Название | No podrán apagar el amor |
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Автор произведения | Eloísa Ángela Ortiz de Elguea |
Жанр | Документальная литература |
Серия | Miradas |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877620627 |
Es objeto de este estudio la reflexión ético-teológica de la cuestión homosexual, fundamentalmente a partir de la obra de Margaret Farley, sus ejes de estudio: amor, justicia y misericordia, junto a los aportes teológico-pastorales del papa Francisco y el recurso al principio de misericordia. (12) La elección de la obra de esta teóloga norteamericana responde a que aún no ha sido traducida a nuestra lengua, y que al momento resulta poco conocida en nuestro medio. Decido articular con las enseñanzas de Francisco, porque antes que papa se muestra como un pastor con olor a oveja, cercano y a la escucha de experiencias de vida.
La hipótesis de este trabajo hunde sus raíces en el diálogo magisterio-teología siempre abierto, y en el recurso de misericordia como principio hermenéutico para repensar la cuestión homosexual.
El desarrollo de esta investigación consta de una introducción y seis capítulos, cada uno con una breve introducción en relación a temas a tratar, cerrando cada uno de ellos con breves conclusiones. Por último, presento una conclusión general en consideración del principio de misericordia a ser aplicado en tres campos: pensar en el nosotros mismos, en el estudio de la cuestión de género y en la reflexión ética de homosexualidad.
Como premisa excluyente, a modo de introducción, inicio este trabajo recurriendo al valor simbólico de la sexualidad humana. Parto del presupuesto de su no reducción a fenómeno biológico, ponderando su valoración en el ámbito de la significatividad y de la comunicación interpersonal. (13) Ser uno/a para otro/a en la dinámica posesión-donación pone en juego la dialogicidad y la trascendentalidad de los enamorados.
El capítulo I Biblia y sexualidad tiene tres objetivos: mostrar que las connotaciones atribuidas al fenómeno homosexual en las Escrituras difiere de la comprensión de “orientación homosexual” como hoy la entendemos; la fuerza del amor como sentimiento más fuerte que la muerte; y el binomio comunicación-relación como fundamento antropológico. Del análisis bíblico tan solo pueden extraerse algunas pocas conclusiones referidas a nuestro tema. (14) Doy cuenta que el poema del Cantar presenta el amor fiel como elemento legitimador y la exaltación gozosa de la pareja. (15) Por último, la perspectiva bíblico-antropológica de M. Navarro Puerto me permite completar el sentido de la sexualidad en términos de comunicación-relación. (16)
El capítulo II titulado El factor socio-cultural como clave hermenéutica de la interpretación del comportamiento sexual, señala que los estudios interculturales han revelado variaciones de modelos de comportamiento entre diferentes grupos culturales. Lo que fue considerado un desvío en la sociedad occidental en otras ha sido permitido. (17) Atendiendo esta problemática junto a otras, el feminismo académico introdujo la categoría “género” con el fin de diferenciar las construcciones sociales y culturales de lo puramente biológico. El impacto de estos estudios ha resonado en el mundo académico teológico, a modo de herramienta de análisis para descubrir los mecanismos de opresión y promover acciones transformadoras acordes al humanismo cristiano. (18)
Dado que uno de los mayores referentes del siglo XX en temas de sexualidad ha sido M. Foucault, destino algunas páginas a sus aportes. En sus estudios sobre la historia de la sexualidad, el filósofo encuentra que el sujeto ético acuerda con las configuraciones acordes a las prácticas y discursos de su época. Los discursos aparecen como lugar privilegiado de ejercicio de poder, actuando entre el espacio discursivo y los modos de subjetivación. (19) A modo de resolución, recurre al saber en términos de poder bajo la multiplicidad de relaciones de fuerza.
El capítulo III articula tradición, magisterio y teología. Bajo el título Tradición, magisterio y teología. Un diálogo siempre abierto, ofrezco una corta reseña en torno a la reflexión de homosexualidad en la tradición para visualizar las alternancias de sus interpretaciones. Férrea condena, benignidad pastoral y falta de consenso entre confesores perfilan una hendidura que requiere nuevos planteos, argumentaciones y contra-argumentaciones. El magisterio, si bien se ha pronunciado de modo negativo, ha dado un giro positivo en el llamado a ser prudentes a la hora de juzgar la culpabilidad de la actividad homosexual, a la acogida y acompañamiento pastoral, y particularmente a la distinción entre actividad homosexual y orientación homosexual. (20) El recurso a la doctrina de la ley natural también ha mostrado un avance en cuanto a sus interpretaciones, tal como lo sugiere la Comisión Teológica Internacional. (21) Si bien esta posición no aplica en cuestiones de homosexualidad, filósofos y teólogos han descifrado nuevas significaciones en ese sentido.
