El aire fresco que nos trae Escrito en la orilla hace que los conceptos respiren y no queden anquilosados en la jerga de los especialistas. Guillermo Izaguirre nos propone leer su escrito como una bitácora de viaje de alguien que va juntando ramitas, paisajes, impresiones, sonidos, y va dejando constancia de sus encuentros, de sus preguntas, y las va pasando, sabiéndose parte de la sed de los viajeros. La imagen de tres ríos como tres cuerdas anudadas por las artes de los litorales es poemática. Su profunda intuición del nudo lo ha llevado hacia una gran operación política de su escritura: la lectura. La proposición de Guillermo Izaguirre de leer nuestro litoral en lo que se abarranca en cada una de las lenguas que lo habitan hace a la política del psicoanálisis y destina a lo político las consecuencias de su acto.