La única cosa en que Richard Dovale y Challis Fox lograban ponerse de acuerdo era en que había demasiadas diferencias entre los dos como para ser compatibles. Richard, rico propietario de una mina de diamantes, se consideraba el polo opuesto de la joven y alocada locutora de radio. Entonces, ¿por qué se sentía tan atraído hacia ella? Resuelto a no sucumbir a los placeres de la carne, Richard intentó alejarse de Challis, pero la tentación no tardó en vencerlo y lo condujo a una seducción temeraria que podía cambiar su vida irremediablemente…