Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos. Augusto Zamora

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Название Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos
Автор произведения Augusto Zamora
Жанр Социология
Серия Investigación
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9788416842636



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      foca investigación

      160

      Diseño de cubierta: RAG

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      © Augusto Zamora, 2016, 2018

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      ISBN: 978-84-16842-63-6

      Augusto Zamora R.

      Política y geopolítica

      para rebeldes, irreverentes y escépticos

      3.ª edición ampliada

      Nueva edición, la tercera, de un libro que, en poco más de un año, se ha convertido en un referente en el ámbito del análisis geopolítico, con nuevos materiales sobre los últimos acontecimientos en torno a Irán, Turquía, Siria, Libia, Estados Unidos, Rusia o China.

      Recibimos más información que nunca, y, sin embargo, estamos más condicionados que nunca, pues la creación de enormes oligopolios mediáticos hace que dicha información esté al servicio de los intereses de sus dueños. Este hecho se ve reflejado con particular crudeza en el ámbito de la política y la geopolítica, donde la visión global de un mundo dividido entre «buenos» (neoliberales) y «malos» (todos los demás) es continuamente martilleada por televisiones, radios y cabeceras periodísticas. De ahí que, para entender mejor nuestro mundo (y tratar de cambiarlo, ahora que aún estamos a tiempo), sea necesario casi partir de cero.

      Tal es el objeto de este libro. Dirigido a un público joven de 18 a 90 años, en sus páginas se desgranan los conceptos, las teorías geopolíticas y los protagonistas que han dado y dan forma al contexto sociopolítico, militar y económico que nos rodea. De las proyecciones cartográficas a la Guerra Fría, de los «Estados fallidos» a los «Estados canallas», de la «borrachera del poder» a la economía psicópata, de Estados Unidos a Afganistán y Siria, de la Guerra Fría a la militarización de Europa, del retorno de Rusia como potencia al creciente poder de China, de las guerras pasadas a las guerras futuras… Esta obra ofrece un panorama que sin duda sorprenderá al lector, pues no acaba de cuadrar con la «versión oficial» que se vende a diario.

      Augusto Zamora R. está dedicado, en la actualidad, a la investigación y al periodismo. Fue profesor de Derecho internacional público y Relaciones internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid y embajador de Nicaragua en España hasta 2013. Ha sido profesor en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y es profesor invitado en distintas universidades de Europa y América Latina. Fue director jurídico del Ministerio del Exterior y jefe de gabinete del ministro del Exterior de 1979 hasta 1990. Formó parte del equipo negociador de Nicaragua en los procesos de paz de Contadora y Esquipulas, desde su inicio hasta la derrota electoral del sandinismo. Abogado de Nicaragua en el caso contra EEUU en la Corte Internacional de Justicia y en otras causas en este tribunal, ha participado en numerosas misiones diplomáticas y negociaciones en Naciones Unidas, la OEA y el Movimiento de Países No Alineados. Miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, ha colaborado en los diarios españoles El Mundo y Público, así como en otros medios de prensa en España e Iberoamérica desde hace dos décadas. Entre sus obras cabe destacar El futuro de Nicaragua (1995; 2.ª edición aumentada, 2001), El conflicto Estados Unidos-Nicaragua 1979-1990 (1996), Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua (1999), El derrumbamiento del Orden Mundial (2002), La paz burlada. Los procesos de paz de Contadora y Esquipulas (2006) y Ensayo sobre el subdesarrollo. Latinoamérica 200 años después (2008).

      A mis hijos

      INTRODUCCIÓN

      Vivimos una era única y singular. Por vez primera en la historia conocida, se vienen produciendo enormes cambios en el mundo sin que dichos cambios hayan sido consecuencia de una hecatombe bé­lica o catástrofes naturales. Los grandes cambios de poder suelen ser resultado de decisiones humanas en forma de guerras. España impuso su poder mundial con guerras; Francia la sustituyó como poder hegemónico también con guerras, y guerras de siglos dieron origen al Imperio británico. EEUU se hizo potencia mundial merced a la Primera Guerra Mundial, y poder hegemónico en Occiden­te y sus contornos gracias a la Segunda. Hechos naturales han puesto fin a civilizaciones enteras, como la minoica, destruida por una erupción volcánica, o como las pestes que asolaron Europa y retrasaron siglos su resurgimiento.

      Pero los cambios del presente tienen su origen en un hecho sin parangón en la historia: el suicidio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la gran superpotencia que competía con EEUU por el dominio mundial –o se lo repartían–. No hay antecedentes históricos conocidos de un hecho similar. La historia muestra que las grandes potencias caen o desaparecen como consecuencia de sus declives internos, que llevan a provocar su derrota militar. Le pasó a España en Utrecht, en 1714; a la Francia napoleónica en Waterloo, en 1815; a Alemania en 1918 y 1945… La URSS desapareció por decisión de un hombre alcohólico y enajenado, un Rasputín entronizado, a quien sus asistentes terminarían encerrando en sus habitaciones para evitar que hiciera ridículos mayores, como ser encontrado en paños menores en una calle de Washington. De golpe, sin guerras externas, terremotos sociales o meteoritos apocalípticos, Boris Yeltsin declaró, en diciembre de 1991, que la URSS había dejado de existir. Y el Estado creado por Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, en 1921 desapareció sin más, en lo que otro Vladimir, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha considerado «la mayor catástrofe geopolítica del siglo xx». Efectivamente lo fue, sobre todo para Rusia que, de golpe y sin mediar derrota militar, vio desaparecer dominios adquiridos duramente a lo largo de 500 años.

      La autodestrucción de la Unión Soviética desató una euforia infinita en EEUU y sus aliados. En Washington se dieron a la tarea de rediseñar el mundo para lo que, creían, sería «un nuevo siglo americano». Imponer una hegemonía mundial, un mundo unipolar, requería de conflictos armados. Una tras otra se sucedieron las guerras entre 1998 y 2013, afectando a tres continentes. Con la excepción de la agresión contra Yugoslavia, todas las aventuras armadas terminaron en fracaso. Su único resultado tangible ha sido potenciar un fenómeno antiguo en cuanto a su práctica, pero residual en el mundo –salvo contados países– hasta las guerras de agresión lanzadas por la OTAN. Ese fenómeno viejo pero residual era –es– el terrorismo. La más sofisticada tecnología militar y la maquinaria militar más potente del mundo fueron derrotadas por ejércitos desharrapados, desprovistos de misiles, blindados o aeronaves. Los ejércitos que pensaban desfilar victoriosos en sus respectivos países retornaron uno a uno en silencio y humillados. Lo único que dejaron tras de sí fueron pueblos destruidos, millones de víctimas, decenas de millones de desplazados y refugiados, y un virulento resurgimiento del fanatismo religioso. La unipolaridad y el sueño de un «nuevo siglo americano» se quedaron rápidamente sin pólvora, pero no será ése el peor de sus problemas. Mientras la OTAN se desgastaba en guerras infecundas, otras potencias emergían.