A partir de la segunda mitad del siglo XX, abundante luz procedente de diversas fuentes ha iluminado el importante tema del cuidado de la salud. Pero, ya mucho antes, el Espíritu de Profecía le había dado una visión diferente: el ámbito espiritual; y fue allí donde del arte de sanar brilló con santo esplendor, luz nítida y vital que hoy está a nuestro alcance. Que los «consejos» contenidos en esta obra sirvan para bendecir, fortalecer y amoldar la vida de quienes tratan de dirigir la atención de la gente hacia nuestro bendito Dios, quien es el único que posee el don de la sanidad, al tiempo que se benefician de sus sabios y eternos principios.
"En la providencia de Dios, los hechos han sido así ordenados para que los pobres estén siempre con nosotros, y lo es con el único propósito de que pueda haber en el corazón humano un constante ejercicio de los atributos de la misericordia y el amor. El hombre ha de cultivar la ternura y la compasión de Cristo; no ha de separarse de los dolientes, los afligidos, los necesitados y los angustiados" Elena de White, Signs of the Times, 13 de junio de 1892.