Otro aspecto positivo ofrece el papa Benedicto en su tesis sobre el amor humano, incluso el sexual. (22) Anticipándose a la carta magistral de Benedicto, Margaret Farley se interesa por los compromisos de amor humano en el contexto de la Alianza, que oportunamente articulo con DCE. (23)
El capítulo IV Amor y justicia en la reflexión ético-sexual de M. Farley tiene su núcleo en Just Love, como clave interpretativa para el estudio de la cuestión homosexual. La autora parte de la visión del cuerpo como trascendencia encarnada bajo los presupuestos de la perspectiva cristiana, para realzar la connotación de unidad y trascendencia humana. Habida cuenta en sus estudios de los múltiples comportamientos sexuales en las diversas culturas, recurre en primer lugar a los estudios de P. Ricoeur para trasladar la compresión de sexualidad del mundo de los tabúes al mundo ético. (24) Para esta ocasión aporto algunos apuntes del filósofo.
En segundo término, Farley pone su atención en la “realidad concreta de las personas” como condición indispensable al momento de atender sus necesidades, reclamos y posibilidades. (25) Para no caer en el relativismo del todo permitido, recurre a las categorías amor y justicia junto a la descripción de siete normas inherentes al concepto de justicia, para luego plantear la moralidad del comportamiento homosexual. Acordando con el método teológico recurre a las fuentes: Biblia, Tradición y disciplinas seculares. La falta de consenso en las dos primeras, y algunas coincidencias en la tercera (no exentas de variaciones), anima a nuestra autora a equiparar el concepto de “lo natural” con “lo dado”, (26) argumento que junto a la visión de realidad concreta de las personas, le permite reafirmar la condición de gays y lesbianas.
El quinto capítulo Revisión crítica de la reflexión de Farley acerca de las relaciones sexuales entre dos personas del mismo sexo que se aman. Su aportación y sus límites, pone el acento en lo que considero aciertos de la Autora, y en algunas omisiones que a mi entender hubiesen dado mayor consistencia a su especulación. La doble afirmación de amor y justicia, la instrumentalización del concepto “realidad de las personas” como salida del mundo especulativo, y el anclaje en la singularidad de lo experiencial posibilitan su tarea teológica de cara al mundo con los ojos abiertos. Las realidades de gays y lesbianas de fe están allí, a la espera de una teología encarnada que las vuelva del lugar de “los otros/as” al del nosotros/as como participantes activos del Reino. Desde la perspectiva de género, la teóloga propone la identidad de género como causa de celebración. En cuanto a los aspectos ausentes en su obra, la escasa mención de la doctrina de la ley natural, (27) y la omisión de argumentos provenientes de estudios de teología de la creación, dejan fuera relevantes aspectos integrantes de la dimensión humana.
He titulado el último capítulo: La misericordia: perfume del evangelio en la reflexión ético-sexual. Tras las nociones de amor y justicia, la misericordia oficia como corolario y culmen de este trabajo. Para ello cito a dos papas y a tres teólogos de envergadura. Juan Pablo II la ha considerado fuente profunda de justicia. (28) Francisco la presenta desde el rostro misericordioso de Jesús. (29) Nuestra teóloga direcciona su reflexión desde el imperativo lucano como principio y como fin al cual tender (cf. Lc 6,36). (30) G. Irrazábal la propone como principio hermenéutico de la reflexión moral en atención a la realidad concreta de las personas. (31) El cardenal Kasper, luego de enunciar los atributos divinos, concluye que: “la misericordia, en vez de ser abordada como si se tratara de un apéndice al tratamiento de los atributos divinos, debe ser convertida en el centro organizador de estos, de modo tal que el resto de los atributos se agrupen a su alrededor”. (32) Me detengo en estas sabias palabras para soñar una ética sexual centrada en el principio de misericordia, abierta a la realidad de tantos/as, animada a revisar “sin miedo” las viejas valoraciones