El actual sistema energético está basado en unos recursos no renovables, los combustibles fósiles, y su uso lleva aparejada una serie de problemas, como el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. En este libro se analiza y se explica cuál será la naturaleza de un nuevo sistema energético sostenible basado en fuentes renovables. El elemento central de esta fuente de energía del futuro es el hidrógeno, que sustituirá a los combustibles derivados del petróleo, almacenará la energía obtenida de las fuentes renovables intermitentes y podrá convertirse en electricidad en una pila de combustible. La transición de los actuales recursos no renovables al hidrógeno no puede ser inmediata, y tanto la Comisión Europea como los Estados Unidos están planificando la mejor forma de llevarla a cabo. Entretanto, en Islandia han cogido la iniciativa y, para el año 2030, serán la primera economía del hidrógeno del mundo.
En las últimas décadas hemos comenzado a elaborar una visión global de las relaciones que existen entre los distintos componentes de la biosfera. Se están produciendo cambios en el medio y el origen de estas alteraciones inusuales es la actividad de los seres humanos. La pérdida de biodiversidad, la disminución de la capa de ozono o el cambio climático son síntomas de una enfermedad, son la consecuencia de la apropiación de la biosfera por nuestra especie. El cambio global es inevitable, pero lo que sí que es evitable es la continua degradación de los ecosistemas y de su capacidad para proporcionarnos servicios necesarios para nuestra supervivencia. Este es, sin duda, el gran reto de la humanidad para el siglo XXI: avanzar hacia un mundo sostenible, en el que se vayan produciendo mejoras en la economía, el medio ambiente y la sociedad para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. El ecosistema Tierra sobrevivirá a esta crisis pero no está claro si los sistemas sociales podrán sobrevivir sin sufrir un desastre de enormes proporciones. No está en juego la supervivencia de la especie humana, pero sí la de miles de millones de personas en un futuro relativamente inmediato. ¿Seremos capaces de adaptar nuestras estructuras sociales a las limitaciones del planeta Tierra?