Así como el Pueblo de Israel necesitaba el maná para poder sobrevivir en el desierto, nosotros necesitamos nuestro pan espiritual para vivir en el día a día. A modo de cuentos, anécdotas, testimonios personales, parábolas, frases, etc., el autor nos ofrece el fruto de sus predicaciones para hacer crecer nuestro corazón. Si bien fueron escritas y pensadas para alumnos de secundaria, están dirigidas a lectores de toda edad. Estos breves comentarios son un valioso aporte para lograr un espacio de oración tanto de forma personal como para meditar en grupo.