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es «artificial» y que indica que algo falta en la calidad de ese amor.

      Pasos hacia un paradigma más libre

      Así pues, en este mundo de la promiscuidad un poco desconcertante en el que todo lo que te contaron tu madre, tu sacerdote, tu pareja y la televisión es probablemente falso, ¿cómo encuentras nuevas creencias que apoyen tu nuevo estilo de vida? Abandonar los antiguos paradigmas puede dejarte un vacío que da miedo, con el estómago revuelto como si estuvieses en caída libre. No necesitas los viejos mitos, pero ¿qué vas a poner en su lugar? Te animamos a buscar tus propias verdades en tu camino hacia el éxtasis promiscuo, pero, en caso de que te venga bien una pista o dos, en el siguiente capítulo encontrarás algunas de las que nos han funcionado a nosotras.

Ser un putón: La próxima generación.Somos conscientes de que parte de quienes leen esta nueva edición, con la que celebramos el vigésimo aniversario de la primera, son más jóvenes que el libro que están leyendo con tanta atención. Es más, los padres y madres, e incluso abuelos y abuelas de esta nueva generación de putones, son quienes han estado experimentando con sexualidades alternativas y otros tipos de relaciones durante décadas.Cuando hablamos con gente adolescente y veinteañera sobre su sexualidad y en qué se diferencia de las generaciones anteriores, mencionan algunos asuntos que nos alegra oír:• «El consentimiento es un idioma, y nuestra generación lo habla con fluidez. Como hablamos más abiertamente
sobre abuso y trauma —ambos en nuestro pasado personal y nuestro pasado cultural— somos más conscientes de los desencadenantes y cómo funcionan (con la ayuda del conocimiento científico mejorado en años recientes sobre la neurofisiología del trauma). Tendemos a equivocarnos por exceso de precaución, prefiriendo tener cuidado de no afectar a los desencadenantes ajenos.»• «Tenemos una actitud más abierta hacia la fluidez de género y la experimentación con él. Como no compartimos demasiado la idea de género binario, hay también límites muy difusos en torno a la orientación sexual, y las antiguas definiciones se están transformando en una categoría general de “ser queer”.»• «El ecosexo es el nuevo paradigma para mucha gente de nuestra edad: adoptar la Tierra como nuestra poderosa amante y tratar sus inmensas energías con cariño y respeto.»• «Somos más conscientes de la interseccionalidad, de las maneras en que las diferentes categorías de opresión histórica nos afectan mutuamente. Vemos muchas maneras tradicionales de enfrentarse a la opresión como potencialmente problemáticas: Por ejemplo, el feminismo tradicional y la liberación gay tradicional puede que no reconozcan los problemas de las personas de color. También somos mucho más sensibles respecto a las cuestiones relacionadas con la apropiación cultural.»
• «Como somos una generación post-sida, hemos descentrado la penetración del pene como sexo “de verdad” y tenemos interés por desarrollar nuestras habilidades para el sexo sin penetración y otras prácticas de bajo riesgo. Por otro lado, vemos a la generación que convivió con el sida y parece que sus vidas se hicieron más profundas y espirituales como fruto de esa horrible lucha. En nuestro caso, no hemos tenido que enfrentarnos a algo así, y eso nos hace muy diferentes.»• «Vemos a la clase política más mayor que está tratando de prohibir el aborto, restringir el control de natalidad y prohibir el trabajo sexual y simplemente no le encontramos ningún sentido. Nuestros cuerpos son nuestros, y nadie más debe decidir qué sucede con nuestro propio cuerpo. Vemos el control de los cuerpos como algo fundamental para el capitalismo y que recuperar el control de nuestra vida nos ayudará a unirnos para derrocar el patriarcado y el capitalismo y vivir así de una manera más humana.»• «Nos hemos criado en un mundo donde el sexo no consensuado o las conductas no consensuadas en una relación se consideran “equivocadas”. Hemos visto familias con sexualidades alternativas, queer y poliamorosas en televisión y en la prensa, y queremos vivir de una manera que nos empodere para probar un poco de todo, para mantener lo que nos funciona en el momento y tener abierta la posibilidad de cambiar a otras opciones en el futuro».
Tus autoras están emocionadas imaginando el maravilloso nuevo mundo que será creado por esta nueva generación de gente con tanta curiosidad y tan consciente de sí misma.

