Todo empezó con un simple memorial de petición para imprimir un libro firmado por Miguel de Cervantes que fue elevado al Consejo Real de Castilla a través de la secretaría de Juan Gallo y del que el alto tribunal de gobierno empezó a ocuparse el 20 de julio de 1604. El consejero Gil Ramírez de Arellano fue quien recibió la encomienda de concederle, o no, lo que pedía y, en consecuencia, quien decidió que Antonio de Herrera realizase su censura, firmada por el cronista el 11 de septiembre y ahora por fortuna recuperada.El seguimiento de los distintos pasos por los que el manuscrito titulado entonces El Ingenioso Hidalgo de la Mancha se convirtió en las aventuras impresas de Don Quijote de la Mancha entre julio y diciembre de 1604 permite adentrarse en el proceso de aprobación de textos que era preceptivo para la impresión de un libro en el Siglo de Oro. Autores y censores, libreros e impresores, encomenderos y secretarios revelan las prácticas cotidianas en la concesión o denegación de licencias de impresión y en la fijación de la tasa que hacían una realidad concreta de la compleja normativa en estas materias acumulada desde tiempos de los Reyes Católicos. Su análisis permite conocer mejor la tramitación de la censura previa en España, mostrando cómo la existencia de evidentes intereses mercantiles en torno al libro o la rivalidad entre quienes eran autores y, al tiempo, censores ayudaron a la construcción de la moderna república de las letras hispana.
Un libro que perfectamente se puede considerar como el canon estético de Peter Sloterdijk.
En el presente libro, Peter Sloterdijk toca todos los géneros modernos de las artes, desde la música hasta la arquitectura, desde el uso de la luz hasta las artes vivas, desde el diseño hasta la tipografía. Transita por todos los campos de lo visible y lo invisible, de lo audible y lo inaudible, en un arco histórico que se extiende desde la Antigüedad hasta Hollywood. Cuando aplica su particular método de distanciamiento del discurso a la contemplación de obras y géneros artísticos, los objetos descritos se muestran súbitamente bajo una luz diferente, y con su despierto y combativo sentido de la actualidad nos conduce lejos, muy lejos de los caminos trillados del comentario artístico.
A lo largo de sus páginas se despliega la manera singularísima, a un tiempo jovial y seria, con que el gran filósofo alemán analiza los fenómenos estéticos más dispares, caracterizando lo estético del arte y de las artes.
Dos filósofos conversan sobre la situación del arte en la actualidad: lo que quiere decir de hoy en adelante, lo que, lejos de ser una palabra anticuada, nos permite reflexionar de nuevo. El elaborado pensamiento de Jean-Luc Nancy sobre este tema es retomado y también continuado en el curso de una discusión en la que Lèbre se interroga con él sobre la mejor manera de aprehender el compromiso del cuerpo sensible en la actividad artística y la aproximación a las obras, la relación del arte con la técnica, la historia, su modulación en las artes tradicionales y nuevas, su posición actual frente a la religión, la política y la literatura.
Este texto, un diálogo en el más pleno sentido filosófico del término, constituye en sí una introducción al pensamiento de Nancy en torno al hecho artístico: qué es el arte, su significación y finalidad en nuestro tiempo, su polimorfismo, la responsabilidad que tiene para con el mundo, su interacción con él…