Pedacitos de tu alma mujer. Patricia Ramírez Aranda

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Название Pedacitos de tu alma mujer
Автор произведения Patricia Ramírez Aranda
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9786078773244



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      PEDACITOS DE TU ALMA, MUJER

      Primera edición: septiembre 2021

      ISBN: 978-607-8773-24-4

      © Patricia Ramírez Aranda

      © Gilda Consuelo Salinas Quiñones

      (Trópico de Escorpio)

      Empresa 34 B-203, Col. San Juan

      CDMX, 03730

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      Distribución: Trópico de Escorpio

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      Diseño editorial: Karina Flores

      HECHO EN MÉXICO

      Con amor

      para

      Carmen & Jesús.

      Dedicado también a Altaira, Gaisca, Lucas

      y de manera especial, a ti, Nikolay…

       I. EL PROPÓSITO

      Han transcurrido más de ocho años cuando, abruptamente, la vida la obliga a detenerse, es momento de mirar de nuevo y enfrentarse a sí misma.

      En aquel entonces vivía pérdidas significativas que la hicieron replantearse el sentido de su vida. Ahora le toca ser testigo de un acontecimiento mundial que hará historia y lleva a la humanidad a experimentar la compasión ante el dolor ajeno y a comprender, que los ciclos están conformados por esa misteriosa dualidad muerte-vida.

      Sabe que solamente algo tremendo es capaz de abrir un paréntesis de esa naturaleza, en la vorágine de la vida cotidiana, cerrar las aulas de todo el mundo y disminuir el ritmo insensible de una existencia vacía, atrapada en el consumismo. Se hacen realidad diferentes utopías, como realizar transacciones bancarias utilizando los dispositivos móviles, medio exclusivo para obtener servicios. La lejana idea de trabajar desde casa se concreta y lo más terrible: se cancela el contacto humano. La expresión más dulce y genuina del amor, como los besos y abrazos, están prohibidos por considerarse peligrosos. El reto consiste en aprender a amar y manifestarlo a través de una pantalla y quedarse solo al lado de aquellos con quienes, seguramente, hay algo que aprender: la pareja, los padres, los hijos.

      La lista de eventos cancelados incluye: asistir a misa, reuniones familiares, ir al cine o de compras, salir de vacaciones y hacer lo que mejor sabemos: evadirnos.

      Ya ha perdido la cuenta sobre qué día de esa eterna cuarentena está viviendo, la rutina y monotonía que acompaña al hecho de permanecer en casa, por meses, no le da más opción que tomarse el tiempo necesario para organizar, tirar y escombrar lo que ya no sirve y se da a la tarea de hurgar en el baúl de sus recuerdos.

      “Siempre es necesario regresar la atención a una misma, y qué mejor oportunidad que este momento, lejos de distracciones”, se dice Catalina aquella mañana de otoño.

      La melancolía propia de esas tardes frías de octubre, la invita a hojear uno de sus antiguos diarios y a reencontrarse con ella. Sabe que las casualidades no existen y, al igual que sus vecinos, amigos, familia y conocidos, está frente a un momento de duelo colectivo, donde el contacto latente con la muerte parece tener algo que enseñarle, además de valorar la vida y las supuestas pequeñeces que encierra el día a día.

      Se dispone a abrir de nuevo la página de su historia, que por vez primera la enfrenta a la trascendencia que implican las pérdidas, en un mundo donde pareciera que el dolor se tiene que evitar a toda costa, pues solo la felicidad y la alegría tienen cabida y, paradójicamente, solo cuando se está tan cerca de la muerte, es posible sentir el impulso de la vida. Tiene un duelo por cerrar, uno de los más significativos, quizá, lo cierto es que en cuanto inicia la lectura, sin proponérselo, un mar de recuerdos la traslada en el tiempo.

      Es el primer día de enero de 2011. Con la ilusión propia que caracteriza los inicios, los planes y proyectos están impregnados de singular optimismo, entusiasmo, alegría y buenos propósitos. En particular, para comenzar ese año, se hace más importante la presencia de uno.

      Después de celebrar sus 40 años de vida y entrar a su cuarta década, decide que es el momento ideal para ser madre. Vivió la satisfacción por lo viajado hasta el momento, también considera haberse divertido lo suficiente: probó las mieles del éxito, y lo más importante, después de diferentes fracasos sentimentales, al fin se sabe enamorada y correspondida, asimiló que, estar en pareja, implica aprender a ceder, algo se gana, pero también algo se pierde, pues las relaciones perfectas no existen, por lo tanto, considera que lo único que le falta para sentirse plenamente realizada como mujer, es tener un hijo.

      Para su fortuna, los tiempos han cambiado, vive una etapa donde las mujeres de su generación se consolidan como madres primerizas a esa edad, así que es su tiempo.

      Siempre se caracterizó por ser apasionada. Se había entregado por completo a su carrera durante todos esos años, su desarrollo y crecimiento profesional se habían convertido en su prioridad, gracias a lo cual cosechó múltiples satisfacciones; sin embargo, muy en su interior, también cultiva una afición que pocos conocen: “la pintura”. Es amante de los lienzos, los pinceles, las acuarelas y pinturas al óleo, disfruta dejar plasmado, en medio del color, imágenes de rostros, paisajes, frutas y pueblos que retratan historias llenas de significado; no obstante, por sus múltiples actividades, pocas veces se da la oportunidad de dedicarse por entero a ese hobbie que abriga celosamente y, por lo tanto, solo ella sabe con cuánto anhelo aspira pintar un singular lienzo, lo desea desde que tiene uso de razón. Sueña con hacerse un autorretrato estando embarazada.

      Muchas veces se ha imaginado a sí misma con el vientre abultado, guardando dentro el regalo más preciado que la naturaleza puede otorgar a una mujer: un hijo. Está del todo consciente de que, para poder retratar esa imagen, necesita vivirla, pues no se trata de una pintura más, es el testimonio real del milagro de la vida y quiere dejar plasmado, en cada trazo, el amor, la ilusión y los sentimientos más sublimes que encierra tan mágico momento; piensa y siente que es justo ella quien debe hacerlo, sabe que no se trata solo de crear una obra, sino de concretar el sueño que palpita en su corazón desde su primera infancia.

      Suele escuchar a compañeras y amigas decir que, la maternidad, más que una necesidad de la mujer es producto de la influencia de la educación y la cultura, pero es poseedora de una convicción auténtica, no le interesan las opiniones ni versiones ajenas. Las respeta. Y sabe reconocer que ese anhelo personal es propio de su naturaleza femenina y cada vez palpita con mayor intensidad en su corazón; entonces ya no es posible seguirlo posponiendo. Se encuentra frente al único propósito verdaderamente importante de su vida y en torno del cual gira la lista de deseos de ese año nuevo.

      Como suele ser muy organizada, dedica la primera semana de 2011 para agendar citas con distintos especialistas. Visitará al nutriólogo, a su ginecóloga, al dentista, en fin. Esa es la diferencia entre planear tener un bebé a los cuarenta y hacerlo a los veinte. Quiere estar en las mejores condiciones física,