Harry Crews

Список книг автора Harry Crews



    El amante de las cicatrices

    Harry Crews

    Es el Sur de su infancia, el Sur rural y empobrecido en el que a casi todas las personas les falta algo: un dedo, un pie, una oreja, un ojo, un ser querido… Un mundo que nada tiene que ver con el que sale retratado en las páginas del catálogo de Sears, donde todos sonríen enteros y sin cicatrices. Crews siempre sospechó que bajo aquellas ropas tan elegantes tenía que haber marcas y moratones. En el fondo, da igual lo mucho que uno se aleje o se proteja, siempre hay un martillo o un anzuelo aguardándote a la vuelta de la esquina. Pete lo sabe. Huye de un pasado lacerante, trabaja a destajo en una fábrica y evita cualquier tipo de contacto humano. No quiere que nadie le salpique con sus problemas. Suficiente tiene ya con los suyos. Y todo le va más o menos bien hasta que Sarah, la extraña muchacha de la casa de al lado, se cruza en su camino. Entonces, de golpe y porrazo, se verá involucrado en una extravagante historia de amor en la que hasta el más pintado, hasta los yaks devastados del zoo de Jacksonville, carga con sus propias, secretas, cicatrices. A Crews no le resulta placentero hablar de nuestras simulaciones. Sabe que en realidad somos carnívoros y nos comportamos como asesinos. Que abusamos de los demás en cuanto podemos. Pero también sabe que en todo eso hay belleza, humor, felicidad y éxtasis. Porque al final uno cicatriza y, como muy bien dice la mujer Obeah, hay algo bonito en una cicatriz. Significa que ya no te duele, que la herida se ha cerrado y ha sanado para siempre. «Su literatura se aferra al terruño natal, delimitando una geografía personal que remite de manera perversa al naturalismo de Flanney O´Connor y Carson McCullers. Pero también al retrato, entre poético e intimista, de William Faulkner y Truman Capote; y, sobre todo, al delirante humorismo de John Kennedy Toole.» David Bizarro, Tentaciones «Autor de 16 novelas, Crews fue un outsider que dio vida a la América profunda y ahondó como nadie en su verdadero ser, dejando un imaginario grotesco, lleno de autenticidad y fuerza poética. Era una poesía freak, de lo monstruoso y lo marginal. José Luis de Juan, Babelia, El País «No lo encontrarán en las grandes enciclopedias de la literatura y, si estuviésemos hablando de hace un par de años, ni siquiera lo encontrarían en las librerías españolas. Triste pero cierto: entre la ingente cantidad de novedades que cada semana saturan el mercado editorial, Harry Crews (1935-2012) ha tenido que esperar toda una vida para ver cómo sus obras empezaban a traducirse al castellano.» David Morán, ABC

    Desnudo en Garden Hills

    Harry Crews

    La antigua explotación minera de Garden Hills ya no es lo que era. Desde que la refinería cerró sus puertas todo se ha vuelto gris. El horizonte es un borrón de ceniza, smog, hedor y escoria. Apenas se ve el cielo. Al pie de la colina ya solo quedan doce familias pendientes de un falso rumor.Fat Man, el antiguo Señor del Fosfato, desde su fortaleza en la cumbre, no puede moverse de lo gordo que está. Lo ayuda en todo lo que puede Jester, un jockey negro lesionado que vive en una cabaña apartada en compañía de Lucy, una mulata despampanante. Se conocieron en un circo de freaks. Él montaba en un caballito balancín; si dabas con la bola en la diana lo hacías caer en un tanque de agua. Ella, anunciada como «Nestradidi, la Princesa Africana Civilizada», fumaba cigarrillos con el coño.Esta es la fauna que puebla las colinas. Un lento declive hacia la extinción. Pero Dolly, la joven Reina de la Belleza que logró huir en su día de aquel agujero inmundo, acaba de volver de Nueva York con un plan (y una jaula) para sacar a Garden Hills del olvido.«Más triste que un zoo. Gótico sureño en su máxima expresión, un paisaje del Bosco plantado en medio de Dixie.» Jean Stafford, The New York Times Book Review «¡Soberbia y absorbente!» Erskine Caldwell «Afilada y furiosa, vibrante y viva… ¡Una nueva voz a tener en cuenta!» Los Angeles Times «Una experiencia inolvidable.» Oregon Journal

    Coche

    Harry Crews

    Herman es el hijo de Easy Mack, el propietario del mayor cementerio de coches de Jacksonville, Florida. La vida transcurre sin mayores aspavientos entre la chatarra y los efluvios fétidos del río Saint John. Su hermano, Mister, desguaza y sueña con Cadillacs. Su hermana Junell está a cargo de la grúa, Big Mama, y se desvive por ser la primera en llegar a los accidentes y llevarse la mejor pieza. Pero hay un problema: Herman no encaja. Nunca lo ha hecho. Parece hijo de otro. No termina de enraizar. Les ha salido un poco rana. Es un soñador y tiene ideas. Ideas muy locas que, además, no duda en llevar a cabo. La última tiene que ver con un Maverick del 71. Un Ford seis cilindros con palanca de cambios convencional «y sin opciones», tal y como ha salido anunciado en el Times-Union de Florida. Herman se lo va a comer. Pieza a pieza.«Detesto su presencia asfixiante y aborrezco la absoluta estupidez de la industria automovilística. Consideren esta cuestión: ¿Qué sentido tiene que un ama de casa de 55 kilos se meta en una máquina de 1800 kilos para conducir 2 manzanas a por una barra de pan de 300 gramos? Esta y otras cuestiones parecidas hicieron inevitable la escritura de Coche.» Harry Crews «Esto sin duda supera lo de comerse cincuenta huevos duros.» Donn Pearce, autor de La leyenda del indomable «Este libro es extremadamente divertido, diría más, dolorosamente divertido… Coche nos brinda destello tras destello de auténtica genialidad.» The New York Times Book Review «Para dramatizar su disgusto, Harry Crews urde su trama más absurda y más fácilmente resumible hasta la fecha: un hombre se come un coche.» Ted Geltner, autor de Blood, Bone and Marrow (la biografía de Harry Crews)

