Parafraseando las palabras del inmenso filósofo español, José Ortega y Gasset, en Venezuela, 'el tema de nuestro tiempo' consiste en cerrar definitivamente el ciclo generacional inaugurado en 1928, aupando y apoyando a una nueva generación que esté dispuesta a superar el nefasto 'puntofijismo' y llevar a cabo su tarea histórica de cambio y transformación radical. Y en esa tarea, el socialismo no es una opción.
Varias son las amenazas interpuestas en ese camino hacia el cambio; pero la más acuciante radica en la posibilidad de que la generación del 2007 que hoy dirige la lucha (Juan Guaidó, Miguel Pizarro, Freddy Guevara, Carlos Paparoni, José Manuel Olivares, Juan Andrés Mejía, Stalin González, Yon Goicoechea, Juan Requesens, Gilber Caro), no pueda vencer el cerco que sobre ella ejercen los líderes corruptos del pasado y quede atrapada en las viejas y decadentes ideas socialistas de la 'Generación del 28' que aspira volver y ser restaurada en el poder, consolidando a Venezuela como rehén de las asociaciones corruptas Internacional Socialista, el Socialismo del Siglo XXI, el Foro de Sao Paulo y la Internacional Progresista del comunista norteamericano Bernie Sanders.