Entre 1982 y 2001, Pierre Bourdieu dictó clases en el Collège de France. En un esfuerzo impresionante de síntesis reflexiva y divulgación, dedicó los primeros cinco años de enseñanza a una introducción general a la sociología, algo muy infrecuente en esa institución. Convencido de que lo propio del oficio científico es el arte de reconocer problemas teóricos en los hechos más banales de la vida cotidiana, en cada encuentro Bourdieu destina la primera hora a la exposición y discusión conceptual, y convierte la segunda en un seminario abierto en el que el tema y el tono cambian por completo para mostrar –con ejemplos y situaciones concretas o hipotéticas, con humor y complicidad con los participantes– cómo se puede construir un objeto, elaborar un método y poner a prueba esas formulaciones teóricas. El presente volumen, que corresponde al ciclo lectivo 1983-1984, está centrado en el concepto de capital y en sus vínculos con las nociones de campo y habitus. Clase a clase, Bourdieu desarrolla las diferentes formas de capital (el económico, el simbólico) para poner el foco en los diferentes estados del capital cultural según su nivel de estabilidad y codificación, que varían según se trate de sociedades precapitalistas o de sociedades altamente diferenciadas. Partiendo de estas precisiones –y con una formidable revisión de clásicos de las humanidades–, se adentra en el campo cultural para explicar cómo funcionan los golpes de autoridad y los circuitos de legitimación o desacreditación simbólica. Atento a los cruces entre el mundo intelectual y el periodístico, observa cuáles son las estrategias para determinar quién existe como pensador o escritor (y qué cosa es un buen escritor), quién merece ser leído y comentado, mientras pone en evidencia los criterios arbitrarios y prefijados de los balances habituales en la prensa cultural («las mejores novelas del año», «las nuevas voces»). Como no hay una clasificación objetiva respecto de qué es bueno o no, quién existe o no, y esa ausencia es un hecho social, sobrevienen la angustia y el temor a ser excluido del reconocimiento. En ese sentido, con reveladores análisis de El proceso de Kafka y otras obras literarias en las que ve un modelo dramatizado de la sociedad, Bourdieu señala que los universos intelectuales, donde circula y da rentas el capital simbólico, son un espacio hipercompetitivo, lleno de incertidumbre: allí, los ingresantes hacen sus apuestas vitales al tiempo que sienten amenazada su identidad y su existencia misma. Mirando con lupa ese universo, sin dar nada por sentado, este esperado libro se revela ineludible para comprender la vida social y los sobresaltos que conlleva. Con la experiencia del investigador y la generosidad del docente, en diálogo con otras disciplinas como la antropología y el psicoanálisis, Bourdieu demuestra acabadamente que las ciencias sociales están llenas de experimentación.
"La política neoliberal puede juzgarse hoy por los resultados conocidos por todos, a pesar de las falsificaciones basadas en manipulaciones estadísticas que quieren convencernos de que Estados Unidos o Gran Bretaña llegaron al pleno empleo: se alcanzó el desempleo en masa; apareció la precariedad y sobre todo la inseguridad permanente de una parte cada vez mayor de los ciudadanos, aun en las capas medias; se produjo una desmoralización profunda, ligada al derrumbe de las solidaridades elementales, incluidas las familiares, con todas las consecuencias de ese estado de anomia: delincuencia juvenil, crimen, droga, alcoholismo, regreso de movimientos fascistas, etc."
Bourdieu plantea en esta recopilación de manifiestos, conferencias y textos periodísticos su preocupación por el devenir del mundo actual con la corrosiva mirada crítica que marcó su trayectoria. Ante los conflictos sociales ocurridos en Francia y otros países de Europa en los últimos años, la problemática de los inmigrantes, los desocupados y el papel de relevancia que alcanzaron los medios de comunicación (en especial la televisión), Bourdieu alza la voz para denunciar y proponer, marcando el camino a los más jóvenes.
El sociólogo Pierre Bourdieu (1930-2002), autor de más de una veintena de libros que lograron repercusión mundial, fue director de la prestigiosa École des Hautes Études en Sciences Sociales (París). En 1996 fundó la asociación Liber-Raisons d'agir, editora de breves trabajos militantes.
Eine «illegitime Kunst» nennen Bourdieu und seine Mitarbeiter die Fotografie. In der Tat gilt sie als «Zwitter»: als Alltagshandlung mit dem Anspruch einer Kunstanstrengung. Welchen Zwecken gehorcht die Fotografie? Sind Fotografien Bilder in dem strengen Sinne, mit dem dieses Wort in aller Regel ausgestattet wird? Und welche stillschweigenden oder ausdrücklichen Vorsätze steuern den technischen Apparat, wenn ein Foto «geschossen» wird? In diesem Buch wird die Fotografie unter dem Gesichtspunkt ihres Gebrauchswertes untersucht. Denn es ist, wie Bourdieu sagt, der Gebrauch, der ihre Bedeutung konstituiert, eine soziale Bedeutung. Dies erklärt sowohl die Verbreitung des Mediums als auch die Uniformität der Bildmotive. Und es erklärt den besonderen Status des Fotografierens innerhalb der kulturellen Alltagstätigkeiten es signalisiert eine kodifizierte Verhaltensweise, die «den Anspruch erhebt, Kunst zu sein».
Much orthodox economic theory is based on assumptions which are treated as self-evident: supply and demand are regarded as independent entities, the individual is assumed to be a rational agent who knows his interests and how to make decisions corresponding to them, and so on. But one has only to examine an economic transaction closely, as Pierre Bourdieu does here for the buying and selling of houses, to see that these abstract assumptions cannot explain what happens in reality. As Bourdieu shows, the market is constructed by the state, which can decide, for example, whether to promote private housing or collective provision. And the individuals involved in the transaction are immersed in symbolic constructions which constitute, in a strong sense, the value of houses, neighbourhoods and towns. The abstract and illusory nature of the assumptions of orthodox economic theory has been criticised by some economists, but Bourdieu argues that we must go further. Supply, demand, the market and even the buyer and seller are products of a process of social construction, and so-called ‘economic' processes can be adequately described only by calling on sociological methods. Instead of seeing the two disciplines in antagonistic terms, it is time to recognize that sociology and economics are in fact part of a single discipline, the object of which is the analysis of social facts, of which economic transactions are in the end merely one aspect. This brilliant study by the most original sociologist of post-war France will be essential reading for students and scholars of sociology, economics, anthropology and related disciplines.