Néstor Braidot

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    40 ejercicios de neurociencia para vencer el estrés

    Néstor Braidot

    La vida de hoy es complicada y afecta más todavía al funcionamiento cerebral que en generaciones precedentes. La construcción de una existencia equilibrada se parece mucho a la de una buena casa: antes de hacer cualquier cosa es necesario poner primero cimientos sólidos. Para ello hay que seguir una fórmula sencilla: la suma de actitud mental positiva más una dosis de risa diaria recomendada es igual a una vida que merece vivirse. Los elementos esenciales para mantener el estrés a raya son vivir la vida con pasión, con entusiasmo y con buena actitud y saber reírse de uno mismo y de las situaciones que se enfrentan día tras día. De los hallazgos de las neurociencias podemos tomar nuevos conocimientos para mejorar el desempeño de las capacidades intelectuales: habilidades para aprender y memorizar más rápido, razonar con claridad, desarrollar la creatividad y decidir en forma efectiva, entre otras. También es posible obtener una gran cantidad de recursos para relacionarse mejor con uno mismo, con los demás y con el medio ambiente. No quedan dudas de que el cerebro es producto de lo que se piensa y, consecuentemente, de lo que se hace y lo que se siente. Por lo tanto, todo ser humano que viva con autonomía puede constituirse en el artífice de su propio neurodesarrollo, es decir, activar un proceso de neuroplasticidad autodirigida. En el día a día, hombres y mujeres crean su realidad a partir de sus pensamientos y emociones. En este proceso intervienen no sólo los hechos del presente, sino también los recuerdos de experiencias pasadas y las emociones asociadas a estos.

    Atención y concentración

    Néstor Braidot

    "¿Qué me decías? ¡No te presté atención!". ¿Cuántas veces nos encontramos ante esta expresión? En charlas con amigos, en clases universitarias e incluso en oficinas en las que deberían, precisamente, «atendernos».
    Una buena atención y un elevado nivel de concentración no solo nos permite ser amables con quien está tratando de transmitirnos algo.
    También es una clave para lograr una apropiada evolución de nuestro cerebro, una manera de dirigir su desarrollo.
    Conducir u orientar la evolución de nuestro cerebro es esencial y, para lograrlo, debemos gobernar la atención, aquello a lo que le «prestamos» atención. El objetivo, por lo pronto, es aprender a percibir lo máximo: estimular de manera óptima nuestros cinco sentidos para que nos ayuden a mirar (y no solo ver), a oír (y no sólo escuchar), a oler, a degustar, a sentir con el tacto.
    Al mismo tiempo, debemos reconocer los estímulos internos, ese otro nivel de percepción que surge en nuestro interior, de nuestro conocimiento, de nuestras sensaciones, de nuestros prejuicios, de nuestra imaginación.
    Decidir por nosotros mismos a qué atender, en qué enfocarnos, hacia dónde concentrar nuestro interés es esencial para poder obtener beneficios de una cualidad de nuestro cerebro: la neuroplasticidad.
    "En efecto, el cerebro es plástico: crece, mejora, evoluciona, cambia, aún cuando estamos en edad adulta.
    Y está demostrado que un adecuado foco atencional nos ayuda a conducir ese crecimiento, es decir, en transformarnos exactamente en la persona que queremos ser.
    Durante los últimos años, los avances en el estudio de las neurociencias y los análisis interdisciplinarios del cerebro permitieron una comprensión mucho más precisa de los mecanismos que propician la atención y la concentración.
    Por eso, aquellos que busquen desarrollar sus capacidades cerebrales encuentran en estos nuevos descubrimientos una excelente noticia: con el entrenamiento adecuado, todos estamos en condiciones de liderar la evolución de nuestro cerebro.