      3. Nuestras convicciones

      Somos personas éticas; putones éticos. Nos es muy importante tratar bien a la gente y hacer todo lo posible para no herir a nadie. Nuestro código ético deriva de nuestro propio sentido de lo que está bien y mal, y de la empatía y amor que tenemos para quienes están a nuestro alrededor. No está bien herir a otra persona porque, a la vez, también nos hacemos daño y no nos hace sentir bien.

      La promiscuidad ética puede ser un camino que cuestione muchas ideas preestablecidas: no tenemos un código de etiqueta poliamorosa que nos diga cómo hacer las cosas educada y respetuosamente, así que tenemos que inventárnoslo por el camino. No obstante, estamos seguras de que ya habrás entendido a estas alturas que, para nosotras, ser un putón no significa simplemente hacer lo que te apetezca cuando te apetezca con quien te apetezca.

      La mayoría de nuestros criterios éticos son bastante pragmáticos. ¿Alguna persona está siendo dañada? ¿Hay alguna manera de evitar ese daño? ¿Se corre algún riesgo? ¿Son conscientes de esos riesgos todas las personas involucradas y están haciendo lo que está en su mano para minimizarlos?

      Por el lado positivo: ¿Es divertido? ¿Qué está aprendiendo todo el mundo de esto? ¿Está ayudando a alguien a desarrollarse? ¿Está ayudando a que el mundo sea un lugar mejor?

      Antes de nada, los putones con ética valoran el consentimiento. Cuando usamos esta palabra —y lo haremos a menudo en todo el libro—, nos referimos a una colaboración activa para el beneficio, bienestar y placer de las personas involucradas. Si se está coaccionando, abusando, chantajeando, manipulando, mintiendo o ignorando a alguien, lo que está sucediendo no es consensuado. Y el sexo que no es consensuado no es ético. Punto.

      Los putones con ética son honestos, consigo mismos y con los demás. Nos reservamos un tiempo para entender nuestras propias emociones y motivaciones y para desenmarañarlas cuando es necesario ver las cosas con más claridad. Luego compartimos esa información abiertamente con quienes la necesitan. Hacemos todo lo posible para que nuestros miedos y timidez no sean un obstáculo para nuestra honestidad; confiamos en que nuestras parejas seguirán respetándonos y amándonos, con todos nuestros defectos.

      Los putones con ética admiten las repercusiones de sus elecciones sexuales. Vemos que a menudo nuestras emociones, nuestra educación y los estándares de nuestra cultura entran en conflicto con nuestros deseos sexuales. Y nos comprometemos conscientemente para ayudarnos personalmente y a nuestras parejas mientras resolvemos esos conflictos de manera honesta y digna.

      No dejamos que nuestras elecciones sexuales tengan un impacto innecesario en quienes no han consentido en participar. Respetamos los sentimientos ajenos, y cuando no tenemos la seguridad de cómo se está sintiendo alguien, lo preguntamos.

      Los putones con ética reconocen la diferencia entre las cosas que pueden y deben controlar, y las cosas que no pueden. Aunque a veces sintamos celos o nos sintamos territoriales, nos hacemos responsables de esos sentimientos, haciendo lo posible para no culpar o controlar, y pedimos el apoyo que necesitamos para sentir seguridad y que nos cuiden.

      No tengas miedo, el resto de este libro trata sobre cómo puedes aprender a ser una persona así de madura y atractiva. Tus autoras están aquí para ayudarte. Escribimos este libro para ayudarte a convertirte en un putón con ética. Estas son algunas de las ideas y convicciones que nos han ayudado a llegar aquí y que podrían ayudarte a ti también.

      Replanteándose el sexo

      ¿Estás teniendo sexo en este mismo momento? Sí, lo estás teniendo, y nosotras también.

      Quizás estés mirando a tu alrededor con perplejidad: todavía tienes la ropa puesta, y quizás estés en un restaurante o en un autobús lleno. ¿Cómo puede ser que estés teniendo sexo?

      Nosotras pensamos que la pregunta sobre cuándo estás teniendo sexo en cierto modo no tiene sentido. La energía sexual impregna todo durante todo el tiempo; lo respiramos con nuestros pulmones y lo emanamos por nuestros poros. Mientras que es bastante fácil determinar si estás realizando o no una determinada actividad sexual en un momento concreto