Название | Una Vez Inactivo |
---|---|
Автор произведения | Блейк Пирс |
Жанр | Современные детективы |
Серия | Un Misterio de Riley Paige |
Издательство | Современные детективы |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9781094303536 |
Ver esas caras jóvenes y aspirantes le recordaba a su propio idealismo en sus días como estudiante de la UAC. En esa época, se había sentido optimista ante la posibilidad de liberar al mundo de malhechores. Aunque ahora no sentía el mismo optimismo, aún daba lo mejor de sí.
«¿Qué más puedo hacer?» se preguntó.
Era el único trabajo que conocía, y sabía que era muy buena.
Oyó la voz de Blaine diciendo: —Riley, la cena está lista. Llama a las chicas.
Riley se puso de pie y les gritó a las chicas: —La cena está lista.
Las chicas se alejaron de su castillo de arena, el cual ya estaba bastante grande, y corrieron hacia la casa. Corrieron por debajo del porche donde Riley estaba sentada y hasta la parte trasera, donde se podrían dar una ducha rápida por la piscina.
Antes de entrar a la casa, Riley se puso de pie junto a la barandilla y vio que la marea ya se estaba llevando el castillo de arena de las chicas. Aunque Riley no pudo evitar sentirse un poco triste al respecto, se recordó a sí misma que eso era lo más normal del mundo.
No había pasado mucho tiempo en la playa de joven. No había tenido ese tipo de infancia. Pero por lo mucho que había pasado observando a las chicas jugar durante los últimos días, sabía que parte de la diversión de construir castillos de arena era saber que serían destruidos por la marea.
«Una lección de vida saludable, supongo», pensó.
Se quedó mirando el castillo de arena desapareciendo en el agua durante unos momentos. Cuando oyó a las tres chicas subiendo las escaleras traseras, caminó por el porche alrededor de la casa para reunirse con ellas.
Una era la hija de dieciséis años de edad de Blaine, Crystal, quien era la mejor amiga de April. Otra era la hija recientemente adoptada de catorce años de edad de Riley, Jilly.
Mientras las tres chicas risueñas comenzaron a hacer un camino a su habitación para cambiarse sus trajes de baño, Riley notó un pequeño corte en el muslo de Jilly.
Tomó a Jilly suavemente por el brazo y le dijo: —¿Cómo sucedió eso?
Jilly le echó un vistazo al corte y le dijo: —No sé. A veces soy un poco torpe. Quizá me golpeé con una espina u otra cosa afilada.
Riley se inclinó para examinar el corte. No era muy profundo, y ya estaba empezando a encostrarse. Aun así, le pareció un poco extraño. Recordaba que Jilly había tenido un corte similar en su antebrazo el día que habían llegado aquí. Jilly le había dicho que la gata de April, Marbles, la había arañado. April lo había negado.
Jilly se apartó de ella defensivamente.
–No es nada, mamá, ¿de acuerdo?
Riley dijo: —Hay un botiquín de primeros auxilios en el baño. Úntate un poco de desinfectante antes de cenar.
–De acuerdo —dijo Jilly.
Riley vio a Jilly correr detrás de April y Crystal a la habitación.
«Nada de qué preocuparse», se dijo Riley a sí misma.
Pero le era difícil no preocuparse. Jilly había estado viviendo con ellas solo desde enero. Riley había rescatado a Jilly de circunstancias desesperadas cuando había estado trabajando en un caso en Arizona. Después de algunas luchas legales y personales, Riley finalmente había podido adoptar a Jilly hace apenas un mes, y Jilly parecía feliz con su nueva familia.
Además…
«Es solo un pequeño corte, nada de qué preocuparse», pensó.
Riley fue a la cocina para ayudar a Blaine a poner la mesa y servir la cena. Las chicas pronto se unieron a ellos, y todos se sentaron a comer filetes fritos de platija servidos con salsa tártara. Todos estaban felices y riendo. Para cuando Blaine sirvió pastel de queso de postre, una sensación cálida y agradable se apoderó de Riley.
«Parecemos una familia», pensó.
O tal vez no… Tal vez…
«Realmente somos una familia.»
Hacía mucho tiempo que Riley no se sentía así.
Cuando terminó su postre, pensó de nuevo: «Realmente podría acostumbrarme a esto.»
Después de cenar, las chicas volvieron a su habitación para jugar antes de irse a dormir. Riley y Blaine fueron al porche, donde bebieron copas de vino mientras caía la noche. Los dos guardaron silencio por un rato.
Riley disfrutó de esa quietud y se dio cuenta de que Blaine también.
No recordaba haber compartido muchos momentos silenciosos, fáciles y cómodos como este con su ex esposo, Ryan. Casi siempre hablaban… o no se hablaban por una razón u otra. Y cuando no se hablaban, simplemente habían habitado sus propios mundos separados.
Pero Blaine se sentía una parte muy importante del mundo de Riley en este momento…
«Y es un mundo muy hermoso», pensó.
La luna era brillante, y mientras la noche se volvió más oscura, las estrellas fueron apareciendo en grandes grupos. Se veían increíblemente brillantes aquí, lejos de las luces de la ciudad. Las olas oscuras del Golfo reflejaron la luz de la luna y las estrellas. A lo lejos, el horizonte se volvió borroso y finalmente desapareció, de forma que el mar y el cielo parecían uno solo.
Riley cerró los ojos y escuchó las olas.
No había ningún otro ruido en absoluto, ni voces, ni televisión, ni el tráfico urbano.
Riley suspiró de felicidad.
Como contestando su suspiro, Blaine dijo: —Riley, me he estado preguntando…
Se detuvo. Riley abrió los ojos y lo miró, sintiendo aprehensión.
Luego Blaine continuó: —¿Sientes como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo o desde hace poco?
Riley sonrió. Era una pregunta interesante. Se habían conocido hace un año, y llevaban tres meses saliendo. Durante ese tiempo, se habían acercado mucho.
Ellos y sus familias también habían atravesado situaciones peligrosas juntos, donde Blaine había demostrado mucho ingenio y coraje.
Riley se preocupaba por él, confiaba en él y lo admiraba.
–Es difícil de decir —le dijo a Blaine—. Ambas, supongo. Parece que nos conocemos desde hace mucho por lo mucho que nos hemos acercado. Y también parece que nos conocemos hace poco porque… bueno, porque a veces me sorprende lo rápido que nos hemos acercado.
Otro silencio cayó, un silencio que hizo a Riley entender que Blaine se sentía exactamente igual.
Blaine finalmente dijo: —¿Qué crees que debe pasar ahora?
Riley lo miró a los ojos. Su mirada era seria y curiosa.
Riley sonrió y dijo lo primero que se le vino a la cabeza: —¿Blaine Hildreth… me estás pidiendo matrimonio?
Blaine sonrió y dijo: —Vamos adentro. Tengo algo que mostrarte.
CAPÍTULO TRES
Riley se sentía sin aliento. Todo un mundo de posibilidades parecía estar abriéndose delante de ella, y no tenía idea de qué pensar.
Como no sabía qué decir, solo cogió su copa de vino y siguió a Blaine hasta el comedor.
Blaine fue a gabinete y sacó un gran rollo de papel. Cuando llegaron, Riley lo había visto sacando el rollo del auto junto con el resto del equipaje, pero no se había tomado la molestia de preguntarle qué era.
Desenrolló el papel sobre la mesa del comedor, colocando copas en las esquinas para sujetarlo. Parecían planos de diseño.
–¿Qué es esto? —preguntó Riley.
–¿No