Jaime Fernández Molano

Список книг автора Jaime Fernández Molano



    Filo de ausencias

    Jaime Fernández Molano

    Mi alma agradece por los que siguen de este lado de la navaja Detrás de estas manos y de esta alma revertidas que tomaron algún día el filo opuesto de la madeja para escribir los textos que hoy ven su vida propia, existe una historia, construida bajo el fuego de mis amigos, bajo su ánimo, su impulso eterno y toda la fe en mis días. Apostaron. Apostamos. Y así, volvemos hoy a entregarnos, con luz y riesgo propios.Gracias a mis amigos; cómplices y responsables de estos trazos marcados en el alma. Gracias.

    El hombre que se mece

    Jaime Fernández Molano

    El libro que usted tiene en sus manos (…) está atravesado por la muerte. Todos los hombres nos mecemos entre esta vida y la otra, cuando zozobramos a bordo de un avión viejo y descubrimos que somos «ateos de tierra firme». O cuando los paramilitares nos dejan libres al admitir que somos los 'payasos' del teatro del pueblo. O cuando, de bien niños, nos pasmamos ante la lucha a muerte de nuestros dos hermanos con sendas muchachas en el catre del amor". Arturo Guerrero "Con El hombre que se mece, Jaime Fernández Molano enfrenta un reto adicional: el de aprehender la realidad en cápsulas literarias que no superan la media página. (…) Es un recorrido por las máscaras de un país en donde la violencia se escribe en plural: el prestamista, el violador y su verdugo, el fotógrafo, los poetas adoradores de la luna, los policías, el amigo asesinado… todos asoman su rostro por allí, y renglones después desaparecen". Carlos Castillo Quintero "Teniendo en cuenta la naturaleza breve y exacta de los textos contenidos en El hombre que se mece, se impone la sorpresa elabora- da en un devenir narrativo y poético relevante. Las dos partes del libro, cada una a su modo, son el escenario de una secuencia de detalles suspendidos en la simpleza de lo cotidiano, en la vida humana que experimenta cosas y que termina arraigada, para realzarse a sí misma, en el lenguaje". Nayib Camacho O. "En su libro, la vida y la muerte se pasean de la mano en un contubernio inexplicable, sin que ninguna de las dos pretenda realzar su figura para opacar a la otra, como bien lo expresa el autor en estas líneas: «Cuando quise fundirme a mi potranco y ser para siempre un centauro, la daga del execrable hombre segó de un solo tajo la cabeza y también los sueños de la mítica criatura»". Henry Benjumea Yepes

    Mis muertes

    Jaime Fernández Molano

    Hablar de Jaime Fernández Molano es recordar los primeros talleres literarios, su presencia de novel escritor, su crítica mordaz pero también su abrazo fraterno de amigo sincero; que dice las cosas sin adornos y siempre tratando de dar lo mejor de sí. Gonzalo Arango escribe unos versos que me parecen una fotografía literaria de Jaime Fernández: «Inteligente como un tratado de magia negra, ruidoso como una carambola a las dos de la mañana». Ese es él. Alquimista, alfarero que hace extrañas mezclas de ternura y terror en todo lo que hace. Un rebelde que escribe textos intimistas, confidenciales, donde habita un ángel tierno que lo destruye todo. Un pájaro de ojos abstractos que picotea el pubis o «la carne abierta e inmaculada de ese pecado púber que llevo hasta la conversión de pequeñas hetairas». De Charles Baudelaire aprende a ser blasfemo como única esperanza del desamparo. Con él ennoblece la furia y la apacigua casi hasta el llanto. De Poe aprende el manual para ser expulsado de un colegio en tres minutos. Poe fue expulsado del West-Point; Jaime lo imita y sale expulsado de varios colegios de Villavicencio y otros pueblos vecinos; pero aprende de Poe lo más valioso «el lirismo etéreo encarnado en esa mágica música del lenguaje». Y vienen más: Rimbaud, Kafka, Nietzsche, Kavafis, Borges, quienes señalan la culpa heredada de los dioses, su desesperación, su delirio, sus sombrías ideas de la muerte. Porque Jaime prefiere «la muerte al olvido». Que lo odien, murmuren de él hasta el cansancio, pero que no lo olviden. Error que cometemos con frecuencia, como si quisiéramos que Jaime Fernández Molano siguiera los efluvios de una espiritualidad atormentada.