    Festín de serpientes

    Harry Crews

    Granjeros ebrios. M ajorettes viciosas y toxicómanas. Negros silenciosos con instintos homicidas. Un exjugador de fútbol americano que podría haber llegado a lo más alto. Un parque de caravanas. Un sheriff con una pata de palo, souvenir de su paso por Vietnam, que utiliza la cárcel de picadero. Un ayudante del sheriff que no da abasto. Una navaja. Peleas ilegales de perros. El entrenador Tump y sus muchachos. Una chica pegada al televisor. Mucho moonshine, mucha cerveza y alguna que otra botella robada de whisky del bueno. Un predicador de serpientes. James Brown en la gramola. Canciones de Merle Haggard. Un abogado que solo puede follar pensando en Treblinka. Bebés llorones. Una estudiante de filosofía que lee novelas de ciencia ficción (y que forzosamente ha de ser idiota). Un montón de melenudos. Viajantes de comercio. Gente procedente de todo el país (el año pasado se presentaron dos de Canadá y cinco de Texas). El certamen de Miss Crótalo.Y un montón de serpientes. Serpientes por todas partes. Consoladores con forma de serpiente, preservativos con forma de serpiente, ropa interior con estampado de serpiente, cazadores de serpientes y serpientes a la sartén con salsa picante de Louisiana… ¡Bienvenido al rodeo anual de serpientes de cascabel de Mystic, Georgia!«Absolutamente espectacular.» Jonathan Yardley, The Miami Herald «Harry Crews posee un talento único. Festín de serpientes se me ha quedado grabada en la mente. Empieza donde lo dejó James Dickey.» Norman Mailer «En Festín de serpientes, Harry Crews se ha sacado de la manga otra excelente y extraordinaria novela, con una magia genuina e inimitable. Ignoro de dónde procede la magia de su narrativa, pero sin duda está ahí y es rara, divertida y descarnadamente potente. Nunca he comenzado una novela suya que no haya querido acabarme del tirón, y Festín de serpientes se encuentra entre las mejores.» Joseph Heller «Crews posee un estilo frío, mordaz, casi espeluznante, engañosamente simple y fluido, aparte de un sentido del humor maravillosamente irónico. No hay ningún adjetivo en el diccionario de sinónimos que haga justicia a la naturaleza deslumbrantemente bizarra de las creaciones de Crews.» Kenneth Turan, The Washington Post Book World «Harry Crews es el escritor más perversamente divertido que existe, o quizá el escritor más divertidamente perverso. El caso es que Festín de serpientes es Crews en todo su esplendor, y en ella el surrealismo de su inclemente mundo alcanza la perfección. Festín de serpientes me ha hecho ver que hay algo muy profundo emergiendo de la obra de Crews: una suerte de tristeza radical. Sus personajes enloquecen de aflicción por las cosas que ven y hacen. Esta nueva novela versa sobre el pecado mortal y la desesperación. Su protagonista, Joe Lon Mackey, sabe que vive en un mundo en el que las cosas no van a ir a mejor. Pero es lo bastante honesto para negarse a vivir bajo la simulación de que podrían llegar a hacerlo, y lo bastante valiente (y loco) para emprender la acción que marque la diferencia. En todo lo que Crews ha escrito hasta ahora, uno se ríe y se espanta; pero con Festín de serpientes uno también se duele.» Douglas Day «Festín de serpientes es una novela breve pero rotunda y deslumbrante; he de decir que en un par de ocasiones me ha dejado sin aliento.» San Francisco Chronicle

    La maldición gitana

    Harry Crews

    «Gótico sureño con esteroides.» Marvin Molar nació con piernas diminutas de renacuajo (no miden más de ocho centímetros). Sus brazos de elefante lo compensan. Cincuenta y seis centímetros de diámetro y tan fuertes que es capaz de mantenerse en equilibrio sobre la punta de un solo dedo. De hecho, se gana la vida con ello. También es sordo; y mudo. Pero lo peor de todo es que sobre él pesa la maldición gitana: «¡Que encuentres un coño a tu medida!». Y el coño que encuentra es el coño de Hester, que en principio es una chica normal. Hester insiste en mudarse al Fireman's Gym de Al Molarski donde Marvin lleva viviendo desde que le abandonaron siendo un bebé. Marvin se resiste. Al Molarski también. Los dos boxeadores sonados que viven y entrenan en el gimnasio se quedan estupefactos y excitados ante la idea de una nueva inquilina. Pero lo que Hester desea, Hester lo consigue, y así queda listo el escenario para la catástrofe.Las novelas de Harry Crews siempre han sido elogiadas por su misteriosa y convincente comprensión de los sentimientos humanos que residen en medio de lo demoníaco y lo extraño, en lo que The New York Times Book Review ha llamado «un paisaje digno de El Bosco». Aquí, su extraordinario talento nos introduce aún más en un terreno de inesperadas posibilidades emocionales, dejándonos finalmente conmovidos, más cautivados que horrorizados, por el cumplimiento atroz e implacable de L a maldición gitana.

    Una infancia

    Harry Crews

    El cantante de gospel

    Harry Crews