Después de muchas horas de lectura de fuentes y documentos, y de muchas visitas como peregrino a los lugares donde transcurrió la vida de san Francisco, el cardenal Carlos Amigo redescubre la historia, la vida y el espíritu del santo de Asís, con la intención de reflejar su amor a Dios, su pobreza y su fraternidad. En propias palabras del autor, «el santo de Asís es una fuente viva de la que sale por todos los caños el manantial gozoso de saber que Dios es nuestro Padre y que Jesucristo es el primer Hermano». Apoyándose en las genuinas fuentes franciscanas, en los estudios históricos recientes y en el magisterio de los últimos Papas, el autor interpreta la historia de este santo de leyenda, cuya sencillez y humildad acabó transcendiendo su época para convertirse en una de las más altas manifestaciones de la espiritualidad cristiana.
La Editorial SAN PABLO presenta la edición de bolsillo, en rústica, de la obra Ignacio de Loyola, nunca solo de la Colección Semblanzas. El autor presenta a Ignacio desde una mirada contemporánea. Es, siempre, un personaje que remite al Dios a quien toda su vida está orientada y que nos enseña una forma inquieta y fecunda de estar en el mundo de hoy. La vida de Ignacio sigue invitando en la actualidad a pensar en la propia vida: sus búsquedas nos hablan de iconos y de ídolos, de los proyectos en los que uno encuentra sentido y de las huellas que quiere deja r; de la fe que se tiene y en la que se crece; de los nombres que atraviesan nuestra historia; de las flaquezas y las fortalezas, del amor eficaz y del amor gratuito.
Para poder amar hay que derribar murallas divisorias: antipatías, agresividades y toda violencia compensadora; liberarse de la imagen inflada de sí mismo, de narcisismos y de cualquier apropiación. Es necesario superar la ansiedad, la angustia y las depresiones, e imponer las convicciones de fe sobre las reacciones primarias. Redimidos los impulsos, la vía oblativa nos llevará a la Pascua fraterna. Amar es respetarse, adaptarse, perdonarse, comprenderse, aceptarse, comunicarse, acogerse, dialogar. Las ideas de Sube conmigo son aplicables no sólo a las comunidades religiosas, sino también, en casi su totalidad, a la esfera matrimonial -primera comunidad cristiana- y, en general, al círculo del hogar.
"Pasará… Este dolor se pasará… Pero ¿y si no se pasa?". Para este sacerdote hiperactivo de 45 años todo va a cambiar en pocas horas. La peritonitis aguda que sufre pronto revela un tumor que parece extenderse velozmente. La hospitalización de emergencia, una serie de operaciones y los largos meses de convalecencia trastornan su vida cotidiana, pero también su equilibrio interior.
A lo largo de las páginas y de las semanas, la enfermedad da lugar a un viaje inesperado a la tierra del abandono, la fragilidad y la dependencia.
Con modestia y autenticidad, pero también con una buena dosis de sentido del humor, Pierre Amar ofrece un testimonio de gran profundidad, donde se mezclan la experiencia del sufrimiento y la luz de la fe, y donde trata lo que todo el mundo busca: el camino de la felicidad.
A comienzos del siglo XVI, algunos cristianos, en protesta contra lo que consideraban un abuso de Roma, quebrantaron la unidad de la Iglesia. El conflicto teológico derivó en una crisis política sin precedentes y en unas sangrientas guerras de religión. Conspiraciones, ataques, asesinatos, guerra de palabras e imágenes…
Desde la muerte de Enrique II hasta la firma del Edicto de Nantes, esta es la historia, dolorosa pero fructífera en términos de las ideas políticas: según el autor, contribuyó decisivamente al fortalecimiento del poder real y al advenimiento de la modernidad. Para los contemporáneos, la pregunta sigue en el aire: ¿basta la política para frenar las guerras que se inician en nombre de la religión?
Lo que no se usa, se estropea. Sin mantenimiento, surgen las averías. Con empeño, generosidad e iniciativa, las cosas, las relaciones y las personas que más amamos no solo se conservan, sino que se hacen más valiosas, crecen y se embellecen.
El autor ofrece sugerentes modos de mejorar el propio hogar: dar las gracias, pedir perdón, tener iniciativa, hacer favores, escuchar con atención, transmitir calma, cultivar el equilibrio personal y la fuerza de voluntad, etc., todo ellos encaminados a hacer de la propia familia el mejor lugar donde vivir.