    Cómo ser más inteligente

    Néstor Braidot

    La inteligencia es un tema que ocupa gran parte de nuestras vidas. Cometemos el error de pensar que se «es» inteligente o no. Pero no reparamos en una idea que ha probado la neurociencia: la inteligencia no es estática. Ser inteligente no es algo predefinido. Todos podemos ser inteligentes, dado que como función activa de la mente, la inteligencia puede desarrollarse y potenciarse. Dicho de otra manera: si llegáramos a conocer los distintos aspectos que conforman la inteligencia podríamos elegir cuáles estimular para potenciar nuestras habilidades. Basta para eso contar con mayor entramado de neuronas en el cerebro, algo que todas las personas desarrollan a lo largo de su vida. El cerebro es plástico y en ningún momento de nuestra existencia pierde esa habilidad. Llegó la hora, entonces, de orientar nuestras acciones para estimular aquello que queremos trabajar y que eso nos permita lograr mejores resultados. Este libro apunta, precisamente, a aportar una serie de conocimientos y prácticas para que cada persona pueda explotar al máximo su inteligencia.

    40 ejercicios para la neurodirección de organizaciones

    Néstor Braidot

    "Desafíos, dilemas, liderazgo, compromiso, motivaciones para gerenciar un proyecto propio… Conducir es una acción que se asocia a los negocios, pero que, no obstante, se puede trasladar a todo escenario de la vida. Se lidera la dieta, la compra de un regalo, una familia, las vacaciones, el alquiler de una casa, la elección de la escuela o de la universidad, una carrera, un vínculo social… La mente del gerenciamiento es propia del ser humano porque se vincula a su supervivencia: conduce su destino en los diferentes frentes que le competen. Las demandas extremas que exige el rol directivo hoy obligan a realizar un desarrollo incremental de las capacidades. Los desafíos requieren superación en intereses y aptitudes. Algunas condiciones las poseen naturalmente. Otras se desarrollan (e incrementan) con el aprendizaje. Es necesario fortalecer todas, adquiridas e innatas, para que se puedan poner en práctica exitosamente, actualizadas en virtud de los vertiginosos cambios contemporáneos. Ser gerente es una condición que, en alguna medida, cada sujeto. Las neurociencias proporcionan herramientas muy eficaces para potenciarla. Conducir una empresa compromete habilidades que el neuromanagement y el neuroliderazgo exponen como determinantes. Entre ellas, memoria, concentración, atención, creatividad, flexibilidad mental, inteligencia, intuición, dominio del estrés, autoliderazgo emocional… Esta obra propone una serie de recomendaciones y ejercicios para encarar el fortalecimiento de esos atributos a partir de la aplicación de los conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro."

    Neurocreatividad

    Néstor Braidot

    Imaginación, originalidad, diversidad, capacidad inventiva.
    Estos son sólo algunos de los términos que se acuñan como sinónimos de creatividad: uno de los atributos más deseados, tanto por empresas como por individuos, para definir nuevas propuestas, encontrar soluciones innovadoras a un problema o idear conceptos disruptivos.
    Históricamente, se creía que se trataba de una cualidad limitada a un selecto grupo de seres humanos, los «creativos».
    Si bien es cierto que las personas consideradas «creativas» tienen capacidades más desarrolladas, la generación de ideas nace normalmente de una amplia base de conocimientos que empapa los circuitos cerebrales y que puede ser estimulada, entrenada, mejorada. Somos seres creativos por naturaleza. Los avances en el estudio de las neurociencias y la revalorización de esta disciplina aplicada han abierto el juego y proponen saberes que permiten establecer los espacios propicios para que cada persona encuentre de dónde abrevar para que su creatividad resulte más frondosa, frecuente e innovadora. Estos conceptos comienzan a desarrollarse hacia finales de la década del '90.
    Primero, hubo una suerte de deslumbramiento inicial con las neurociencias, que se presentaban como la puerta de ingreso para develar todo lo que el cerebro tiene para articular con nuestro quehacer. La disciplina empezó a atravesar al ser humano en sus más diversos ejes.
    Qué más tentador, entonces, que recurrir a estos nuevos conocimientos disponibles para convertirnos en seres más creativos.

