Esta novela es un monólogo del protagonista en el que cuenta su vida. Es la historia de una pasión. Diego Forcarell es un hombre oscuro que ha visto frustradas sus ilusiones y siente que siempre ha ido a remolque de los acontecimientos. Estudia para abogado sin terminar la carrera, trabaja en una compañía de seguros adquiriendo un discreto nivel social y se casa con una mujer a la que aprecia pero no despierta en él grandes pasiones.
Tiene dos hijas y vive resignado una vida doméstica sin más alicientes que ocasionales aventuras extramatrimoniales. Todo cambia cuando conoce a Beatriz, una mujer misteriosa que despierta en Forcarell sus más escondidos instintos. La pasión por Beatriz desequilibrará por completo su estructura vital y, por retenerla, alcanzará extremos de degradación que le conducirán hasta el crimen.
Este ensayo comienza exponiendo lo que no sabemos, es decir las preguntas fundamentales que se hace el ser humano con respecto a su propia existencia y la del Universo. Durante milenios las diferentes religiones han intentado explicar estos enigmas mediante mitos y dogmas no demostrados. Todas las religiones han atribuido a uno o más dioses la creación de todo cuanto existe. Estas explicaciones religiosas, solo mantenidas por la fe, se enfrentan en la actualidad a las hipótesis y hallazgos científicos, que contradicen casi por completo los dictámenes religiosos, aunque tampoco todas sus respuestas se hayan verificado. En todas estas cuestiones aparece la figura de Dios, un Dios laberíntico y cambiante que el hombre ha contemplado de diferentes maneras a través de la Historia. ¿Pero podemos saber qué o quién es Dios? En la primera parte de El laberinto de Dios se analizan los diferentes modelos de Dios. Se explora después el Universo y el origen de la vida, para finalizar con una reflexión acerca de nuestra conciencia y nuestro cerebro. No se pueden ofrecer respuestas, pero sí una reflexión sobre las alternativas que se han propuesto, tanto científicas como religiosas.