Este libro ofrece análisis detallados del riesgo que corren la Tierra y la humanidad, y denuncia las amenazas que se ciernen sobre nosotros, pero sobre todo presenta una perspectiva de esperanza, de que si somos solidarios y cooperativos podremos dar un salto de calidad hacia un mundo más cuidadoso con la Madre Tierra, más justo, tierno y fraterno con los compañeros de viaje de este planeta. En este sentido, la obra está en sintonía con las reflexiones del papa Francisco sobre «el cuidado de la Casa Común», pues sin desconocer la gravedad de la situación, siempre encuentra razones para la esperanza y para la confianza en el ser humano, en su inteligencia y sabiduría y, evidentemente, en el Dios Creador, que se revela como «el soberano amante de la vida», y no permitirá que su creación, nacida del amor, sucumba miserablemente.
Hoy existe una percepción generalizada de que sobre el Sistema Tierra y el Sistema Vida, incluida la especie humana, pesan graves amenazas originadas por la irresponsable actividad humana, a punto de destruir el frágil equilibrio del planeta. Prácticamente la mayoría de los elementos importantes para la vida (el aire, el agua, el suelo, la biodiversidad, los bosques, la energía, etc.) se encuentran en un proceso acelerado de degradación. La economía, la política, la cultura y la globalización siguen un derrotero que no puede ser considerado sostenible, debido a los niveles de expoliación de los recursos naturales, así como de generación de desigualdades y conflictos, con los consiguientes desgarros sociales que producen.
En esta obra, el autor realiza un recorrido histórico desde el siglo XVI hasta nuestros días, sometiendo a rigurosa crítica los distintos modelos existentes de desarrollo sostenible. Y a partir de una visión sistemática fundada en la nueva cosmología, en las ciencias de la vida y de la Tierra, presenta un concepto de sostenibilidad integral, aplicable al universo, a la Tierra, a la comunidad de vida, a la sociedad, al desarrollo, a la educación y a la vida de cada persona. La vitalidad de la Tierra y el futuro de la especie humana solo estarán garantizados si conseguimos dotarlos de sostenibilidad.