Desde hace un siglo, el Opus Dei irradia en el mundo un mensaje de encuentro con Dios en la vida corriente. No es poco lo que se ha escrito sobre esta institución y sobre su fundador, Josemaría Escrivá, pero es la primera vez que se lleva a cabo una investigación exhaustiva, con acceso a toda la documentación que se conserva y a numerosos testimonios orales.
Los autores, ambos historiadores, narran la génesis y el desarrollo del Opus Dei, sus iniciativas y su recorrido jurídico, y la acogida de su espiritualidad entre hombres y mujeres de condición muy diversa en los cinco continentes.
Su relato no elude los momentos de incomprensión y dificultad, y constituye así un texto imprescindible para quien desee conocer con más hondura esta prelatura personal de la Iglesia católica.
San Josemaría estuvo en México una sola vez, en 1970. Su intención era postrarse ante la Virgen de Guadalupe para pedir por la Iglesia, zarandeada ya por la agitación del posconcilio. El autor pudo convivir con él esas semanas, y nos ofrece ahora un relato cercano y profundamente humano de su personalidad.
Este viaje dejó una profunda huella en su alma. «Muchas veces -afirmó en los años posteriores- me escapo con el deseo a la Villa de Guadalupe, me pongo delante de aquella Virgen morena, a decirle que la quiero tanto, tanto como sus mexicanos». Como dice Fernando Ocáriz en el prólogo, el autor «nos lleva a peregrinar con el deseo ante la Guadalupana y a revivir esos días junto al fundador del Opus Dei».
El 14 de febrero de 1930 José María Escrivá entendió que la fundación que había iniciado en 1928 debía extenderse también entre las mujeres. Comenzó enseguida a trabajar en esa dirección, lo que no resulto´ tarea fácil, pues no se logró de forma estable hasta el tercer intento, ya en los an~os cuarenta: el 16 de julio de 1942 comenzará en Madrid el primer centro femenino de la historia.
Este relato muestra las distintas fases de consolidación del trabajo del Opus Dei entre mujeres y las distintas actividades apostólicas que estas desarrollaron. Las tareas en las que se implicaron para hacer el Opus Dei fueron variadas y novedosas —teniendo en cuenta el rol femenino en la sociedad de entonces—, como la creación de la editorial Minerva o la dirección de la residencia universitaria Zurbarán. El mensaje del Opus Dei les abría unos horizontes de trabajo y apostolado que las impulsaba más allá de lo que una mujer en la década de los cuarenta podía imaginar.
Capítulo 5 perteneciente al volumen 2 de 'Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría'.
San Josemaría concibe su predicación como una «catequesis» asequible a todo tipo de personas, también a quienes no poseen una especial preparación teológica, pero no por eso simplifica los problemas o elude los interrogantes. Conviene tenerlo en cuenta al exponer el tema que nos ocupa porque, tras los enunciados y explicaciones fácilmente comprensibles, hay un visión teológica de la libertad a la que es preciso llegar si se quieren exponer adecuadamente sus enseñanzas.
José María Escrivá llega a Madrid en 1927. Al año siguiente funda el Opus Dei, y en menos de diez años es ya un sacerdote conocido en buena parte de los ambientes eclesiásticos y universitarios de la capital española.
Su actividad se describe en este libro día a día, evento a evento: sucesos que hilvanaron su vida, personas con quienes mantuvo un trato frecuente o esporádico, lugares que frecuentó y ocupaciones desarrolladas al servicio de los demás para extender el mensaje cristiano de la Obra.
Los editores ofrecen este estudio con la intención de facilitar a los lectores una mayor aproximación a una destacada figura de la Iglesia católica en el siglo XX.
Pedro Casciaro fue uno de los primeros que siguió a san Josemaría en el Opus Dei. Ordenado sacerdote, comenzará el Opus Dei en México, donde impulsará también importantes proyectos de promoción social. El relato de su vida constituye una bella historia de servicio, buen humor y sentido de fidelidad.