    Neuromotivación y automotivación

    Néstor Braidot

    Ese impulso único que nos da la sensación de que podemos lograr cualquier objetivo que nos propongamos, que somos capaces de un esfuerzo adicional, que nada es imposible…
    La motivación inicia, guía y que mantiene nuestros comportamientos hasta que podemos llegar a la meta. Un empujón invisible que termina en la satisfacción del deber cumplido.
    Es uno de los fenómenos más notorios en las personas exitosas, cuya fuerza las impulsa a vencer los obstáculos que se les van presentando hasta alcanzar sus objetivos una y otra vez.
    Por lo tanto, podemos decir que existe una relación entre «motivación» y «éxito».
    Una persona desmotivada, que deja todo para mañana (como consecuencia del fenómeno conocido como «procrastinación»), que muestra desgano ante cada nuevo desafío, difícilmente pueda convertirse en un héroe o en un triunfador.
    Sin embargo, muchas veces nos falta ese plus de fuerza. De repente, ante un fracaso, el mundo se nos viene abajo. Nos cuesta levantar cabeza y armar un nuevo proyecto. Y, fundamentalmente, nos da mucho miedo intentarlo.
    ¿Es posible estar motivados una y otra vez, a pesar de los tropezones y aprovechando al máximo los logros obtenidos?
    Los conocimientos que aportan las neurociencias nos traen una excelente noticia: cada uno puede ser el escultor de su propia motivación.
    Es decir, todos podemos construir nuestro esquema de motivación, encauzar nuestro plan de acción para poder lograr aquello que nos proponemos.

    40 ejercicios de neurociencia para autoliderar nuestras emociones

    Néstor Braidot

    ¿Cuán agradable resulta ver comportamientos amables y no intempestivos? ¿Con cuánta frecuencia la mala administración de las sensaciones hace caer en actos de los que después nos arrepentimos? ¿Cuántas veces quisiéramos volver el tiempo atrás por lo hecho o lo dicho? ¿En cuántas ocasiones el semblante traiciona sin tener la posibilidad de reconocer qué pasó? Hoy las neurociencias han avanzado a tal punto que han logrado interpretar los orígenes y los desencadenantes de cuestiones que el arte ya nos revelaba como posibles: el corazón roto por un amor o las flechas de Cupido dando en el blanco. Han detectado, por ejemplo, que el cerebro interviene de manera radical en las emociones y que un ajuste en el modo en que se conducen redunda en beneficios rotundos a la hora de convivir con terceros. Las emociones circulan la vida de todos los sujetos de manera amplia. Para liderar un equipo de trabajo, transitar una pareja, mantener las amistades, obtener aquello que se desea, hacerse de un empleo o criar un hijo… cumplen un rol fundamental en prácticamente todos los momentos, todas las decisiones. En todos esos escenarios, no solo importa qué emoción se hace presente o se experimenta, sino también el modo en el que ocurre. Eso predispone de manera favorable o negativa. Cuando se logra concientizar su aparición, clasificarlas, comprender las reacciones que producen y los cuadros que las originan, es posible implementar respuestas saludables para cada una de esas situaciones.

    40 ejercicios de neurociencia para emprender

    Néstor Braidot

    Ganas, ímpetu, motivaciones para llevar adelante un proyecto propio… Emprender es una cuestión que se asocia a los negocios desde el punto de vista de ser dueño y jefe, pero que, no obstante, se puede trasladar a todo escenario de la vida. Se emprende una familia, un viaje, la compra de una casa, la elección de un club, una carrera, un entrenamiento, una dieta, una relación… La mente emprendedora es innata al ser humano porque se vincula con su supervivencia. Sin embargo, a partir de la evolución humana hacia el confort, los disparadores que mantienen en buena forma tal actitud se han ido adormeciendo. Es hora de trabajar en aquellas características propias de quienes emprenden: Fomentar el perfil Ajustar los resortes Afinar las ideas Fortalecer la motivación Crear escenarios Promover el «que suceda» Animarse a correr riesgos No temer a los errores Ejercitar la capacidad de repensar Volver a pensar Mantener el entusiasmo Algunos atributos se poseen naturalmente. Otros, se desarrollan con el aprendizaje. Es preciso ejercitarlos todos, adquiridos e innatos, para mantenerlos frescos, lozanos, dispuestos y ricos, prestos a ponerse en práctica, actualizados en virtud de los cambios cotidianos y ágiles para sostenerse frente a la competencia que el día a día propone. Ser emprendedor es una condición que se ha puesto de moda, en la práctica concreta de liderar un proyecto económico propio o como característica personal en cualquier ámbito laboral en que uno se desempeñe. El cerebro tiene mucho que ver con el entrepreneurship: memoria, concentración, atención, creatividad, flexibilidad mental, inteligencia, intuición, dominio del estrés, autoliderazgo emocional.

