El camino del duelo. 2ª ed. Xavier Munoz

Читать онлайн.
Название El camino del duelo. 2ª ed
Автор произведения Xavier Munoz
Жанр Сделай Сам
Серия Roure
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788494560866



Скачать книгу

      El Camino del Duelo

      Aprendiendo a vivir después

      de una pérdida

      Xavier Muñoz Gallego-Mariné

      El Camino del Duelo

      Aprendiendo a vivir después

      de una pérdida

      Segunda edición reformada y ampliada

Logo%20negre%20trasparent-01.jpg

      1ª Edición: Febrero 2010

      2ª Edición: Julio 2018

      2018 – Xavier Muñoz Gallego-Mariné

      Foto Portada: Xavier Muñoz Gallego-Mariné

      Diseño cubierta: Jaume Salinas

      Compaginación, maquetación y montaje cubierta: Veronika Planier

      Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de cárcel y/o multa, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, por los quién reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin autorización.

      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».

      © Tarannà Edicions

      Tel/ 932 800 390

      e.mail: [email protected]

      https://www.taranna.es

      Depósito legal: B 17306-2018

      ISBN formato papel: 978-84-945608-5-9

      ISBN formato ebook: 978-84-945608-6-6

      Imprime:

      Si desea contactar con el autor, visite el web

       www.sentirlavida.com

      “La luz del cuerpo es el ojo. Por tanto,

      si tu ojo estuviese sano, todo tu cuerpo estará en la luz;

      pero si tu ojo estuviese enfermo,

      todo tu cuerpo estará oscuro.

      Y si la luz que hay en ti son tinieblas,

      ¿cuánta será la oscuridad?”

      (San Mateo 6:22,23)

      A ti, Marta. Esposa, compañera, amante,

      confidente y maestra en vida y más allá de

      esta vida. Amada desde lo más profundo de

      mi alma, en pasado, presente y futuro.

      A ti, Isabel, fiel compañera de viaje

      que con tu profunda dulzura y paciencia

      me ayudaste a reencontrar el camino,

      y mi propio ser.

      A vosotros, Marc, Haizea, Iker y Odei.

      Hijos y nietos queridísimos, porque siembre

      habéis sabido estar, con vuestro amor,

      vuestra presencia y vuestra paciencia

      Y a ti, lector o lectora, para quien deseo

      que estas páginas sean un espejo en el que

      mirarte, y un poco de luz en este largo,

      duro y complicado camino en el que te has

      encontrado, sin vuelta atrás posible.

      Buenos dias, amor

      “Abro los ojos, está amaneciendo.

      Veo los tuyos, me estás mirando.

      Veo tu boca, me estás sonriendo.

      La misma mirada, cada mañana,

      la misma sonrisa… de papel.

      Así son ahora tus buenos días,

      silenciosos, pero yo los siento,

      aquí dentro, profundamente.

      Te sonrío y te contesto:

      “Buenos días, Amor,

      te quiero con toda mi alma.”

      Y en silencio, me recuerdas,

      cuánto me amas,

      y yo lo siento aquí,

      aquí dentro, profundamente.

      Tan sólo deseo que hoy también,

      tu luz ilumine la oscuridad

      de mis pensamientos.

      Y tu amor me pinte la cara

      de color esperanza.

      Buenos días, Amor,

      esta noche te cuento…”

      (Autor desconocido)

      Prólogo

      Hace ya 13 años comenzaba mi andadura por ese kafkiano camino llamado “Duelo”. Sabía que iba a ser duro, pero estaba lejos de imaginar hasta qué punto lo sería, como lejos estaba también de saber cuál sería el final tras tanto sufrimiento.

      La vida me había robado a quien más quería. Aquella dulce mujer con la que todo tomaba sentido y con quien compartí hogar, trabajo, hijos, sueños, ilusiones, frustraciones, proyectos,… Me había quedado desnudo y aterrorizado ante la vida.

      Sin Marta a mi lado sentí que lo había perdido todo. Los primeros días fueron un deambular por la vida cual un autómata sin rumbo ni sentido. Hasta mis propias percepciones me resultaban extrañas y desconocidas casi en su totalidad, observándome a mí mismo consciente de que aquel no era yo.

      ¿A qué me enfrentaba?, ¿cómo podía haber un final feliz en aquel pozo de desesperación y sin sentido en el que me hallaba, si con su pérdida también me había perdido yo?

      La primera noche, la primera semana, el primer mes, el primer año,… y, con ellos, el primer aniversario, las primeras Navidades, los primeros Reyes, Semana Santa, Verano,… Un sinfín de fechas cargadas de dramatismo y dolor inhumanos, a los que enfrentarte sin más ayuda que tu propio ser interior. Un ser maltrecho que parecía no encontrar salida alguna, ni respuesta capaz de dar aliento a quien, desesperado, buscaba cualquier cosa a la que agarrarse, cualquier consejo, libro, palabra, … con tal de saber qué hacer y por donde tirar.

      Desde entonces para acá ya han transcurrido 13 años. Hoy parecen muchos, y no sabría decirte si largos o cortos, quizás sólo esto, años hasta llegar a este momento en concreto, al hoy, un presente en el que el camino realizado te da aquella perspectiva y serenidad que nunca imaginaste llegar a conseguir jamás.

      Parece mentira la enorme capacidad que llegamos a tener escondida en nuestro interior más profundo. Si en aquellos momentos hubiera imaginado o intuido su existencia, quizás hubiera sido todo un poco más llevadero, pero parece ser que sólo con el sufrimiento llegamos a aprender y crecer de verdad. Recorriendo este sendero nació mi libro “El Camino del Duelo. Aprendiendo a vivir después de una pérdida”, con la única intención de aportar mi experiencia a quienes se encontraran dando sus primeros pasos por semejante trayecto infernal. Sólo deseaba ser útil.

      En su momento, y a pesar de mi formación académica, nada sabía acerca del Duelo. Había leído a la Dra. Elisabeth Kübler-Ross en su libro “La Muerte un Amanecer”, pero parecía