Julio Camba

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    La rana viajera

    Julio Camba

    "La rana viajera" de Julio Camba de la Editorial Good Press. Good Press publica una gran variedad de títulos que abarca todos los géneros. Van desde los títulos clásicos famosos, novelas, textos documentales y crónicas de la vida real, hasta temas ignorados o por ser descubiertos de la literatura universal. Editorial Good Press divulga libros que son una lectura imprescindible. Cada publicación de Good Press ha sido corregida y formateada al detalle, para elevar en gran medida su facilidad de lectura en todos los equipos y programas de lectura electrónica. Nuestra meta es la producción de Libros electrónicos que sean versátiles y accesibles para el lector y para todos, en un formato digital de alta calidad.

    Julio Camba: Obras 1916-1923

    Julio Camba

    Nació (1884) en una familia de clase media: su padre era practicante y maestro de escuela y su hermano mayor era Francisco Camba. A los trece años, se escapa de casa y embarca como polizón en un barco que va a Argentina. En Buenos Aires se introduce en los círculos anarquistas y hace sus primeras armas literarias redactando proclamas y panfletos. A consecuencia de ello, en 1902 es expulsado de Argentina, junto a otros anarquistas extranjeros. De regreso en España, comienza a colaborar en el Diario de Pontevedra, pero rápidamente se instala en Madrid, en donde escribe para publicaciones ácratas como El Porvenir del Obrero y La Revista Blanca. En pocos meses creará su propio periódico en la calle de la Madera: El Rebelde. En esa aventura le acompañará Antonio Apolo. A partir de 1905 colabora como cronista en El País, rotativo republicano. Sus escritos son de temática variada y en ellos pone de manifiesto su independencia. En este periódico permaneció hasta 1907, cuando comenzó su tarea de cronista parlamentario en España Nueva. En sus textos se empieza a apreciar el escepticismo y la brillantez que le acompañarán durante su carrera. En esos días tuvo lugar el proceso por el atentado contra Alfonso XIII el día de su boda. Julio Camba fue llamado a declarar por su vinculación con Mateo Morral. En algunos de sus artículos explica la escasa relación que mantenía con el anarquista. Su vida como corresponsal no comienza hasta 1908, cuando Juan Aragón le incorpora a la plantilla de La Correspondencia de España. Turquía será su destino como corresponsal. Allí cubrirá las elecciones y el cambio de régimen. A su regreso de Constantinopla, cambia de redacción. El Mundo es el periódico que le contrata para sus corresponsalías en París y Londres. En 1912 empieza a escribir bajo la rúbrica de Diario de un Español en La Tribuna. Volverá a la capital inglesa y enviará sus primeras crónicas desde Alemania para este medio. En 1913 empieza a colaborar con el diario monárquico ABC. Colaboración que duró hasta su muerte, salvo algunas interrupciones. Una de estas (y la más larga) sería la que le llevó a ser periodista de El Sol. Escribe en este diario durante 10 años (1917-1927). Repite corresponsalías, como Berlín, y estrena otras (Roma). De vuelta al diario de los Luca de Tena, regresa a Nueva York por segunda vez. Desde esa ciudad escribe, por ejemplo, el artículo En defensa del analfabetismo, donde se manifiesta en contra de la generalización de la instrucción a todos los españoles. Sus crónicas se recogerán en un libro (como otras muchas): La ciudad automática. Durante la Guerra Civil sus crónicas (en las que expresaba sus simpatías por el bando franquista), se publican en el ABC de Sevilla. Otra colaboración esporádica, de dos años, es la que mantuvo con Arriba (1951-1953). En este periódico comienza con la reelaboración de crónicas y artículos antiguos que bien están ligados a la actualidad o bien basados en la memoria del autor. El retoque y reconversión de sus crónicas será algo frecuente a partir de este momento en sus escritos editados por ABC y La Vanguardia. En 1949 fija su residencia en el Hotel Palace de Madrid hasta su muerte. El 28 de febrero de 1962 fallece Julio Camba, a consecuencia de una embolia, en la clínica Covesa. ÍNDICE: – LONDRES – ALEMANIA – PLAYAS, CIUDADES Y MONTAÑAS – UN AÑO EN EL OTRO MUNDO – LA RANA VIAJERA – AVENTURAS DE UNA PESETA

    La rana viajera

    Julio Camba

    "Mientras he estado en el extranjero, yo he tenido un punto de referencia para juzgar los hombres y las cosas: España. Pero esto era únicamente porque yo soy español y no porque España me parezca la medida ideal de todos los valores. Ahora, y para hablar de España, me falta este punto de referencia. Forzosamente haré comparaciones con otros países. […] Y no sólo resultará que España no puede ser un modelo para las otras gentes, sino que no sirve apenas para los mismos españoles. La rana encontrará su charca muy poco confortable."
    Publicada por primera vez en 1921, La rana viajera supone el reencuentro del incansable viajero con su «charca», donde todo sigue exactamente igual que cuando la dejó: la misma gente, las mismas ideas, las mismas costumbres se reproducen y perpetúan de un modo cansino.
    Tiene el lector en las manos un libro divertido y triste a la vez, sagaz a la par que incómodo, no exento de una crítica mordaz y de una voluntad de crear polémica desde el humor y con un estilo ingobernable, un libro que invita a repensar los problemas de este país desde una óptica distinta y que, conforme avanza, nos convence de la tremenda actualidad de Julio Camba como escritor: no es ya que algunos de sus artículos parezcan escritos anteayer, es que muchos podrían pasar, perfectamente, por ser la columna de pasado mañana.

    La ciudad automática

    Julio Camba

    Publicado por primera vez en 1932, La ciudad automática es un libro de culto, una referencia insoslayable de la literatura periodística del siglo XX. Con su habitual sentido del humor y su facilidad por convertir la anécdota en categoría filosófica, Julio Camba realiza en estas páginas uno de los homenajes más hermosos que se han tributado nunca a la ciudad de Nueva York.
    Recuperado hoy para el lector español es a la vez un motivo de júbilo y un acto de justicia poética.
    Decía un poeta español que, en Nueva York, las estrellas le parecían anuncios luminosos. A mí, en cambio, los anuncios luminosos me parecen estrellas, y Nueva York es, en mi concepto, una ciudad romántica, no a pesar de su brutalidad y de su codicia, sino por ellas precisamente."

    Aventuras de una peseta

    Julio Camba

    Aventuras de una peseta recupera para el lector de nuestro país las crónicas que el genial escritor dedicó a Alemania, Gran Bretaña, Italia y Portugal. En ellas Camba se propone desmenuzar la realidad con precisión de cirujano, haciendo que las cosas, las gentes y los pueblos revelen su lado oculto y con frecuencia más absurdo. Lo mismo dedica su prosa a una salchicha que a la depreciación de la moneda, lo mismo a la flema inglesa que a la «superioridad dramática del té respecto al chocolate», lo mismo a la pintura renacentista que a la «filosofía napolitana del robo al turista» o a un curioso hipopótamo lisboeta.
    Si hay un rasgo que distingue a Camba del resto de escritores de su época es la extraña combinación de humanidad e inteligencia. Es humano porque compadece a quien observa; es inteligente porque se sabe que en el otro se observa a sí mismo.
    Todas las páginas de este libro rezuman un humor y una lógica aplastantes, que sin duda llevarán a algunos lectores a esbozar una sonrisa y a otros —los más incautos— a desternillarse de la pura risa.