"Las páginas de Haidu Kowski curan o lastiman. O pueden incluso provocarnos ambos abismos emocionales al mismo tiempo. Sus personajes se hamacan entre la fiesta y la tragedia. Se lanzan. No se detienen nunca. No quieren hacerlo. Saben que la cuerda debe tensarse un poco más. Siempre debe tensarse un poco más para que la vida valga alguna pena" (Federico Jeanmaire). Pero Elías es también Eliahu, el niño que murió en Polonia, el amado de la Bobe. Ese amor violento con gusto a pepinos agridulces lo conecta con un pasado feliz que nunca vivió, en el que la soledad no existe, pero sí el exilio, pero sí la Shoá. El ejercicio de perder habla sobre la desesperación de un hombre por salvarse, pero también sobre una época de amor líquido e incomunicación. En este contexto, surge un nuevo lenguaje de bienestar ansiolítico fundado en la certeza de que no tener nada que perder es una forma de meditación, el alivio que dará origen a la mitología del futuro.
Amanda Kohen está en crisis, pero todavía no se enteró. Acostumbrada a caminar mirando al frente, resolviendo los problemas inmediatos que se le presentan, no ve que el próximo paso la conducirá al vacío. ¿Se conformará tratando de creer en frases de autoayuda, viviendo a la sombra de sus deseos? Es enero, la ciudad está desierta y el trabajo no abunda. De amor, mejor ni hablar. El productor del canal le propone guionar un nuevo programa conducido por el astrólogo Miseria, un personaje controvertido con el que será un desafío trabajar. Con prosa ágil y entretenida, Nuri Abramowicz escribió una comedia que divierte y emociona en partes iguales. Quizá La Fantasma sea la prueba más contundente de que hasta los peores pronósticos pueden revertirse.
Amora visibiliza el deseo, y el deseo es acción; pero este no es un libro de mujeres que simplemente se erotizan entre sí. Sus treinta y tres cuentos son un abanico de las diversas formas de afectos e intercambios sensibles que inspiran y expiran la honradez y la energía necesarias para asumir una certeza y vivir de acuerdo a la propia identidad. Este libro es el encuentro con nuestras transiciones, desde la niñez hasta la ancianidad: la celebración de la empatía en el cuerpo de todos. Sus relatos seducen en un juego romántico y realista que ofrenda una nueva y poliamorosa visión de los placeres, de los vínculos. Estamos siendo invitados a redescubrirnos, y asistir a esta cita es un acto de valentía.
Gaijin, que en japonés significa «extranjero», es una producción felizmente entregada a descubrir el mundo y las fascinaciones de un otro. Narrada al mejor estilo nikkei, por su austeridad y refrenamiento enunciativos, propone un mensaje de permanencia que sobrevuela como una alarma ante el imperio de lo pasatista, de la vacuidad y del desamparo. Con esta novela ganadora del premio UNAM-Alfaguara en 2002, Maximiliano Matayoshi logra conmover, al tiempo que nos devela con amabilidad la condición del inmigrante, de gran relevancia en todas las culturas y en todas las épocas
Irene Vidi, una distinguida señora de 60 años, es traductora en la prestigiosa Ediciones Leopardi, dirigida por su amigo Álvaro Azcurra. Casi ciega y acosada por su hijo Ignacio, decide dejar su trabajo, vender sus posesiones y volver a su Venecia natal. En medio de los preparativos para abandonar el país conoce a Rafael Leone, un joven carismático que ha perdido el rumbo, con quien se permite vivir un romance breve que tendrá consecuencias asombrosas en sus vidas. Pero antes de partir tiene algo muy importante que resolver. Pablo Di Marco desafía los estereotipos sociales, etarios y de género y enfrenta lo inesperado con la experticia de quien comprende a sus personajes como si fueran viejos conocidos. Entre Buenos Aires y Venecia, Tríptico del desamparo da cuenta del fin de una época de esplendor editorial. De su atmósfera se desprende un halo de nostalgia que recuerda a las grandes novelas latinoamericanas del siglo veinte.
Nueve cuentos en los que las mujeres gravitan hacia el centro de atención. Mujeres que perturban como objeto de deseo, de hastío, de admiración, que no pasan desapercibidas ante la mirada masculina. Sergio Olguín proyecta diversos escenarios: un fotógrafo malhumorado ante los caprichos de las modelos pasa un tortuoso fin de semana con ellas en una estancia. Un adolescente se instala en la casa de su novia (cuyos padres acaban de morir), y de a poco va tomando posesión del departamento. Un gran diseñador se vanagloria de crear mujeres invencibles, a fuerza de manipulación y sometimiento. Las griegas trastoca las percepciones y descoloca por su intensidad y simpleza, al tiempo que muestra cómo, detrás de esas convenciones, operan los acuerdos sociales más injustos y encarnizados. La novedad de esta edición es el cuento «Los trenes de la muerte», precuela de la célebre saga de Verónica Rosenthal.
¿Quién no sufrió un daño alguna vez o lo causó a otro? El daño puede ser involuntario o premeditado, letal o minúsculo, pero es imposible ignorarlo. Luz Vítolo, con mirada aguda y no exenta de crudeza, explora temas tan delicados como la sexualidad en la preadolescencia, el suicidio, la enfermedad y las secuelas de un accidente. Estos relatos, como un golpe seco que nos corta la respiración, nos obligan a reconocernos como seres vulnerables frente al inevitable dolor de estar vivos.
Subacuática es una novela de corto aliento sobre una etapa bisagra en la vida de Pablo, padre primerizo que enviuda el mismo día en que nace su hija Lola. Tras un largo duelo en el que se dedica exclusivamente a criarla, encuentra en esa media hora de pileta un tiempo solo para él, mientras Lola nada en el andarivel de «las mojarritas». Con énfasis en el lado b, en las zonas menos luminosas de la maternidad y en lo que no es políticamente correcto mencionar, Subacuática refleja una temática en crisis: los mandatos que la sociedad impone a cada género cuando, ante un evento irreversible, sentimos que ya no hacemos pie. Sin golpes bajos, la escritura ágil y contundente de Melina Pogorelsky opera en distintas profundidades de lo sensible, donde la piel del otro será el principal órgano en movimiento. Diálogos irónicos y monólogos mentales confluyen hacia una inmersión poética que logra igualarnos para mostrar lo más valioso: nuestras diferencias.