Índice
Portada
Portadilla
Créditos
Prólogo
El corazón fétido
El secreto es SPDP
¡Absalón, hijo mío, Absalón!
Un pedazo de carbón
El cesto lleno de agujeros
El sueldo del asesino
Nunca me lo perdonaré
No me pueden perdonar
El que no quiso perdonar
Si vuestra merced cree que merecen perdón
Bronca con Dios
La deuda de 500 años
Bismarck y los franceses
La sabiduría de la estatua
Tertullus
¡Querida, sácalo de la cama!
Cicatrizar el pasado
Decíamos ayer
De esto se ocupa mi mujer
Se sacan los ojos, pero duermen juntas
El primo de Buda
El viejo Maestro
«Perlear»
Chaplin y Einstein
El regalo del espejito
Yo no soy como ese
Que me saquen un ojo
¿Tú también, Bruto, hijo mío?
La mordedura del perro
Juliano, el apóstata resentido
La campana de Huesca
Emperador taburete y desollado
Le mordió la oreja
Caius Flavius Iulius Crispus
Una bofetada a Dios
Dracón
30 millones de mondadientes
Padre pródigo
Asalto desarmado al banco
Pues haberlo dicho
Una buena visión
¡Que lo maten otra vez!
Ojo por ojo y diente por diente
Ustedes no tendrán mi odio
¡D’Annunziana!
No somos de la misma opinión
Romper el nudo gordiano
¡Vieja, busco tu palabra!
Si ella te perdonó
Buenos modales
Falsos perdones
Las calabazas de Apolodoro
No durmió en todo su mandato
En una mula buscando la paz