Las cartas de Cipriano son una fuente valiosa para el conocimiento de la historia eclesiástica y de las disputas históricas y doctrinales; algunas poseen valor teológico. San Cipriano (muerto en 258 d.C.) fue obispo de Cartago y destacado autor del inicio del cristianismo: el primer escritor latino que alcanzó una posición oficial en la Iglesia. Probablemente nació en el norte de África, quizás en Cartago; pertenecía a la etnia púnica o bereber, y era de familia acaudalada. Recibió una esmerada educación clásica pagana, pero se convirtió al cristianismo, en cuya iglesia se encumbró hasta el obispado. Tras superar las persecuciones del emperador Decio (249-251), murió martirizado en Cartago a raíz de la prohibición del cristianismo que decretó el emperador Valerio (258). En la biografía que de él escribió Poncio –la biografía cristiana más antigua– se le presenta como un hombre enérgico y generoso, que afrontó con valor su turbulenta época.