Название | El amor que nos devuelve la identidad |
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Автор произведения | Sebastián Escudero |
Жанр | Документальная литература |
Серия | Sanación en el Espíritu |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877620894 |
Sebastián Escudero
El amor que nos devuelve la identidad
Editorial Claretiana
Índice
Primera Parte - Perdiendo identidad
No escuches la voz de los cerdos
Segunda parte - Recuperando la identidad
Cuánto he esperado este momento
Escudero, SebastiánEl amor que nos devuelve la identidad / Sebastián Escudero. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Claretiana, 2021.Libro digital, EPUB - (Sanación en el espíritu)Archivo Digital: descarga y onlineISBN 978-987-762-089-41. Autoayuda. 2. Religión Católica. I. Título.CDD 230 |
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1ª edición libro papel, diciembre de 2015
1ª edición libro digital, marzo de 2021
Versión: 1.0
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© Editorial Claretiana, 2015
ISBN edición digital (ePub): 978-987-762-089-4
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DEDICATORIA
Dedico este libro a la memoria
de mi padre, José Ignacio Escudero.
Estoy convencido, papi,
que nos volveremos a encontrar,
y volveremos a cantar…
y nos daremos ese abrazo
que quedó en “pausa”
pero entonces será para toda la eternidad.
AGRADECIMIENTOS
A mi hermano Hugo y mi cuñada Daniela, por ser ese pilar indispensable que en la vida uno necesita para apoyarse.
A todos mis hermanos Misioneros Mensajeros de Jesús, particularmente a mis hermanos de comunidad de La Visitación. Dios me muestra su Amor a través de ustedes.
A toda la Familia Eclesial Mensajera de Jesús, especialmente a mi madre, Hermana Ramona Taborda; tengo una deuda eterna a tu confianza incondicional, mamá.
A mis alumnos, que hacen que mis días sean cada día más felices; gracias, mil gracias.
Al padre Alonso Sánchez y a todo el equipo de Editorial Claretiana; es un honor trabajar con ustedes, gracias por aceptarme para formar parte de la familia claretiana.
Al amado de mi alma; todo lo que pueda decir acerca del amor que te tengo es siempre poco, mi señor Jesucristo. Gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo por recibir siempre con ese abrazo a este hijo pródigo.
PRÓLOGO
Era una noche más como cualquier otra; sin embargo, no podía dormirme dando vueltas en mi cama. Todavía me sonaban en mi corazón las palabras de aquella canción que había escuchado hacía unas escasas horas: “Cuánto he esperado este momento… fue por ti fue porque te amo…”. Sabía que no se trataba de un insomnio normal. Me levanté para mirarme en el espejo del baño y, al contemplar mi rostro, supe que acababa de nacer de nuevo. Era la primera vez en mi vida que entendía mi verdadera identidad. No pude resistir las lágrimas… tenía quince años… mi vida acababa de cambiar para siempre.
IDENTIDAD OCULTA
Tenemos una identidad que muchas veces desconocemos. Somos amados desde antes de existir, y desde que nacemos somos campeones; basta con observar que es un solo espermatozoide, entre millones y millones que compiten por llegar a fecundar un óvulo, el que logra la victoria. En ocasiones pueden llegar a ser hasta 900 millones de espermatozoides los que luchan por llegar primero, pero sin embargo es uno solo el que lo logra. Esto hace que seamos únicos desde el mismo instante de la concepción, y además, campeones desde los mismos genes.
Los cristianos podemos experimentar un plus sobre ese valor, pues desde el bautismo entramos a formar parte de la familia divina, el Padre nos ve y ama como a su mismo Hijo. Jesús, por su parte, nos demuestra cada día su inmenso amor en su sacrificio de la cruz; el Espíritu Santo es el encargado de revelarle este amor del Padre y del Hijo a nuestro corazón (Rom 5, 5). Además de eso, los cristianos católicos podemos comulgar diariamente con el mismo Jesús que se nos ofrece como alimento en cada Eucaristía; y como si fuera poco la santísima mamá María nos hace saber que nos ama tiernamente. Junto a estas realidades espirituales, también contamos con el amor que nos brindan nuestros seres queridos, algunos de los cuales, sin dudarlo, entregarían su vida por nosotros. En definitiva, ¡somos amados!
Sin embargo, son miles de millones en el mundo entero los que por distintos factores viven como si no fueran amados, mendigando cariño, compitiendo para demostrar cuánto valen, suplicando