Desde la primera Constitución de Venezuela, en 1811, hasta la carta magna que ha estado vigente desde 1999, el camino que ha debido sortear la democracia en el país ha sido tortuoso, lleno de avances y retrocesos que la alejan de su plena consolidación. Este libro, pródigo en constataciones históricas, pone de relieve dos aspectos cruciales: el debate constante entre el federalismo que auspiciaron los redactores del texto fundacional de la república y el centralismo que propugnó Bolívar, por un lado, y, por el otro, la pugnacidad del mundo castrense en pos del poder, siempre en desmedro de la sociedad civil y los valores democráticos. Al cabo de dos siglos de guerras y revoluciones destructivas, de resabios caudillistas y mesiánicos, la Venezuela del siglo XXI se encuentra fracturada entre un sector mayoritario que cree en el sistema democrático y otro minoritario que lo desprecia y se resiste a abandonar el poder. Rafael Arráiz Lucca advierte que, a pesar de haber sufrido todo tipo de embates, reducciones y violaciones, la democracia como proyecto nacional sigue presente en los anhelos de una población que aspira a su conquista definitiva.
Rafael Arráiz Lucca realiza un viaje a través de 200 años de poesía en Venezuela y vierte aquí sus impresiones. Partiendo de la confluencia entre el nacimiento de la república y los poemas de Andrés Bello, cultor fundacional de las artes poéticas en el país, la travesía se extiende hasta los autores que más se han destacado entre el cierre del siglo pasado y los inicios del siglo XXI. En el rico trayecto asistimos al encuentro de un Pérez Bonalde como valor continental; un Ramos Sucre como creador fundamental de la lengua; la vanguardia del grupo Viernes y Gerbasi; la modernidad de Sánchez Peláez y los aportes de la generación de los años 60; el fulgor de los grupos Tráfico y Guaire; la eclosión femenina de finales del siglo XX, y toda la pléyade de voces aisladas, como Cadenas, Montejo, Ossott o Machado, entre muchas otras, que han ido entretejiendo un cuerpo lírico de resonancia en las letras hispanoamericanas. Hay en estas páginas un sentido y vívido recorrido que, como lo sugiere el subtítulo, se ofrece como «una historia» interpretativa y crítica del quehacer poético venezolano, tan maduro y tan fresco como vibrante en sus exploraciones y efervescencias.