No todo es amor.Las cosas pasan por el tremor de la carne. Otro teje sus sueños en noches de insomnes. Yo tomo el cáliz amargo, ofrenda extraviada en infinitos nombres. Abro mi piel y no te hallo, sólo rumores de sangre, ecos ausentes.
Por la delicada red del misterio por el sutil círculo aleatorio que gobierna los instantes sublimes que preside la fe, el deseo y la lágrima por ese azar fiero o compasivo fuimos a siervos del signo sometido inquirimos remotos alfabetos que envilecían la lengua de la tribu probamos con retóricas espurias que enfermaban la albia la garganta. Esos años de fuego convulsivo esas tardes de ansia y paradoja conocimos la sed de los cadáveres y bebimos el líquido piadoso.
Los jóvenes alientos rechazaron- en tarde tibia plomada de sol-, las agresiones torpes y asesinas. El día fue creciendo entre viejas adormideras vespertinas. Cambió la risa espontánea con que la vida premia a los indomables. Se trocó en rictus. Trastocaron las palabras en ayes. La ciudad rota se eclipsó de repente. Enmudeció este día.
No me sorprenden los prejuiios contra los íntimos decoros de la sensual privacidad: llena de mediáticos juicios, la multitud levanta en coros ínfimos su procacidad que la rebosa de perjuicios atónitos, complejos loros de la inicua esterilidad.
Recostado en la hierba del jardín. Me llamó la atención la enredadera. Levanté con la manos la cabeza para mirar su impulso de raíz. Colección furia del pez nace con el objetivo de crear un espacio donde la poesía sea la principal protagonista.