La colección Neblí considera uno de sus mayores tesoros los escritos de los Santos Padres. Después de la Sagrada Escritura, y junto a los documentos del Magisterio de la Iglesia, constituyen la fuente más pura y rica de las enseñanzas cristianas.
Este libro pertenece a ese valioso patrimonio, y recoge los comentarios del autor a doce parábolas de Jesús, dirigidas en su mayor parte a los cristianos corrientes de su época, pero válidas plenamente para los cristianos de nuestros días.
La misa es el acto central de la vida del cristiano. Todos los detalles de la vida corriente, pequeños y grandes, deben integrarse en la misa. Por ese motivo, el autor ofrece a los fieles corrientes y a los sacerdotes un conjunto de consideraciones que ayudarán a mejorar su atención al celebrar o asistir a la Eucaristía.
El texto es traducción del original latino escrito en el siglo XVII, y mantiene plena actualidad a pesar de los cambios litúrgicos de la misa desde entonces.
Este libro se publicó por primera vez en Salamanca, en 1575, y es un clásico de la literatura espiritual, leído por muchas generaciones de cristianos. Recorre las etapas del andar terreno de Jesús, desde la embajada del Arcángel a la Santísima Virgen hasta la Ascensión de Jesús a los cielos. Su autor dedicó sus estudios y meditaciones al conocimiento y amor de Cristo crucificado, y reúne en este breve libro sus reflexiones más maduras en doctrina y en piedad.
El libro invita a los lectores no solo a dejar atrás las acciones pecaminosas, sino también los pensamientos que las originan. Todo ello a través de ocho series de frases bíblicas.
Este volumen recoge 18 discursos a grupos de católicos y protestantes, donde Newman desarrolla varias claves de la fe cristiana con la intención de promover en los lectores una mayor coherencia, e incluso una conversión. Se trata del primer volumen propiamente espiritual que el autor escribió como católico.
Con un estilo entre la conferencia y el sermón, Newman trata de responder a las preguntas de la razón acerca de los temas básicos del cristianismo, logrando un texto de valor permanente que lo convierte en una joya de la espiritualidad.
El Compendio de la doctrina cristiana, una extensa síntesis de la fe escrita por el autor para ser leída los domingos y fiestas en las iglesias donde no se predicaba, incluía al final estos Trece sermones de las principales fiestas del año.
Rialp los publica ahora sueltos, por ser un excelente testimonio del arte retórico de su autor y de su valiosa aportación a la oración cristiana y a la vida espiritual. El afán del predicador, afirma el autor, ha de ser despertar en el corazón de los oyentes la experiencia íntima, personal y afectiva, de la cercanía de Dios, de su inefable amor. Y así lo hace en este caso, a través de trece sermones magistrales.