Antes de morir, Leila, apasionada de los libros y escritora frustrada, le deja a la hija sus diarios personales y una colección descomunal de fotos y videos familiares, junto con unas curiosas y detalladísimas instrucciones de qué hacer con todo eso. Al leerlos, Charo irá develando un costado de su madre que no conocía, buscando entender sobre todo ese periodo en que Leila pareció al mismo tiempo arrasada por un vendaval y el vendaval mismo, más ausente y más vital que nunca, ese tiempo en que sobrevino una serie de hechos perturbadores en el edificio donde vivían, cuando Charo aún era una niña, y que desató la culpa infinita de su madre. Pero ¿cómo sucedieron las cosas realmente? ¿Como las escribe Leila? ¿Como las recuerda Charo? ¿Como asegura la abuela Granny en su mal castellano, con esos ojos vencidos por el cansancio de intervenir y controlar todo? ¿O como dice Gloria, la vecina estrepitosa e impulsiva que en algún momento se convirtió en amiga? Leila insta a Charo a construir su propia versión, de los hechos y de su madre. Y en esa pesquisa, todos tendrán algo para decir. Una casa llena de gente se sumerge en los espacios privados y comunes de un pequeño edificio y sus habitantes para reconstruir una memoria. Con un humor sutil, un suspense inteligente y una escritura deliciosa, la novela va dejando al descubierto las debilidades humanas; los fracasos detrás de lo intenso; las heridas que provocan los choques generacionales; las derrotas de los padres frente a las elecciones de los hijos. Pero sobre todo, cómo nos construimos, cuánto somos lo que queremos o debemos ser, cuánto hacemos para compensar los modelos de los demás. Literatura en estado puro.
Huir de Capital. Regresar al pueblo de su infancia. Esa parece ser la única salida. Isabel no logra superar la pena inmensa que siente y seguir adelante, necesita irse. Solo eso le pide a Martín, que se muden un tiempo al pueblo donde creció, a ese caserío al costado de la ruta rodeado de campo y nada más. La casa de sus padres, ahora solo habitada por fantasmas, le despierta recuerdos que se mezclan con el dolor de los últimos meses, pero también con lo que su imaginación completó a lo largo de tantos años de silencio. La vez que casi se ahoga en una zanja, el último verano que vivieron allí, la noche de la inundación, el día en que vio a su mamá por última vez. Lo que no sabemos lo inventamos, lo que no nos gusta lo embellecemos, lo que nos consuela lo magnificamos, lo que duele… ¿qué se hace con lo que duele? En esa búsqueda, Isabel de a poco irá dejando entrar en su vida a los vecinos del pueblo. Con gran habilidad, Maru Leonhard logra descubrir en ellos eso que convierte a un personaje común en uno extraordinario y complejo, completamente alejado de cualquier estereotipo. Imperceptiblemente se irán transformando para Isabel en catalizadores de sus duelos, en la posibilidad de cotejar su memoria, de que le hablen de su madre, de encontrar cómo seguir, y así limpiarse el barro del dolor, cambiar la piel bajo el sol del verano. Con una potencia visual inusitada, diálogos inquietantes y una prosa rítmica y envolvente, la primera novela de Maru Leonhard puede ser asfixiante y fresca a la vez. Una novela simple y conmovedora sobre dejar ir lo que ya no es parte de nuestro mundo y encontrarse de nuevo con lo que nos impulsa a seguir.
Karina tiene cuarenta, una carrera como profesora universitaria, dos hijos que no sabe si aún le gustan y un matrimonio abierto. Jeff es norteamericano, llegó a Buenos Aires en los 80 y está convencido de que a su edad solo puede aspirar a encuentros fugaces en algún cine porno o sexo sacado de los clasificados. Nacho, modelo y escort, ve cerca su retiro y planea un futuro para cuando el cuerpo ya no le dé. Entre un country del conurbano bonaerense y los estudios de cine de Hollywood de los 70, Hasta encontrar una salida, la tercera novela de Hugo Salas, indaga sobre las relaciones de pareja, las frustraciones, el amor y el sexo. Un drama con ritmo cinematográfico, fina sensibilidad y elegancia sobre las relaciones contemporáneas, que cruza tres historias conmovedoras.
Se podría decir que los personajes de estos cuentos, en su mayoría, son «gente común». Vecinos de un consorcio, compañeras de oficina, dos hermanas ancianas inseparables, un directivo desempleado, un remisero que no ha logrado formar familia… Gente con deseos, mezquindades y temores que todos podemos reconocer en nosotros mismos o en los que nos rodean. Pero el arte de estos cuentos es tan simple como complejo, mirar lo habitual y ordinario un poco más de cerca, correr la mirada ligeramente hacia los costados, para encontrar ahí esa sutil deformidad que abre la puerta a mundos fascinantes, tan personales como extraños, mundos que a veces ni siquiera sospechamos que existen o simplemente nos empeñamos en no ver, y que nos confirman que de cerca nadie es normal. Después de leer este libro, imposible no ver historias en cada persona que crucemos. Mariana Sández hace literatura y nos la contagia irremediablemente a quienes la leemos.
