Filosofía (pos)moderna y educación. Desafíos para el siglo XXI surge como respuesta a un sistema educativo opresor, retrógrado y obsoleto e incluye críticas a la hegemonía de las bases filosóficas que inspiraron el desarrollo de las primeras escuelas en el mundo, las cuales promovieron radicalmente el racionalismo, el instrumentalismo y el positivismo. Esas perspectivas modernas impulsaron estructuras educativas y procesos pedagógicos muy rígidos, absolutistas y conservadores. Por ello, como una alternativa a la herencia filosófica de los siglos pasados, en este libro se discute sobre educación con las bases filosóficas contemporáneas de la posmodernidad. A partir de estos contrastes, surgen reflexiones pedagógicas y desafíos para el siglo XXI que se exponen a lo largo del texto.
Esta obra expone un fenómeno filosófico que silenciosamente se desarrolla en las diferentes naciones contemporáneas, con énfasis en las occidentales, que tiene como protagonista a dos de los principales ámbitos del ser humano: el intelectual y el emocional. Este último, bastante tiempo despreciado por una corriente de pensamiento ultra racionalista, se puede apreciar con una mejor valoración e inclusión social. Cambios que le otorgan sentido a un giro emocional que es analizado desde la perspectiva educativa, con la finalidad de poder ayudar a las personas involucradas en el acontecer pedagógico y sus nuevos desafíos.