Feminismos desde Abya Yala reporta un diálogo preparado a lo largo de años con las mujeres que construyen, desde su realidad en diversas comunidades indígenas del continente, un pensamiento acerca de las formas del ser mujeres y el rol político, estético, cultural, ético y educativo de su ser social. Se trata de un trabajo de campo feminista que resume elementos metodológicos de la filosofía, la Historia de las Ideas y la historia política del entre-mujeres para proponer un mapa de ideas y de formas de organización. Según su autora, es un primer paso hacia la escucha de las ideas que se producen desde sistemas políticos y teorías del conocimiento no occidentales por feministas cuyas lenguas y sistemas de géneros no son los impuestos hace cinco siglos por la colonización cristiana, española y lusitana. un paso para desubicar la matriz occidental del feminismo institucional y producir una relación de respeto y reconocimiento. Para ello, Gargallo Celentani reconoce: «Por ese diálogo caí en la cuenta de que tenía que desubicarme más, ir física y teóricamente al encuentro de las mujeres que desde otras condiciones de vida piensan y actúan para construir una vida mejor para las mujeres».
Este trabajo llena un vacío explicativo e informativo con respecto al estado actual del activismo político y de la reflexión teórica del feminismo latinoamericano a partir de la década de 1990. La autora, con base en algunas preguntas retóricas muy bien elaboradas, da cuenta del por qué tanto el movimiento como el pensamiento feministas latinoamericanos perdieron fuerza crítica y radicalidad en sus acciones y juicios, dejando de sustentarse en sus propias prácticas y en el espíritu de experimentación, fundamentales en su trayectoria histórica. Francisca Gargallo va demostrando con datos y argumentaciones convincentes la relación entre el viraje semántico de los estudios de género junto con el auge de financiamientos, con la pérdida de la autonomía del activismo y del pensamiento feminista latinoamericano, acompañado con la emergencia nada inocente de lo que llama «feministas visibles», convincentes con la figura de «expertas en políticas de género».