver, pero aunque eran inspiradoras, no le aportaban la novedad deseada.

      Cuando entró al vestuario, la vida ya estaba en pleno apogeo. Los estudiantes se pusieron sus uniformes deportivos, discutieron sus planes para el fin de semana, las próximas competiciones y, por supuesto, las últimas noticias del mundo del deporte. Sanzhar automáticamente se cambió de ropa, casi sin darse cuenta de quienes lo rodeaban, y se dirigió al pasillo, donde el entrenador ya los estaba esperando.

      El gimnasio era espacioso, con techos altos y grandes ventanales que dejaban entrar la luz del día. El suelo de la sala estaba perfectamente nivelado y listo para el próximo partido. En el centro de la sala se tendió una red de voleibol y los muchachos comenzaron a calentar lanzándose la pelota entre sí.

      “Hoy tenemos voleibol”, anunció el entrenador, reuniendo a los estudiantes en círculo. Era un hombre fuerte, de cabello gris, pero de voz enérgica y alegre. – Pero no sólo el voleibol. Trabajaremos el juego en equipo, la interacción y la táctica. Lo que importa no es sólo cómo juegas individualmente, sino cómo trabajas en conjunto.

      Sanzhar se unió con entusiasmo a uno de los equipos. El voleibol siempre ha sido uno de sus deportes favoritos. Esperaba con ansias la oportunidad de escapar de sus pensamientos y simplemente disfrutar del juego, liberando su cabeza de pensamientos pesados.

      El juego ha comenzado. El balón voló rápidamente por encima de la red y pasó de un jugador a otro. Sanjar rápidamente se sumergió en el juego, sintiendo su cuerpo sincronizarse con los movimientos de sus compañeros. Cada golpe, cada salto fue coordinado y calibrado con precisión. El entrenador los observaba atentamente, a veces gritándoles consejos e instrucciones.

      – ¡Buen trabajo, Sanzhar! – gritó el entrenador cuando logró anotar un punto. – Pero recuerda: el juego no se trata sólo de fuerza, sino también de estrategia. Tienes que ver no sólo el balón, sino también la posición de todos tus compañeros y oponentes.

      Sanzhar asintió, reflexionando sobre las palabras del entrenador. A medida que avanzaba el partido, empezó a notar lo importante que era la cooperación entre los jugadores, cómo cada pase y cada tiro era parte de un plan único que se desarrollaba ante sus ojos. La emoción y el entusiasmo que surgió durante el juego le hicieron olvidarse de todo lo demás. Disfrutó el momento, intentando cada vez comprender mejor a sus compañeros y predecir sus acciones.

      Pero los pensamientos sobre la historia todavía no lo dejaron ir. Comenzó a establecer paralelismos entre el juego y su tarea: encontrar la idea que se convertiría en el elemento clave de su historia, como un buen pase en el voleibol. Se dio cuenta de que necesitaba pensar no sólo en los detalles individuales, sino también en cómo encajan, cómo un pensamiento puede recoger otro, creando un todo único.

      Con cada nueva broma, Sanzhar sentía cada vez más cómo su conciencia se aclaraba, cómo las barreras internas que le impedían encontrar esa idea se disolvían lentamente. El juego en equipo lo obligó a pensar de manera más amplia, ir más allá de lo habitual y buscar soluciones en equipo.

      Cuando terminó el entrenamiento, Sanzhar estaba cansado pero satisfecho. Entendió que el juego le ayudaba a distraerse un poco y mirar el problema desde otro ángulo. El entrenador le dio una palmada en el hombro felicitándolo por el buen juego, y Sanzhar, deteniéndose un poco más en la cancha, pensó en cómo el deporte puede ayudar a resolver problemas creativos.

      Su siguiente parada fue el casting de nuevos miembros del club y, sintiéndose un poco nervioso, se dirigió al vestuario para refrescarse y prepararse para el siguiente desafío del día. Sabía que todavía le esperaban muchas cosas interesantes, pero seguía siendo un misterio exactamente cómo afectaría esto su búsqueda de una nueva idea.

      2:5 Trabajar en el club. Sanzhar, sintiéndose un poco cansado después de un intenso entrenamiento, se dirigió a la sala del club, donde iban a elegir nuevos miembros para el club de estudiantes “KIMEP TIME”. Aunque sus pensamientos todavía estaban vagando en torno a la tarea asignada por el profesor – escribir una historia de fantasía con una trama completamente nueva – sabía que ahora necesitaba concentrarse en el asunto que tenía entre manos.

      La sala del club lo recibió con su habitual atmósfera animada. La espaciosa habitación estaba llena de luz natural que entraba por grandes ventanales. En el centro de la sala había varias mesas, en las que los miembros del club ya estaban sentados discutiendo el próximo evento. En las paredes colgaban carteles con números anteriores de la revista, fotografías de eventos y carteles de reuniones pasadas del club. Había un proyector en un rincón de la sala, ya instalado para mostrar las presentaciones de los candidatos.

      – ¡Hola, chicos! – Comenzó enérgicamente Lana, la presidenta del club, cuando Sanzhar entró en la sala. Su alegre voz atrajo instantáneamente la atención de todos los presentes. – Hoy tenemos un día importante: elegir nuevos miembros para nuestro club. Estoy seguro de que todos vinieron de muy buen humor y listos para un trabajo productivo.

      Sanzhar asintió afablemente y ocupó su lugar en una de las mesas. Para él, trabajar en el club siempre fue algo especial: aquí podía hacer realidad sus ambiciones creativas, discutir ideas con personas de ideas afines y participar en proyectos que realmente importaban. Hoy iba en serio, porque había que seleccionar a quienes pasarían a formar parte del equipo y crear con ellos nuevos contenidos para la revista.

      Los candidatos comenzaron a entrar a la sala, uno a uno presentándose y hablando de sus intereses. La atmósfera se volvió cada vez más tensa, cada candidato intentaba impresionar a los miembros del club, esperando la aprobación y un lugar codiciado en el equipo.

      “Hola, mi nombre es Alina”, comenzó uno de los aspirantes, entrando a la habitación. Actuó con confianza, pero había un ligero nerviosismo en su voz. – Siempre me ha apasionado el periodismo y quiero desarrollar mis habilidades trabajando en artículos y proyectos contigo. Tengo varias ideas que me gustaría implementar en su club.

      Sanzhar miró atentamente a Alina y notó su sinceridad y su deseo de autorrealización. Ella habló de sus propuestas con entusiasmo y esto le causó una impresión positiva.

      Cuando Lana invitó a los miembros del club a hablar, Sanzhar fue el primero en expresar