San Agustín

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    Confesiones

    San Agustín

    Las Confesiones, honda reflexión acerca del ser humano y de su relación con Dios, es tal vez la autobiografía más célebre de la historia occidental. Las Confesiones, escritas entre el 396 y el 400, son la obra más conocida e influyente de Agustín de Hipona. Pero más allá de los pasajes que la han hecho memorable, como el análisis del tiempo, su recorrido por la memoria o la narración de las peripecias y extravíos intelectuales en pos de la Verdad que culminan en la célebre revelación del jardín de Milán, esta obra ofrece un autoanálisis único en la Antigüedad y una peculiar reflexión sobre la naturaleza del ser humano y de su relación con Dios y con el resto de la creación. Aunque parece destinada a un público concreto (los maniqueos a los que Agustín se unió en su juventud y a los que ahora intenta atraer a la fe cristiana e iniciar en una lectura alegórica de la Biblia), la forma en que se articula el diálogo interior y el lirismo sálmico de su palabra hacen que cualquier lector pueda acceder al corazón de Agustín y también al suyo propio. Agustín de Hipona, San Agustín, (c. 354-430) Es una de las personalidades más fascinantes y complejas de la historia del cristianismo. Durante su juventud en el norte de África, perteneció a la secta maniquea, que aunaba cristianismo, gnosticismo e influencias persas, y desde allí inició un periplo vital e intelectual que le condujo a Italia, al escepticismo y al neoplatonismo, hasta que en Mediolano (Milán) en el año 386, bajo el influjo de san Ambrosio, encontró la síntesis de neoplatonismo y cristianismo que le convertiría en el más influyente pensador cristiano hasta la Escolástica medieval. Se bautizó en 387, en 391 ingresó en un monasterio y se convirtió en obispo de Hipona en el año 396. Conocemos mucho de su vida gracias a sus Confesiones, quizás la más célebre autobiografía de la historia occidental.

    Sobre la música

    San Agustín

    Sobre la música enfoca la música desde la perspectiva neoplatónica, y la concibe como una de las disciplinas capaces de conducir a la contemplación filosófica y a la teología. El De musica, libri sex de san Agustín es uno de los diálogos filosóficos que escribió mientras se preparaba para recibir el bautismo. Comenzado en Milán, probablemente en el 387, fue acabado años más tarde, a su regreso a África, antes de su ordenación sacerdotal en el 391. Se trata de un diálogo de inspiración neoplatónica en el que se concibe la música como una de las disciplinas que conducen a la contemplación filosófica y, en último término, a la teología. En su original combinación de doctrina tradicional y posiciones individuales, constituye uno de los eslabones más importantes en la cadena de transición de la filosofía antigua, pitagórico-platónica, al mundo medieval cristiano. Agustín de Hipona, San Agustín, (c. 354-430) es una de las personalidades más fascinantes y complejas de la historia del cristianismo. Durante su juventud en el norte de África, perteneció a la secta maniquea, que aunaba cristianismo, gnosticismo e influencias persas, y desde allí inició un periplo vital e intelectual que le condujo a Italia, al escepticismo y al neoplatonismo, hasta que en Mediolano (Milán) en el año 386, bajo el influjo de san Ambrosio, encontró la síntesis de neoplatonismo y cristianismo que le convertiría en el más influyente pensador cristiano hasta la Escolástica medieval. Se bautizó en 387, en 391 entró en un monasterio y en 396 fue ordenado obispo de Hipona.

    La ciudad de Dios. Libros VIII-XV

    San Agustín

    San Agustín, obispo de Hipona (345-430), refleja en su vida y en su obra el cambio del Mundo Antiguo a la cosmovisión cristiana. Tras su conversión al cristianismo, admirablemente descrita en sus Confesiones, fue un incansable buscador de la verdad. Amar, pensar y vivir suponían para él los tres vértices del triángulo de la existencia. San Agustín fue el abanderado de la empatía previa al conocimiento intelectual. Como maestro de vida y sabiduría aconsejó el desapego del bullicioso mundo, con sus fastos, honores y ambiciones como la vía idónea para llegar a ser personas completas. Y el amor universal como la mejor solución de conflictos y la más excelsa de las prácticas.

