Название | Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias |
---|---|
Автор произведения | AAVV |
Жанр | Документальная литература |
Серия | CINC SEGLES |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788491343196 |
Para entender una personalidad tan multifacética no deben hacerse parcelas. Evidentemente, trabajaba mucho, tenía ilusión por el trabajo y era tenaz. «No sabía descansar si no era trabajando en otra cosa», ha señalado Vicent Llombart.38 Era capaz de combinar la actividad política intensa con la investigación: siendo ministro, por ejemplo buscaba libros viejos, acudía a leer a la Biblioteca Nacional –cerca del Ministerio de Sanidad y Consumo–, estaba al tanto de novedades científicas y hasta se informaba un día a la semana cuando era ministro sobre los trabajos y actividades de sus discípulos.39
Lluch es considerado por todos los testimonios que hay como un ejemplo de diálogo en todos los aspectos, pero principalmente en la política. Desde joven también buscaba el diálogo. Ya en 1959 consiguió poner de acuerdo al PSUC, PLP/FOC y MSC para llegar a un programa común en la facultad donde estudiaba y ser elegido delegado en el marco del SEU, pero en elecciones libres por primera vez.40 Era un hombre aglutinador de opiniones diferentes y sabía encontrar puntos de encuentro.41 Cuando era un joven profesor en Barcelona contribuyó a crear la Taula Rodona, precedente de l’Assemblea de Catalunya, y más tarde, en Valencia, aglutinó a los socialistas y actuó en la creación del Consell Democràtic del País Valencià.42
Este carácter dialogante, que no eludía en ocasiones las polémicas académicas y de interpretación histórica o políticas de quienes discrepaba, lo mantendría tota la vida.43 Gemma Nierga, el día de la gran manifestación de Barcelona después de matarlo ETA, pudo decir: «Estoy convencida que Ernest, hasta con la persona que le mató, hubiera intentado dialogar; ustedes que pueden dialoguen por favor».44 En la campaña de las elecciones municipales de 1999, en una de las treguas de ETA, apoyó a Odón Elorza en Donosti, y en un mitin, mietras le insultaba la izquierda abertzale, les respondía con vehemencia desde la tribuna: «¡Qué alegría llegar a esta plaza y ver que los que ahora gritan, antes mataban y ahora solo gritan: qué alegría…! ¡Gritad más porque mientras gritéis no mataréis!».45 Entendía que el diálogo comenzaba por hacer comprensible la opinión de los contrarios y oponentes, lo que Jonan Fernández ha visto como «una visión muy creativa de la política».46 No era un hombre de temperamento doctrinario y ha sido definido como alérgico a las lógicas de aparato de partido,47 aunque hemos de decir que se supo manejar muy bien en el PSC y en todos los que estuvo. Estaba convencido de que un político, por negra, dura y compleja que fuese la situación, siempre tenía que buscar salidas y posibilidades de solución o mejora de problemas.48 Era consciente de los condicionamientos sociales que la acción política tenía y consideraba que todo político debía contar con ellos y ser hábil y operativo.49
Lluch era un hombre de izquierda moderada. Su hija Rosa lo define como una persona entre el socialismo, la socialdemocracia y el cristianismo de base.50 Y este perfil debió definirse muy joven: en sus años de formación, y lo mantuvo toda su vida. Es importante reseñar que en sus años de estudiante nunca estuvo en la órbita comunista, a diferencia de muchos compañeros que llegaron a las aulas algo después que él.51 Cuando era estudiante, Vidal Villa lo consideró como una personalidad definida por dos ideas: el antifranquismo y el catalanismo, sin embargo debía tener alguna más, si atendemos a lo que publicaba en la prensa juvenil y estudiantil: cuestiones sobre el estado del bienestar, reforma agraria… Sus ideas socialdemócratas cuajaron desde pronto. Cuando era estudiante se había interesado por los Informes Beveridge de 1942-44, base del Welfar State y la política d’Aneurin Bevan, ministro de Salud británico que en el gobierno de Attle de la postguerra introdujo el National Health Service.52 Esta posición socialdemócrata de Lluch era no propia de los estudiantes del 68, más radicales, pero sí de los del 56, más moderados. Tampoco era excepcional el posicionamiento que tenía ante la OTAN, a la que veía más como instrumento militar de la democracia que como instrumento del imperialismo, como sin duda captaba casi en bloque la generación del 68.53 Posiblemente su afección a la socialdemocracia europea se consolidó cuando estudió en París. Lluis Foix lo define como «un hombre de Bag-Godesberg».54 Segundo Bru ha dicho que Lluch era «radicalmente socialdemócrata».55 En los años setenta, en sus clases de la Universidad de Valencia, cuando los profesores progresistas hacían leer y comentaban el Manifesto Comunista, él explicaba y recomendaba el manifiesto de Bad-Godesberg (1959).56
Socialismo moderado y al catalanismo. Se sentía catalanista, pero no nacionalista, por entender que éste exalta el sentimiento de identidad por encima de todos los demás derechos que subordina y reduce.57 Además entendía que debía contarse con la experiencia del siglo XX en que el nacionalismo exaltado tuvo funestas consecuencias. Aquí entra su idea de la historia como retrovisor que sirve para caminar hacia delante: había que caminar hacia delante, mirando también el retrovisor, la experiencia del pasado.58 Mirar al pasado era, según Lluch, importante para saber qué era España. Quería profundizar en la Constitución y construir una España donde cupiesen todos los territorios e identidades y se encontrasen las naciones españolas a gusto. Esta idea se intensificó desde su experiencia política como diputado y ministro. En este sentido, detectó el cambio que se operó con el segundo mandato del presidente Aznar, que sutilmente se orientó a una recentralización.59
TRAYECTORIA PROFESIONAL: RENOVAR EL SABER Y REFORMAR LA SOCIEDAD
1963-1970
Acabados los estudios y ya de profesor ayudante de la facultad de Económicas, siguió su carrera profesional, su pasión por comunicar temas de su especialidad y su compromiso político. Fue ayudante de Estapé desde el curso 1963-64 hasta el año 1967, en que fue expulsado de la Universidad.
Su carrera académica se fue centrando en trabajos sobre estructura y política económica principalmente de Cataluña. Los trabajos tenían proyección práctica: precios el suelo industrial, regiones económicas de Lleida o Tarragona, pero también el País Valenciano o Escocia…, y paralelamente se fue especializado en el pensamiento económico, tema del que unos años después leyó su tesis doctoral.
Su faceta de comunicador también se consolidó durante los años de ayudante. Fue una de las actividades que más atraían a joven profesor y se vio potenciada cuando lo expulsaron de la Universidad y empezó a publicar casi cada día en la prensa. Abordó los más variados temas. Escribía sobre demografía, economía catalana, banca, balanza de pagos, turismo, las autopistas, Guinea, Japón, los países de Europa oriental, las raíces de la Mafia, el Mercado Común, la comarcalización, el País Valenciano o Aragón, sobre temas históricos… Traducía a Schumpeter y hacía crítica de libros y revistas, lo que le servía para estudiarlos a fondo y creo que eso, además de su inagotable capacidad de trabajo, era una de sus fuentes del saber. Es importante destacar que en algunos de sus trabajos de investigador y comunicador trabajaba con otros (Eugeni Giral, Joan Gaspar, Ramon Seró, Ramon Garrabou…), lo que significa otra fuente de su saber: el enriquecimiento mutuo inducido por el contraste de opiniones.
También intensificó el compromiso. Fue miembro de la primera plataforma unitaria de fuerzas políticas democráticas de Cataluña, la Taula