En las últimas décadas el cómic ha demostrado con creces que ya no debe ser entendido únicamente como una lectura para niños, su presente además así lo atestigua. Sin embargo la historia de ese medio de expresión es tan extensa y tan rica que debe ser reivindicada y divulgada para hacerla accesible a investigadores y curiosos. Con ese punto de partida el presente ensayo busca un doble objetivo: servir como introducción al mundo de la historieta para cualquier tipo de lector, y, al mismo tiempo, indagar en sus posibilidades como fuente histórica. Para ello se lleva a cabo un atento análisis de algunos de los tebeos más populares editados durante el franquismo, tratando así de rastrear las huellas que la sociedad de entonces pudiera haber dejado en ellos y su posible utilidad.
La vida de la luchadora incansable, Pilar Soler (1914-2006), se recoge en este libro. Pilar vivió una época social y políticamente convulsa: II República, Guerra Civil y posguerra franquista. Todo ello en el seno de una familia anticonvencional. Hija de madre soltera y de padre no reconocido aunque muy conocido -Félix Azzati-, Pilar se hace de forma natural republicana, comunista y feminista. Tres causas de las que se alimentaba su rebeldía. Y por esas tres causas luchó y padeció injusticia, pobreza, soledad, cárcel y tortura, clandestinidad y exilio y falsa identidad durante 26 años. Confiesa que en la clandestinidad pasó miedo pero siguió luchando, militando, comprometiéndose y jugándose la vida por unas ideas que la llevaron incluso a tener que separarse de su hija durante veinte años. Nada le fue fácil. ?Me iré contenta?, dijo. Y nos dejó su vida.
"Miserias del poder" pretende contribuir a que el debate público sobre el franquismo incluya en su agenda no sólo el importantísimo problema de la represión sino también el del funcionamiento, e intereses, del poder o las actitudes políticas de sus apoyos sociales. Entender críticamente, y en toda su amplitud, la dictadura nos permitirá valorar su lugar en nuestra historia contemporánea y comprender las razones de su «olvido».
Este relato estremecedor es un testimonio historiográfico acerca de Teresa Andrés, una persona aún poco conocida, pero cuya trayectoria personal y profesional representa las esperanzas de progreso y renovación cultural que fueron brutalmente truncadas por la Guerra Civil y el exilio. Nacida en 1907, inició su actividad en el ámbito bibliotecario adquiriendo un fuerte compromiso por la democratización de la cultura. Declarada la Guerra Civil, fue responsable de la sección de bibliotecas de Cultura Popular, e intervino en la creación de bibliotecas en hospitales, batallones y hogares del soldado. La victoria franquista significó el fin de su carrera profesional pero no de su compromiso antifascista en la Francia ocupada. Murió, en 1946, a los 39 años, cuando la derrota de las potencias del Eje abría una nueva época para la democracia en Europa y un nuevo capítulo en la lucha antifranquista.
Las Falanges Juveniles de Franco fueron un elemento privilegiado de la política de juventud del franquismo en las décadas de 1940 y 1950, cuyo principal objetivo fue la socialización de sus integrantes en el ideario nacional-sindicalista. Creadas en 1942 como la organización juvenil del régimen siempre estuvieron bajo el control directo de los falangistas. Tras casi dos décadas de intervención en la juventud española fueron sustituidas en 1960 por la Organización Juvenil Española (OJE). Dicho cambio se llevó a cabo mediante un complicado proceso de debate entre los máximos responsables de la política juvenil, con intervención en algunos momentos del ministro secretario general del Movimiento, en un contexto en que el franquismo intentaba abandonar sus rasgos más duros y se orientaba hacia una nueva etapa caracterizada por la «democracia orgánica».
La resistencia silente, sustentada sobre voces y gestos rastreables, configura la conflictividad en Galicia durante los dos primeros decenios del franquismo. El estereotipo de un entorno sumiso y afín al régimen se desdibuja ante la proyección de actitudes comunitarias de conflicto. Ana Cabana indaga en este libro las formas de disenso que son activadas durante este periodo por la población rural y configuran un marco de identidad colectiva reconocible, coherente y protector de un modo de vida y un orden propios. Los testimonios de naturaleza archivística u oral, retazos de memoria colectiva y de oficialidad, desbrozan el camino y llenan de sentido un paisaje de resistencias civiles poblado de simbolismos verbales y gestuales, pasividad consecuente, redes de apoyo, clandestinidades y memorias vivas.
