UN CLÁSICO INÉDITO DEL ARTE DE LA ESTRATEGIA POLÍTICA Y MILITAR. Esta «Tadkirat al-harawiyya fi´l-hiyal al-harbiyya» («El memorial de al-Harawi sobre estratagemas de guerra»), redactada en la época de las Cruzadas y destinada a consolidar el emergente Estado ayubí de Saladino, se erige como un muy singular ejemplo entre los espejos de príncipes arabo-islámicos. Representativa del alejamiento de las convenciones del género que tuvo lugar en el siglo XII —distanciándose de la continuada apelación anterior a la religión y al origen divino para justificar y legitimar el ejercicio del poder—, su característica más distintiva y novedosa es el casi provocador desparpajo con el que defiende, ya desde el propio título, el uso de las tretas y la manipulación en el ejercicio del poder.El Memorial ilustra así el giro hacia una, relativa pero evidente, secularización del ejercicio de la política y la introducción de la lógica y la racionalidad en el desempeño de las funciones asociadas a ella, con especial énfasis en las militares. Una racionalidad que no solo se aleja de las prácticas políticas y guerreras tradicionales arabo-islámicas, sino que hace hincapié en la utilidad de las hasta entonces consideradas impropias de un gobernante recto por estar alejadas de la épica y la moralidad: la argucia, el embuste, la confusión o la cizaña.Es esta la primera edición española de la «Tadkirat» de al-Harawi, en traducción directa del árabe y con introducción y notas que no solo la sitúan en su contexto histórico, político y literario, sino que la insertan en una corriente de mayor amplitud y recorrido dadas sus similitudes y conexiones con textos antiguos, como «El arte de la guerra de Sunzi» o el «Arthasastra» de Kautilya, y actuales, como «La gestión de la barbarie» de Abu Bakr Nayi.
El arte de la guerra de Sunzi es, junto con el Laozi, el texto filosófico chino más conocido en Occidente desde que el jesuita francés Jean-Jacques Amiot lo tradujera por primera vez en 1772. Concebido con una lucidez y una racionalidad implacables, el contenido de esta breve obra desborda por completo los estrechos márgenes definidos por la estrategia militar al desentrañar con meticulosa precisión los mecanismos fundamentales de la dominación absoluta. Mucho más que un mero tratado de táctica o estrategia, proporciona un fértil e inagotable horizonte de interpretaciones y potenciales aplicaciones en ámbitos tan dispares como la teoría política, la filosofía, la economía o la psicología. La presente edición, revisada y actualizada, es la primera traducción realizada directamente del chino antiguo. Además de cotejar las diferentes ediciones del texto y los manuscritos recientemente descubiertos por la arqueología, pretende integrar la obra atribuida a Sunzi en su contexto original, confrontándola con el resto de la literatura militar, política y filosófica de la época. «En español contamos con una traducción directa desde el chino antiguo realizada por Albert Galvany, uno de los pocos sinólogos patrios. El volumen viene acompañado de numerosas y necesarias notas y es la primera vez que se vierte directamente al español desde que fuera traducido en 1772 por su descubridor para el mundo occidental, el jesuita francés Jean-Jacques Amiot». ( Qué leer) «La editorial Trotta publicó en 2000 por primera vez en español traducido directamente del chino „El arte de la guerra“, de Sun Zi, hecho esencial ya que hasta entonces las versiones existentes eran traducciones del inglés. El traductor, Albert Galvany, llevó a cabo una versión modélica, pero casi veinte años después nos ha mejorado la traducción, con una revisión que tiene todo de definitiva. Galvany es profesor en el Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco y uno de los sinólogos más importantes en Europa.» ( Cuarto poder)
Estas lecturas de Chuang Tzu, advierte Thomas Merton al lector, son el resultado de años de estudio, anotación y meditación. Las notas acabaron siendo imitaciones libres de los pasajes que llamaron especialmente la atención del monje y poeta. Son «aventuras de interpretación personal y espiritual», una «intuitiva aproximación a un pensador que es a la vez sutil, entretenido, provocativo y no fácil de captar».
Lejos de cualquier intención apologética, Merton quiere trasladar el temperamento filosófico de Chuang Tzu, que se caracteriza por su intento singular de penetrar el corazón de las cosas. Una aprehensión de la realidad que se ofrece en forma de meditaciones y poemas, de historietas, fábulas y anécdotas que, teñidos de humor y de ironía, constituyen una antología del pensamiento que corría por los círculos taoístas en los siglos IV y III antes de Cristo.
Pero el camino que aquí se muestra, misterioso por su misma sencillez, es propio de una mentalidad que se encuentra en todas partes: un gusto por la humildad, la no afirmación de sí mismo y el silencio. No busca ninguna salida. Como escribe Merton: «Chuang Tzu habría estado de acuerdo con san Juan de la Cruz en que se entra por ese camino cuando se abandona todocamino y, en cierto modo, se pierde uno».