    La ciudad de Dios. Libros I-VII

    San Agustín

    San Agustín contrapone la historia de la ciudad espiritual, creada por Dios y construida por los creyentes, a la ciudad terrena, fundada en el egoísmo y la injusticia. Esta interpretación en la fe de la vida individual y colectiva ha hablado a muchos períodos distintos. Agustín de Hipona, San Agustín, (c. 354-430) es una de las personalidades más fascinantes y complejas de la historia del cristianismo. Durante su juventud en el norte de África, perteneció a la secta maniquea, que aunaba cristianismo, gnosticismo e influencias persas, y desde allí inició un periplo vital e intelectual que le condujo a Italia, al escepticismo, al neoplatonismo hasta que encontró la síntesis de neoplatonismo y cristianismo. Se bautizó en 387, en 391 entró en un monasterio y en 396 fue ordenado obispo de Hipona. Escribió más de noventa libros, así como cartas y sermones, unas obras que formaron el pensamiento teológico occidental hasta el siglo XIII, cuando filósofos de la talla de san Tomás de Aquino elaboraron a partir de las doctrinas aristotélicas una alternativa al agustinismo. La ciudad de Dios (De civitate Dei) es, con las Confesiones, la obra fundamental de san Agustín, quien la escribió ya en su vejez, entre 413 y 426, en años de calamidades y destrucción (Alarico había saqueado Roma en el año 410). En su parte inicial refuta las acusaciones –hechas por historiadores y por las clases romanas nobles– de que Roma hubiera caído por el efecto pernicioso del cristianismo, al tiempo que censura el paganismo y el culto a muchos dioses; argumenta que la historia de Roma no está llena de ejemplos morales, que los romanos no son mejores ni peores que otros pueblos y que el Imperio no era esencial para la salvación de la humanidad, sino un fenómeno histórico más. En esta primera parte san Agustín se dirige a un público avezado en la historia de Roma, por lo que tiene que recurrir a multitud de ejemplos de la historia (sobre todo de época republicana), que demuestra conocer muy bien. La segunda parte del libro está dedicada a su tema principal, la divina providencia, y su presencia en la historia de la humanidad. En ella se contraponen la ciudad espiritual, creada por Dios y construida por los que creen en Él, a la ciudad terrena, fundada por el egoísmo mundano y en la injusticia. San Agustín traza la historia de ambas, desde la creación del mundo, y celebra el advenimiento del nuevo espíritu cristiano. Se trata, en suma, de una interpretación en la fe de la vida individual y colectiva, repleta de energía y esperanza, en una época de zozobra e incertidumbre: por eso ha hablado a tantos periodos distintos.

    La ciudad de Dios. Libros XVI-XXII

    San Agustín

    San Agustín es una de las personalidades más fascinantes y complejas de la historia del cristianismo. Una de sus más importantes obras es, sin duda, La ciudad de Dios, redactada en los años de la toma de Roma a manos de los visigodos. En ella se establece por vez primera la idea del paralelo entre Estado divino y Estado terrenal, de gran influencia histórica en la política y las leyes de la historia occidental. Este volumen, que incluye los libros XVI-XXII, cierra la publicación íntegra de esta obra, culminando así la labor de R. M.ª Marina Sáez con una espléndida traducción exhaustivamente anotada. En esta última parte, Agustín de Hipona recurre a la historia bíblica para explicar la evolución entre la ciudad de Dios y la terrenal; y a continuación recapitula todo lo dicho en la obra antes acometer por último las finalidades de ambas ciudades: el juicio final, el infierno y el cielo.

    Confesiones

    San Agustín

    San Agustín nació en el año 354 y aunque su juventud fue desviada, doctrinal y moralmente, se convirtió al cristianismo a los treinta años. De ello habla largamente en sus Confesiones, obra que fue escrita para mostrar la misericordia que Dios había usado con un pecador. Este libro, escrito hacia el año 400, no es un reconocimiento o una declaratoria, sino la alabanza de un alma que admira completa y absolutamente la obra de Dios. De todos los trabajos del llamado santo doctor de la Iglesia católica, ninguno ha sido más leído y admirado universalmente, y ninguno ha provocado tantas lágrimas curativas como éste. Esta selección contiene la sustancia de la obra con la que San Agustín logró un análisis penetrante respecto a las más complejas impresiones del alma, a la sensación comunicativa, a la elevación del sentimiento y a la profundidad de sus visiones filosóficas.

    Reglas Monásticas Latinas de Occidente

    San Agustín

    En esta antología se han reunido varias de las Reglas de los siglos V-VI, todas ellas pertenecientes al ámbito occidental de lengua latina. Fueron publicadas con anterioridad en la revista Cuadernos Monásticos (publicación cuatrimestral de la Conferencia de Comunidades Monásticas del Cono Sur, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Ver: https://www.surco.org/cuadmon/archivo). Aunque actualmente estos textos son accesibles también en diversas publicaciones impresas, sin embargo, cuando inicialmente aparecieron en Cuadernos Monásticos, muy pocos de ellos se hallaban disponibles en castellano. En esta edición única, se ha realizado una recopilación de todos ellos a fin de ofrecerlos juntos y facilitar así una mejor comprensión de la Regla de nuestro Padre san Benito.

    Confesiones

    San Agustín

    Confesiones es un libro en el que San Agustín escribió acerca de su juventud pecadora y de cómo se convirtió al cristianismo. Es ampliamente aceptada como la primera autobiografía occidental jamás escrita, y se convirtió en un modelo para otros autores cristianos de los siguientes siglos. No es una autobiografía completa pues fue escrita tras sus primeros 40 años de vida y vivió hasta los 76, tiempo durante el cual produjo otros importantes trabajos, entre ellos La ciudad de Dios. De todos modos, proporciona gran información sobre la evolución de su pensamiento en sus primeros años. El libro es un acabado trabajo de filosofía y también un importante aporte a la teología.
    La obra está dividida en 13 libros. En ellos se narra la niñez de Agustín, su adolescencia y juventud, su carrera académica, su estancia en el maniqueísmo, su proceso personal de acercamiento al cristianismo (ya conocido en la niñez), su conversión, y sus primeras experiencias como católico.
    Entre las ideas que más influyen en el mundo occidental se encuentran las que se refieren a la memoria y la interioridad (libro X) y al tiempo (libro XI).

    Soliloquios

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