¿Que vas a vivir en el edificio más embrujado de la ciudad? Genial. Mucha suerte, Diego.Las cartas cuentan la historia. La historia de Diego: llegó a la colonia Roma en 1987, se instaló con su padre en el misterioso Edificio Begur, hizo amigos. Lo normal. Pero cuentan, en realidad, una historia de fantasmas. O algo parecido. El Begur, edificio famoso que ha albergado a celebridades y que constituye un rostro emblemático de su barrio, no es lo que parece. Diego encuentra recados que no tienen autor, personas que no están ahí… Todo lo que no es normal.Ahora, en estas cartas, Diego cuenta lo que ocurrió. Espectros, recuerdos de otras épocas, el relato de cómo conoció a Emma, y de cómo entendió el pasado, el futuro y el confuso presente: tiempos canallas, de verdad. En esta apasionante novela, Jaime Alfonso Sandoval confirma su gusto por las historias macabras y su talento para el suspenso que hace que sea imposible soltar sus libros.
Marcada desde la niñez por la inmensa fortuna de su padre, la vida de Jonathan James Whalen ha sido una constante huída de una realidad que se le antoja anodina, de una historia familiar que somete su voluntad y de un listado de convenciones sociales que lo encorsetan. Y con su fuga se solaza en los mejores salvoconductos que la clase alta estadounidense de los setenta puede ofrecer: sexo, violencia y drogas; cualquier chispa que azuce la búsqueda desaforada de ese algo más real que el subidón artificial del poder y el estatus. Luego de unos años en el exilio, Whalen vuelve a casa y se encuentra con los réditos de su imperio acerero y la decadencia de un «sueño americano» transformado en pesadilla: una sociedad inequitativa, sádica, adicta al consumo y a la deificación del yo. Es entonces cuando decide emprender una travesía final para hacer frente al terror del que ha escapado durante toda su vida: él mismo.
La novela clásica de Mary Shelley, como nunca te la habían contado… (en serio)Víctor Frankenstein, anatomista, químico y… profanador de tumbas, ha decidido violar la ley última de la vida: la muerte. En su improvisado laboratorio (ejem, dormitorio universitario) ha conseguido reanimar un gigantesco ser antropomorfo:
¡UN MOOONSTRUUUO! ¡Qué drama! Ahora Víctor será perseguido por una sombra que le reclamará lo que le toca: vivir, amar, saberse amado, representar a Hamlet… (es decir, lo usual).Y Otto, el fruto del experimento maldito, está empeñado en conquistar a la niña de sus ojos, un plato de panqueques a la vez (¡con mucha miel, por favor!).
Un trágico accidente propicia la celebración de una cena en la que un hombre se reúne con los hijos que ha dejado atrás en su búsqueda de un camino propio y sin ataduras. Durante el encuentro, en una casona repleta de fantasmas, se producen una serie de diálogos en los que se revelarán dudas, reproches, anhelos, preguntas y respuestas entre padre e hijos sobre los destinos que hubieran seguido sus vidas de haberse consolidado como una auténtica familia, eso que Borges denominó «las imposibilidades vivas» y «las posibilidades muertas», hasta dejar al descubierto, al final de la velada, la dramática verdad que oculta la historia del padre.
A Ben siempre le ha gustado el mes de diciembre, pero con su matrimonio con Daphne haciendo aguas, este año le falta su magia habitual. Así que cuando su antigua novia, Alice, se pone de nuevo en contacto con él, Ben no puede evitar preguntarse: ¿tomó la elección correcta hace tantos años? Sin embargo, todo cambia una noche en la que un extraño de ojos brillantes le vende a Ben un misterioso reloj, con las manecillas congeladas a un minuto de la medianoche. Al abrir los ojos a la mañana siguiente, Ben se sorprende al descubrir que ha sido catapultado de vuelta al 5 de diciembre de 2005: el día en que besó por primera vez a Daphne, dejando atrás a Alice. Ahora Ben debe tomar la mayor decisión de su vida, una vez más. Pero esta vez, ¿encontrará finalmente el valor para seguir su corazón?
Mark tiene diecisiete años y está atrapado en un bucle temporal, aunque a él no le importa lo más mínimo. Es verano y puede pasar este día que se repite infinitamente leyendo sus libros favoritos y soñando con dar respuesta a algunas de las incógnitas que nunca ha sabido resolver. Pero entonces descubre que Margaret, una chica misteriosa y fascinante, también está atrapada en el bucle con él. Juntos se proponen encontrar todas las cosas maravillosas que suceden en ese día, un viaje que los llevará a trazar un mapa de momentos espontáneos y perfectos, pero también un viaje sin retorno al oscuro secreto que anida en el corazón mismo de su día sin fin.El mapa de los instantes perfectos es una historia irresistible, divertida y romántica con un concepto del tiempo deslumbrante, escrita por Lev Grossman, el exitoso autor de La flecha plateada y la trilogía Los magos. «Una fantástica historia para adolescentes sobre un día sin fin y la maravilla que reside en él.» The Guardian «Una entretenida comedia adolescente sobre el paso a la madurez, con momentos de auténtico virtuosismo y una enternecedora reflexión final: no hay temor más universal que el miedo a crecer.» Cinemanía