La inteligencia es un tema que ocupa gran parte de nuestras vidas. Cometemos el error de pensar que se «es» inteligente o no. Pero no reparamos en una idea que ha probado la neurociencia: la inteligencia no es estática. Ser inteligente no es algo predefinido. Todos podemos ser inteligentes, dado que como función activa de la mente, la inteligencia puede desarrollarse y potenciarse. Dicho de otra manera: si llegáramos a conocer los distintos aspectos que conforman la inteligencia podríamos elegir cuáles estimular para potenciar nuestras habilidades. Basta para eso contar con mayor entramado de neuronas en el cerebro, algo que todas las personas desarrollan a lo largo de su vida. El cerebro es plástico y en ningún momento de nuestra existencia pierde esa habilidad. Llegó la hora, entonces, de orientar nuestras acciones para estimular aquello que queremos trabajar y que eso nos permita lograr mejores resultados. Este libro apunta, precisamente, a aportar una serie de conocimientos y prácticas para que cada persona pueda explotar al máximo su inteligencia.