El 29 de marzo de 1939, Manuel García Corachán, abogado y capitán del Cuerpo Jurídico del Ejército de la República, se vio obligado a emprender un viaje que le alejara del terror y le llevara a la libertad. El trayecto de Valencia hasta el puerto de Alicante determinó su entrada en el laberinto de incertidumbres, pesadillas y miserias que supusieron los campos de concentración, las cárceles y los juicios sumarísimos. Los efectos perversos de la historia le llevaron al Campo de los Almendros, al de Albatera, al Seminario de Orihuela, a la Prisión-Reformatorio de Alicante, a la Cárcel Modelo de Valencia y al Penal de San Miguel de los Reyes. La crónica de Manuel García permite reconstruir con rigor uno de los más lamentables episodios políticos que sucedieron en una época, aún reciente, de la historia de nuestro país. Manuel García nunca se reconcilió con los vencedores, y muy marcado por los años de cautiverio, aguardó el momento de publicar estas memorias que conservó y revisó, disciplinada y obsesivamente, a lo largo de su vida.
Este ensayo clásico sobre la implantación y la represión del franquismo en el País Valenciano, pero también sobre los primeros intentos de normalización y modernización de nuestras letras, ganó en el año siguiente a su primera edición el Premi de la Crítica dels Escriptors Valencians. Se trata de una aproximación histórica y literaria muy bien documentada sobre el oscuro período de la posguerra. Los escritores y los protagonistas de la reanimación de los años treinta habían sido enmudecidos: el exilio, la prisión, la censura y las ejecuciones son algunas de las formas más conocidas de represión que impuso el Generalísimo. Además, en nuestro país se produce una sutil desviación de la tradición, que el autor designa como un proceso de folklorización. A pesar de estos mecanismos de depuración, pronto aparece toda una serie de intentos de recuperación de nuestra cultura. Si bien la literatura se mueve y se explica en términos de resistencia y clandestinidad, a partir de finales de la década de los cuarenta hay que hacer referencia a un primer movimiento serio en el campo de la infraestructura cultural.
Alejandro Pérez-Olivares García
En la mañana del 28 de marzo de 1939, los servicios de propaganda del «nuevo estado» franquista rodaron las primeras imágenes de la ocupación militar de Madrid al final de la Guerra Civil. Comenzaba entonces un tiempo que la literatura de posguerra describió con precisión: para algunas personas, aquella ciudad era la mirada alta por la alegría de la «liberación»; para otras, el rostro cabizbajo y huidizo para evitar ser alcanzadas por el peso del pasado. 'Madrid cautivo. Ocupación y control de una ciudad (1936-1948)' profundiza en otras realidades alejadas de las cámaras y los libros, y supone la primera aproximación nítidamente urbana a esa posguerra definida por los contrastes. Lo hace a partir del análisis integrado de los planes de ocupación de la ciudad, del despliegue de la arquitectura de control tras la entrada del ejército franquista y de la dimensión social de la victoria militar. El libro se adentra en los orígenes del orden público franquista, en las políticas de control social aplicadas en la ciudad y en la conmemoración y retribución de los vencedores a través de un análisis interdisciplinar, a medio camino entre la sociología, la geografía, la ecología política y los estudios posconflicto.
La configuración del pasado, permanentemente en cuestión, entraña una disputa política que nunca se limita a este, sino que atañe también a cómo nos situamos ante el futuro. Este libro analiza la lucha por establecer un relato hegemónico de la historia reciente de España que tuvo lugar a caballo entre los siglos XX y XXI. En ella los novelistas españoles tuvieron un protagonismo muy relevante. La querella sobre la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra conllevó una confrontación en torno al significado de la Transición y su legado. Desde una perspectiva interdisciplinar, que combina -entre otras- la historia cultural y los estudios de memoria, estas páginas iluminan los entresijos de esa lucha a partir del estudio de cinco destacados novelistas: Juan Marsé, Rafael Chirbes, Almudena Grandes, Antonio Muñoz Molina y Javier Cercas.