    40 ejercicios de neurociencia para lograr armonía interior

    Néstor Braidot

    La vorágine del día a día hace la cotidianeidad un tanto complicada. La emocionalidad se adormece, se hace efervescente, desborda, perjudica, se escapa de manera inapropiada o se esconde. Para construir su equilibrio, es esencial comenzar ladrillo por ladrillo.  Un camino para aquietar lo que aqueja, promover la actitud mental positiva, aportar una dosis de risa diaria recomendada, ocuparse más que preocuparse… Son pequeños pasos para que la emocionalidad se transforme en una autopista hacia una vida que merece ser vivida. Los elementos esenciales para mantener las emociones en orden son enfrentarse al día a día con pasión, entusiasmo y actitud positiva y aprender a reírse de uno mismo y de las situaciones que nos tocan en suerte.  Las investigaciones más recientes en neurociencias ofrecen nuevos conocimientos para mejorar el desempeño de las capacidades intelectuales y emocionales. Así proporcionan habilidades para aprender y memorizar más rápido, razonar con claridad, desarrollar la creatividad y decidir en forma efectiva, entre otras. También es posible obtener una gran cantidad de recursos para relacionarse mejor con uno mismo, con los demás y con el medio ambiente. El cerebro se constituye a partir de los pensamientos y, como consecuencia, de lo que cada sujeto realiza y de lo que efectivamente siente. Cualquier individuo puede convertirse en protagonista absoluto del desarrollo de sus capacidades cerebrales, con mayor autonomía enriquecida y calidad de vida. Diariamente, las personas pueden beneficiarse de la neuroplasticidad de sus cerebros. A lo largo de este libro se trazará un camino minucioso para encontrar las perillas necesarias que permitan ajustar las direcciones e intensidades del sentir en pos de un vivir mejor.

    Autoliderazgo de nuestras emociones

    Néstor Braidot

    ¿Cuántas veces nos arrepentimos por algo que dijimos o hicimos? ¿Cuántas veces vamos por la vida con mala cara sin siquiera saber qué es lo que nos tiene tan atribulados? ¿Podemos evitar que esto nos ocurra? La respuesta es sí. Y la explicación viene dada por las neurociencias. Durante siglos, la creencia generalizada fue que las emociones residían en el corazón. Los poetas y dramaturgos alimentaron esta noción y llenaron sus textos de protagonistas con el corazón roto de tristeza, de Cupidos que disparaban sus flechas hacia los corazones para establecer vínculos de amor y de doncellas cuyos corazones estallaban de alegría ante la mera proximidad del príncipe azul amado. El manejo de las emociones, por lo tanto, es fundamental para tener una vida más plena y lograr un mejor rendimiento en el trabajo, en los estudios y en las relaciones con los demás. Evitar las reacciones en caliente, sentir empatía por nuestro entorno, resignificar las experiencias vividas… Todo eso hoy, sabemos, es posible. A lo largo de este libro se ofrecen decenas de ejercicios y recomendaciones, desde técnicas milenarias como la meditación hasta prácticas de última generación producto de la investigación en neurociencias, para que todos podamos autoliderar nuestras emociones, resignificar nuestras experiencias y, en definitiva, ser más felices.