La Historia romana es una de las obras más importantes sobre esta materia en lengua griega. Dividida en ochenta libros, abarca desde los orígenes legendarios de la ciudad hasta la época del emperador Alejandro Severo, de quien el autor fue amigo personal y consejero Casio Dión Cocceiano de Nicea (c. 155-235 d.C.) llegó a Roma desde Bitinia al poco de las ascensión de Cómodo al trono (180), y ocupó destacados cargos administrativos en tiempos de Pértinax, Septimio Severo, Caracalla, Macrino y Alejandro Severo. Según cuenta él mismo, en un sueño se le apareció un genio que le ordenó escribir historia, y a raíz del incidente acometió la composición de la Historia romana, una de las obras más importantes sobre esta materia en lengua griega y fuente insustituible para el estudio de la evolución histórica y política de Roma. Dividida en ochenta libros, abarca desde los orígenes legendarios de la ciudad hasta la época del emperador Alejandro Severo, contemporáneo del autor. Amigo y consejero del emperador, Dión se mostraba claro partidario de la monarquía, lo cual le diferencia de otros historiadores de época imperial. Sólo se han conservado completos los libros que van del XXXVI al LIV; del resto quedan fragmentos de extensión variable que se suelen editar acompañados de los resúmenes escritos por diversos epitomadores (los monjes bizantinos Zonaras y Xifilino son los principales), pues en muchas ocasiones estos epítomes es lo único que ha llegado hasta nosotros. En este volumen se incluyen los fragmentos y resúmenes de los libros I-XXXV; abarca, por tanto, desde los orígenes de Roma hasta la época de Pompeyo (primera mitad del siglo I a.C.). La Historia romana es una de las obras más importantes sobre esta materia en lengua griega y una fuente insustituible para el estudio de la evolución histórica y política de Roma.
Estos libros de la Historia romana constituyen una fuente de primer orden, la más valiosa, para comprender el proceso histórico que condujo de la República al Imperio. Los libros incluidos en este volumen abarcan desde los preparativos de la batalla de Accio hasta mediados del reinado de Augusto. Precisamente los libros dedicados a este último constituyen una fuente de primer orden, la más valiosa, para comprender el proceso histórico que condujo de la República al Imperio. Sólo el relato biográfico de Suetonio sobre Augusto puede comparársele en importancia entre el escaso material que nos ha llegado. Dion Casio (c. 155-235 d.C.) llegó a Roma desde Bitinia al poco de la ascensión de Cómodo al trono (180), y ocupó destacados cargos administrativos en tiempos de Pértinax, Septimio Severo, Caracalla, Macrino y Alejandro Severo. Según cuenta él mismo, en un sueño se le apareció un genio que le ordenó escribir historia, y a raíz del incidente acometió la composición de la Historia romana, una de las obras más importantes sobre esta materia en lengua griega y fuente insustituible para el estudio de la evolución histórica y política de Roma, desde los orígenes legendarios de la ciudad hasta la época del emperador Alejandro Severo, contemporáneo del autor. Amigo y consejero del emperador, Dión se mostraba claro partidario de la monarquía, lo cual le diferencia de otros historiadores de época imperial.
Dado el alto puesto que ocupaba Dión en la administración imperial, el autor dispuso de fácil acceso a los archivos nacionales Dión fue un producto característico de la aristocracia oriental, un hombre de letras absorbido por el gobierno romano. Sus modelos literarios son Tucídides y Demóstenes –autores harto distintos–, y su concepción del rigor historiográfico no le impide usar recursos retóricos y figuras musicales, sobre todo en los frecuentes y extensos discursos, ni los efectos dramáticos. Las fuentes que más utiliza son los anales, Tito Livio y tal vez Tácito. Dado el alto puesto que ocupaba Dión en la administración imperial, el autor dispuso de fácil acceso a los archivos nacionales, de los que pudo extraer gran cantidad de datos para su obra. El estudio pormenorizado de todas estas fuentes le permitió componer una obra de gran valor documental. Sólo se han conservado completos los libros que van del XXXVI al LIV; del resto quedan fragmentos de extensión variable que se suelen editar acompañados de los resúmenes efectuados por diversos epitomadores, pues en muchas ocasiones estos epítomes es lo único que ha llegado hasta nosotros. En este volumen se incluyen los libros XXXVI-XLV, que abarcan desde la intervención de Pompeyo Magno en Creta (68 a.C.), hasta el inicio de la guerra civil (44 a.C.).
Dion Casio narra en estos cuatro libros, con minuciosidad y fina ironía, los acontecimientos del 43 al 33 a. C., años que fueron cruciales en la historia de Roma, porque en ellos se pone fin a la República y se gesta el Imperio. Dion Casio narra en estos cuatro libros los acontecimientos del 43 al 33 a. C., años cruciales en la historia de Roma, porque en ellos se pone fin a la República y se gesta el Imperio. Tras el asesinato de César se produce en Roma un vacío de poder que intentan ocupar los líderes de cuatro facciones. Por un lado están los asesinos de Julio César, comandados por Bruto y Casio: eran defensores de la República, pero cometieron el error de no tener trazado un plan para después de la muerte de César. Otro bando lo dirige Sexto Pompeyo, que aglutinó a los seguidores de su padre, Pompeyo Magno, derrotado por César unos años antes. Y de otro lado están los seguidores de César, que acabaron divididos en otras dos facciones: los partidarios de Marco Antonio y los partidarios del joven Augusto. Dion relata con minuciosidad y fina ironía los sucesos de estos turbulentos años: la secreta conjuración entre César, Antonio y Lépido (segundo triunvirato); las frágiles alianzas, pues se hacían para no ser cumplidas; los continuos cambios de bando; el ambiente de terror en Roma, donde todo el que aparecía en la listas de proscritos podía ser asesinado impunemente por cualquiera (así muere Cicerón); la magistral descripción de la batalla de Filipos; los divorcios y los sorprendentes matrimonios por interés político; los amores de Marco Antonio con Cleopatra y los de Augusto con Livia… Al final sólo quedan frente a frente Antonio y Augusto.