De Amanecer a las películas de Jayne Mansfield, de Louise Brooks a Tim Burton, el cine norteamericano ha sabido combinar el valor referencial de sus grandes creaciones con una no siempre apreciada, pero no por ello menos persistente, querencia hacia la rareza, la intencionada banalidad con visos de transgresión o la experimentación abierta. Este ensayo recorre ambas facetas: el núcleo cordial de lo que hoy entendemos por «cine clásico norteamericano» y sus amplios y sorprendentes márgenes. Ambos determinan el contradictorio aprecio que el espectador de ayer y de hoy siente por la forma de narrativa popular de mayor influencia en el último siglo. Este ensayo recorre ambas facetas del cine norteamericano el núcleo cordial de lo que hoy entendemos por «cine clásico norteamericano» y sus amplios y sorprendentes márgenes. Ambos determinan el contradictorio aprecio que el espectador de ayer y de hoy siente por la forma de narrativa popular de mayor influencia en el último siglo.
Poe quiso ser romántico a la manera de Byron, de Shelley, de Thomas Moore, pero su genio poético lo llevó por otros derroteros. Su íntimo descreimiento del ideal romántico de la Imaginación se debió a su fascinación por la Ciencia, pero también a su conciencia de escribir desde un entorno material y moral radicalmente distinto al de sus maestros. Su tentativa de armonizar estas contradicciones dará como resultado una poética altamente original. Y esa pugna también nos concierne, porque a partir de Poe, los grandes cuestionamientos de la sensibilidad precedente no tendrán lugar cada doscientos años, sino serán asunto de cada generación. Planteado en forma de 'quest', este libro se propone establecer en qué punto de la obra de Poe puede documentarse el inicio de esa íntima discrepancia con el Romanticismo en la que encontramos el germen de la sensibilidad poética con-temporánea.